Juan, el último profeta

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:''“En verdad os digo que entre los nacidos de mujer no se ha levantado nadie mayor que Juan el Bautista, sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él”. (Mat. 11:11)''
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:''“En verdad os digo que entre los nacidos de mujer no se ha levantado ''nadie'' mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él” (Mateo 11:11).''
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Cuanto más meditamos en este versículo más increíble es. En el sentido corriente es que si eres cristiano, eres más grande que el rey David, mas grande que Abraham, mas grande que el rey Salomón, porque este texto dice que Juan el Bautista fue el más grande nacido de mujer hasta ese punto y el más pequeño en el reino es mayor que él. Entonces, según la valoración de Jesús, Juan el Bautista era superior con respecto a David, Salomón, Isaías, Jeremías y Daniel, y el menor en el reino excede a Juan. Esto es asombroso. <boxleft>'''Juan el Bautista es el más grande simplemente porque él es el único que señalo a Jesús con gran claridad.'''</boxleft>  
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Cuanto más meditamos sobre este versículo más vemos cuán increíble es. El sentido corriente indica que, si somos cristianos, somos más grandes que el rey David, más grandes que Abraham y más grandes que el rey Salomón, porque este pasaje dice que Juan el Bautista fue el más grande nacido de mujer hasta ese punto y que el más pequeño en el reino es mayor que él. Por tanto, según la valoración de Jesús, Juan el Bautista fue superior en algunos aspectos a David, a Salomón, a Isaías, a Jeremías y a Daniel, y el menor en el reino es superior a Juan. Esto es asombroso. <boxleft>'''Juan el Bautista es el más grande simplemente porque él es el único que manifestó quién era Jesús con gran claridad.'''</boxleft>  
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En los versículos 10-11 encontramos lo que era Juan. Jesús nos dice: “Este es de quien está escrito: HE AQUÍ, YO ENVIO MI MENSAJERO DELANTE DE TU FAZ, QUIEN PREPARARA TU CAMINO DELANTE DE TI”. Esto es para decir, que él no fue solo un profeta, el fue objeto de la profecía, aquel de quien la profecía fue escrita. ¿Qué profecía? La profecía de Malaquías revela que habría un mensajero delante de la aparición del Señor, un mensajero que anunciaría y prepararía el camino del Señor, un precursor, un predecesor. Juan era esa persona.  
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En los versículos 10 y 11 vemos quién era Juan. Jesús nos dice: “Este es de quien está escrito: HE AQUÍ, YO ENVÍO MI MENSAJERO DELANTE DE TU FAZ, QUIEN PREPARARÁ TU CAMINO DELANTE DE TI”. Es decir que Juan no fue solo profeta, sino también objeto de profecía, la persona sobre la cual la profecía fue escrita. ¿Cuál profecía? La profecía de Malaquías, que revela que habría un mensajero antes de la venida del Señor, un mensajero que anunciaría y prepararía el camino del Señor, un precursor, un predecesor. Juan era esa persona.  
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“Verdad”, Jesús dijo en el versículo 11, “entre los nacidos de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista” ¿Qué quiso decir Jesús? Claramente, El está diciendo que Juan el Bautista es como más grande que el Rey David- el gran Rey David, más grande que Moisés, el único bajo la mano de Dios que introdujo el código de Sinaí, la ley, los diez mandamientos. El es más grande que Abraham, el primer patriarca, el creador de toda la raza judía. El es más grande que Isaías, el que escribió la canción del siervo. “Mas El fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo por nuestra paz, cayó sobre El, y por sus heridas hemos sido sanados” (Isaías 53:5).  
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“En verdad”, dijo Jesús en el versículo 11, “os digo que entre los nacidos de mujer no se ha levantado ''nadie'' mayor que Juan el Bautista”. ¿Qué quiso decir Jesús? Claramente, expresa que Juan el Bautista debe ser visto como alguien más grande que el rey David, el gran rey David; más grande que Moisés, quien bajo la mano de Dios introdujo el Código del Sinaí, la Ley, Los diez mandamientos. Juan es más grande que Abraham, el primer patriarca, el iniciador de toda la raza judía. Es más grande que Isaías, quien escribió el cántico del Siervo: “Mas Él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, ''cayó'' sobre Él, y por sus heridas hemos sido sanados” (Isaías 53:5).
