Isaac Bendice a sus Hijos

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Última versión de 19:38 11 may 2015

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English: Isaac Blesses His Sons

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Traducción por Javier Matus


“Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras.” (Heb. 11:20).

- Hebreos 11:17-20

El autor de Hebreos sabiamente incluyó una sección en su carta acerca de la fe de los santos del antiguo pacto. Después de todo, su público original necesitaba recordárseles de aguantar en su esperanza y así demostrar la verdadera fe —fe que persevera hasta el final de la vida (Heb. 10: 36-39). Los santos del antiguo pacto que murieron en la fe antes de recibir las máximas promesas de Dios (11:13) son excelentes ejemplos de la fe perseverante, ya que muchos creyentes del nuevo pacto también mueren antes de que todas las promesas de Dios se manifiesten plenamente en los nuevos cielos y la nueva tierra.

Aquellos quienes poseen la verdadera fe perseverante no sólo viven por la fe, sino también mueren en la fe. Hoy veremos al primero de tres santos del antiguo pacto que no sólo vivieron por la fe, sino también murieron en la fe.

Hebreos 11:20 nos dice que por la fe bendijo Isaac a Jacob y Esaú. Esto se refiere a Génesis 27 y la bendición que Isaac confiere a sus hijos cerca del final de su vida. Nos limitaremos a señalar de esta conocida historia que Jacob recibió la mejor bendición. Isaac le dice a Jacob que a través de él, la nación prometida de Dios vendrá (Gén. 27: 27-29).

La bendición de Isaac, a la luz de las antiguas costumbres de Oriente Próximo, fue especialmente significativa. Porque su bendición, a diferencia de otras bendiciones en ese momento, no era un simple deseo de ser recordado por sus descendientes. Su bendición no fue sólo una fiel predicción que las generaciones futuras recibirían la promesa de una nación, sino que también reflejó la confianza que las bendiciones que vendrían a sus descendientes también llegarían a él, porque él también era un heredero de las promesas de Dios.

Sin embargo, Isaac, como todos los santos del antiguo pacto, no recibió las máximas promesas de Dios en su vida. No recibió la nación que Dios prometió, porque él no vivió para ver a los gentiles injertados en el pueblo de Dios, Israel (Rom. 11:11-24). Sin lugar a dudas, él ve este cumplimiento ahora cuando reina con Jesús en la patria celestial (Ap. 20:4). Pero en su vida, él no vio esta promesa realizada.

La esperanza de Isaac por aquello que no llegó hasta el período el nuevo pacto demuestra la verdadera fe. Calvin escribe que “esta bendición dependía de la fe; porque Isaac no tenía nada que hubiera podido otorgar a sus hijos excepto la Palabra de Dios.” Isaac no tenía mucha tierra o muchos hijos para confirmar la fidelidad de Dios. Todo lo que tenía era la Palabra de Dios; y su confianza en la línea de Jacob refleja su fe perdurable en esa Palabra.

Coram Deo

Al final de su vida, Isaac no tenía tierra que dejar a sus hijos. Tampoco tenía los muchos descendientes prometidos a Abraham. Pero sí tenía la palabra de la promesa de Dios, y esa palabra era suficiente para su fe. Si usted se apoya en otras cosas aparte de la Palabra de Dios para su fe, apártese de ellas y confíe en Su Palabra solamente.

Pasajes para Estudio Adicional

Gen. 27; 33:1-16
Mic. 4:1-2
Hechos 10:44-48
Rom. 11


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