¿Cómo se entra al cielo?

De Libros y Sermones Bíblicos

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Revisión de 20:40 30 oct 2024

Transcripción del audio

¿Cómo se entra al cielo? No se entra al cielo solo por la fe. Se es justificado solo por la fe. Se llega a una posición en la que Dios está cien por ciento de nuestro lado solo por la fe. Y para entrar al cielo, esa fe debe dar el fruto del amor. Buscad la santidad sin la cual no veréis al Señor. ¡Haced morir las obras de la carne, y viviréis!

No deberíamos hablar de entrar al cielo en el último día, a través del juicio final, cuando se evalúe si se ha producido alguna transformación en nuestras vidas que confirme la realidad de la fe, la cual es la única que justifica. No deberíamos decir que se puede vivir como el diablo e ir al cielo. No se puede.

Hay una santidad sin la cual no veremos al Señor (Hebreos 12:14). Esencial para la vida cristiana y necesaria para la salvación final es la muerte del pecado (Romanos 8:13) y la búsqueda de la santidad (Hebreos 12:14), la mortificación del pecado y la santificación en santidad. ¿Y qué hace que eso sea posible y agradable a Dios? Las siguientes dos oraciones son absolutamente cruciales para que vivas la vida cristiana de una manera que agrade al Señor. ¿Qué hace posible que mates el pecado y busques la santidad, las cuales son esenciales para ir al cielo?

Damos muerte al pecado y buscamos la santidad desde una posición justificada donde Dios ya está cien por ciento de nuestro lado solo por la fe. Estás en esa posición donde Dios está cien por ciento de tu lado solo por la fe, y desde esa posición, ahora das muerte a los pecados y ahora buscas la santidad desde esa posición.

Aquí está la segunda oración, la cual es de suma importancia: si tratamos de dar muerte al pecado y buscar la santidad desde una posición en la que no somos completamente aceptados, ni completamente perdonados, ni completamente justos en Cristo, donde Dios no está cien por ciento de nuestro lado, tal vez solo noventa y cinco por ciento de nuestro lado, entonces estaremos dando muerte al pecado y buscando la santidad como un medio para llegar al cielo.

Esa es la herejía de Gálata. Por consiguiente, somos justificados. Somos colocados en una posición en la que Dios está cien por ciento de nuestro lado solo por la fe, una posición en Cristo donde no hay acusaciones que se mantengan, ninguna condenación se sostenga, ninguna separación jamás llega. Hermanos y hermanas, se nos ha mostrado la solución al mayor problema del mundo. Ustedes lo saben. Hemos entrado al paraíso. Nos hemos puesto de cabeza de alegría. ¿No es así? ¿O usted no? Espero que sí o que lo haga.

Todo ha cambiado. Disfrútelo y muéstrelo al mundo. Ellos lo necesitan más que cualquier otra cosa, y usted no habrá desperdiciado su vida.