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Juan el Bautista es el más grande simplemente porque el señalo a Jesús con gran claridad. La ley profetiza, esto representa a Jesús en variadas formas por medio de todo el sistema sacrificial. Moisés por consiguiente anticipo a Jesús. Moisés es la figura en Deuteronomio 18:18 que anticipa el profeta que ha de venir. El rey David es el arquetipo de rey, y Jesús viene de la línea de David, por eso David fue testigo de Jesús. Isaías ciertamente fue testigo de Jesús. Aun Jeremías señalo quien es Jesús. Pero a Juan el Bautista le cayó en forma peculiar señalar quien es Jesús directamente. “Esta uno”, dijo él. He ahí el Cordero de Dios. Este es aquel a quien yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia. Aquel es el único que bautiza en el Espíritu Santo prometido bajo los términos del nuevo pacto. El es el único. “y esto es lo que hace grande a Juan el Bautista”. <boxleft>'''Aunque Juan nunca hizo un milagro, todo lo que Juan dijo de Jesús, es verdad. El era un predicador del desierto, pero señalo quien era Jesús, y es lo que lo hizo grande.'''</boxleft>  
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Juan el Bautista es el más grande simplemente porque él manifestó quién era Jesús con gran claridad. La ley profetiza, representa a Jesús en varias formas en todo el sistema sacrificial. Moisés por consiguiente anunció a Jesús. Moisés es la figura de Deuteronomio 18:18 que anunció al profeta que habría de venir. El rey David es el arquetipo de rey, y Jesús desciende de David; por tanto, David dio testimonio de Jesús. Isaías, sin duda, dio testimonio de Jesús. Incluso Jeremías señaló quién era Jesús. Sin embargo, fue Juan el Bautista quien manifestó directamente quién era Jesús. Juan expresó: "Él es. Él es el Mesías prometido, el Cordero de Dios, a quien no soy digno de desatar la correa de su sandalia, quien bautiza en el Espíritu Santo prometido bajo los términos del nuevo pacto. Él es". Eso es lo que hace grande a Juan el Bautista. <boxleft>'''Aunque Juan nunca hizo ningún milagro, todo lo que dijo de Jesús es verdad. Juan era un predicador del desierto, pero manifestó quién era Jesús, y eso es lo que lo hace grande.'''</boxleft>  
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La misma cosa es señalada en el evangelio de Juan en Juan 10:40-42. Nosotros leemos estas notables palabras: “Se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando Juan, y se quedo allí. Y muchos vinieron a Él y decían: Aunque Juan no hizo ninguna señal, sin embargo, todo lo que Juan dijo de este era verdad. Y muchos creyeron en El allí”. Por lo tanto la grandeza de Juan no consistió en la habilidad de hacer milagros, porque no hizo ninguno, tampoco en la habilidad de escribir grandes libros como Isaías, porque él no escribió ninguno, tampoco en la habilidad de guiar a un gran pueblo, el nunca fue rey. El no fue un gran predicador, el nunca ofreció un sacrificio. El era un predicador del desierto. Pero el señalo quien era Jesús, y eso es lo que lo hace grande.  
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Lo mismo es señalado en el Evangelio de Juan, en Juan 10:40-42. Leemos estas notables palabras: “Se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando Juan, y se quedó allí. Y muchos vinieron a Él y decían: Aunque Juan no hizo ninguna señal, sin embargo, todo lo que Juan dijo de éste era verdad. Y muchos creyeron en Él allí”. Por lo tanto, la grandeza de Juan no consistió en la capacidad de hacer milagros, porque no hizo ninguno; tampoco en la capacidad de escribir grandes libros, como Isaías, porque no escribió ninguno; tampoco en la capacidad de gobernar a un gran pueblo, pues nunca fue rey. Juan tampoco fue sumo sacerdote ni ofreció sacrificio alguno. Juan era un predicador del desierto, pero manifestó quién era Jesús, y eso es lo que lo hace grande.
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Por eso Jesús dijo que la grandeza de Juan el Bautista era superior a cualquiera que haya nacido de mujer (lo cual es bastante universal- podría excluir a Adán, y eso es todo) y lo hace que sea quien dice ser-uno con Dios- o un loco internacional. No hay una posibilidad intermedia, ninguna. Entonces, nosotros encontramos aquí, en otras palabras, la identificación publica del predecesor y la identificación publica de su propio papel y lugar en la historia redentora.  
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Jesús afirmó que la grandeza de Juan el Bautista era superior a cualquiera que hubiera nacido de mujer (es una afirmación universal; podría excluir a Adán, pero a nadie más). Esta afirmación convierte a Jesús ya sea en quien dice ser, uno con Dios, o en un loco de primera clase. No existe posibilidad intermedia alguna. Por consiguiente, hallamos aquí, en otras palabras, tanto la identificación pública que Jesús hace del predecesor como la identificación pública de su propio papel y lugar en la historia redentora.
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Citas bíblicas tomadas de LBLA.
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Última versión de 15:41 23 may 2015

