No te rindas

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Por Jon Bloom sobre Perseverancia de los Santos

Traducción por Harrington Lackey

<< Aquí está la perseverancia de los santos>> (Apocalipsis 14:12, LBLA).

Todos nosotros deseamos descansar y refrescarnos. Es un anhelo dado por Dios que Él promete cumplir: << …Yo he de satisfacer al alma cansada y he de saciar a toda alma atribulada>> (Jeremías 31:25).

Y de una manera muy real Jesús da el descanso a << todos los que estáis cansados y cargados>> y vienen a Él (Mateo 11:28). Pero en esta era, no es el descanso total.

En esta era, Jesús nos concede el descanso evangélico de dejar de realizar la imposible obra de autoexpiación por nuestros pecados (2 Corintios 5:21). Pero al abrazar el evangelio nos vemos también reclutados a una guerra por mantener la fe en este y extenderlo a otros. En esta era, <<esforcémonos por entrar en ese reposo (total)>> de la era por venir (Hebreos 4:11).

Y las guerras son agotadoras, especialmente las largas. Por eso a menudo estás cansado. La mayoría de los soldados que experimentan la fiereza del combate quieren salir de él. Por eso tienes ganas de escapar o rendirte. Por eso hay veces que te sientes tentado a rendirte.

Pero no te rindas. No. Más bien << Esforzaos y no desmayéis, porque hay recompensa por vuestra obra>> (2 Crónicas 15:7).

No te rindas cuando ese pecado familiar, que todavía está sentado a tu puerta después de todos estos años, salte otra vez con la tentación.

<<No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea común a los hombres; y fiel es Dios, que no permitirá que vosotros seáis tentados más allá de lo que podéis soportar, sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, a fin de que podáis resistirla>> (1 Corintios 10:13).

No te rindas cuando sientas ese profundo cansancio del alma por largas batallas con debilidades persistentes.

<<Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, muy gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí>> (2 Corintios 12: 8-9).

No te rindas cuando tus oraciones no hayan sido contestadas durante mucho tiempo.

<<Y les refería Jesús (la parábola de la viuda persistente) para enseñarles que ellos debían orar en todo tiempo, y no desfallecer>> (Lucas 18:1).

No te rindas cuando los dardos encendidos del diablo te golpeen y te hagan tambalear.

<<Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo… en todo, tomando el escudo de la fe con el que podréis apagar todos los dardos encendidos del maligno>> (Efesios 6:13, 16).

No te rindas cuando el efecto de fragmentación de las múltiples presiones parezca implacable.

…sino que en todo nos recomendamos a nosotros mismos como ministros de Dios, en mucha perseverancia, en aflicciones, en privaciones, en angustias, en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos… (2 Corintios 6: 4-5).

No te rindas cuando el campo al que el Señor te haya asignado sea duro y la cosecha no parezca prometedora:

<<No nos cansemos de hacer el bien, pues a su tiempo, si no nos cansamos, segaremos>> (Gálatas 6:9).

No te rindas cuando trabajes en la oscuridad y te preguntes cuánto importa.

<<Tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará>> (Mateo 6:4).

No te rindas cuando tu reputación se vea dañada porque estás tratando de ser fiel a Jesús.

<<Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí.>> (Mateo 5:11).

No te rindas cuando la espera en Dios parezca interminable.

<<Aun los mancebos se fatigan y se cansan, y los jóvenes tropiezan y vacilan, pero los que esperan en el[ad] Señor renovarán sus fuerzas; se remontarán con alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.>> (Isaías 40:30-31).

No te rindas cuando hayas fallado en el pecado. No te revuelques. Arrepiéntete (otra vez), quita tus ojos de ti mismo y ponlos enJesús, levántate y vuelve a la lucha.

<<Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad>> (1 Juan 1:9). <<Si somos infieles, Él permanece fiel, pues no puede negarse a sí mismo>> (2 Timoteo 2:13).

Jesús conoce tus obras (Apocalipsis 2:2). Y entiende la guerra (Hebreos 12:3). << Pelea la buena batalla de la fe.>>(1 Timoteo 6:12). Termina la carrera. (2 Timoteo 4:7). << Con vuestra perseverancia ganaréis vuestras almas>> (Lucas 21:19).

No te rindas.


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