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English: John, the Last Prophet

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Traducción por Maria Luisa Yudice


“En verdad os digo que entre los nacidos de mujer no se ha levantado nadie mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él” (Mateo 11:11).
Cuanto más meditamos sobre este versículo más vemos cuán increíble es. El sentido corriente indica que, si somos cristianos, somos más grandes que el rey David, más grandes que Abraham y más grandes que el rey Salomón, porque este pasaje dice que Juan el Bautista fue el más grande nacido de mujer hasta ese punto y que el más pequeño en el reino es mayor que él. Por tanto, según la valoración de Jesús, Juan el Bautista fue superior en algunos aspectos a David, a Salomón, a Isaías, a Jeremías y a Daniel, y el menor en el reino es superior a Juan. Esto es asombroso.

Juan el Bautista es el más grande simplemente porque él es el único que manifestó quién era Jesús con gran claridad.

En los versículos 10 y 11 vemos quién era Juan. Jesús nos dice: “Este es de quien está escrito: HE AQUÍ, YO ENVÍO MI MENSAJERO DELANTE DE TU FAZ, QUIEN PREPARARÁ TU CAMINO DELANTE DE TI”. Es decir que Juan no fue solo profeta, sino también objeto de profecía, la persona sobre la cual la profecía fue escrita. ¿Cuál profecía? La profecía de Malaquías, que revela que habría un mensajero antes de la venida del Señor, un mensajero que anunciaría y prepararía el camino del Señor, un precursor, un predecesor. Juan era esa persona.

“En verdad”, dijo Jesús en el versículo 11, “os digo que entre los nacidos de mujer no se ha levantado nadie mayor que Juan el Bautista”. ¿Qué quiso decir Jesús? Claramente, expresa que Juan el Bautista debe ser visto como alguien más grande que el rey David, el gran rey David; más grande que Moisés, quien bajo la mano de Dios introdujo el Código del Sinaí, la Ley, Los diez mandamientos. Juan es más grande que Abraham, el primer patriarca, el iniciador de toda la raza judía. Es más grande que Isaías, quien escribió el cántico del Siervo: “Mas Él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, y por sus heridas hemos sido sanados” (Isaías 53:5).

Juan el Bautista es el más grande simplemente porque él manifestó quién era Jesús con gran claridad. La ley profetiza, representa a Jesús en varias formas en todo el sistema sacrificial. Moisés por consiguiente anunció a Jesús. Moisés es la figura de Deuteronomio 18:18 que anunció al profeta que habría de venir. El rey David es el arquetipo de rey, y Jesús desciende de David; por tanto, David dio testimonio de Jesús. Isaías, sin duda, dio testimonio de Jesús. Incluso Jeremías señaló quién era Jesús. Sin embargo, fue Juan el Bautista quien manifestó directamente quién era Jesús. Juan expresó: "Él es. Él es el Mesías prometido, el Cordero de Dios, a quien no soy digno de desatar la correa de su sandalia, quien bautiza en el Espíritu Santo prometido bajo los términos del nuevo pacto. Él es". Eso es lo que hace grande a Juan el Bautista.

Aunque Juan nunca hizo ningún milagro, todo lo que dijo de Jesús es verdad. Juan era un predicador del desierto, pero manifestó quién era Jesús, y eso es lo que lo hace grande.

Lo mismo es señalado en el Evangelio de Juan, en Juan 10:40-42. Leemos estas notables palabras: “Se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando Juan, y se quedó allí. Y muchos vinieron a Él y decían: Aunque Juan no hizo ninguna señal, sin embargo, todo lo que Juan dijo de éste era verdad. Y muchos creyeron en Él allí”. Por lo tanto, la grandeza de Juan no consistió en la capacidad de hacer milagros, porque no hizo ninguno; tampoco en la capacidad de escribir grandes libros, como Isaías, porque no escribió ninguno; tampoco en la capacidad de gobernar a un gran pueblo, pues nunca fue rey. Juan tampoco fue sumo sacerdote ni ofreció sacrificio alguno. Juan era un predicador del desierto, pero manifestó quién era Jesús, y eso es lo que lo hace grande.

Jesús afirmó que la grandeza de Juan el Bautista era superior a cualquiera que hubiera nacido de mujer (es una afirmación universal; podría excluir a Adán, pero a nadie más). Esta afirmación convierte a Jesús ya sea en quien dice ser, uno con Dios, o en un loco de primera clase. No existe posibilidad intermedia alguna. Por consiguiente, hallamos aquí, en otras palabras, tanto la identificación pública que Jesús hace del predecesor como la identificación pública de su propio papel y lugar en la historia redentora.

Citas bíblicas tomadas de LBLA.


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