Textos para orar por nuestros hijos

De Libros y Sermones Bíblicos

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Última versión de 19:01 25 jun 2025

Recientemente un buen amigo compartió conmigo estos versículos que él y su esposa han orado por sus dos hijas (ahora adolescentes) desde que eran bebés. Los encontré muy útiles y los he incluido en mi carpeta de oración por mis propios hijos. Pensé en compartírtelos también. (¡Gracias, Chris!)

Contenido 1 Que Jesús los llame y nadie les impida acercarse a él. 2 Que respondan con fe al llamado fiel y persistente de Jesús. 3 Que experimenten la santificación por medio del poder transformador del Espíritu Santo, y que crezcan en el deseo de cumplir los grandes mandamientos. 4 Que no se unan en yugo desigual en relaciones íntimas, especialmente en el matrimonio. 5 Que sus pensamientos sean puros. 6 Que sus corazones sean movidos a dar generosamente a la obra del Señor. 7 Que cuando llegue el momento, ¡vayan!

Que Jesús los llame y nadie les impida acercarse a él.

“Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron. Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos. Y habiendo puesto sobre ellos las manos, se fue de allí.” (Mateo 19:13-15)

Que respondan con fe al llamado fiel y persistente de Jesús.

“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” (2 Pedro 3: 9).

Que experimenten la santificación por medio del poder transformador del Espíritu Santo, y que crezcan en el deseo de cumplir los grandes mandamientos.

“Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” (Mateo 22:37-39)

Que no se unan en yugo desigual en relaciones íntimas, especialmente en el matrimonio.

“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?” (2 Corintios 6:14)

Que sus pensamientos sean puros.

“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” (Filipenses 4:8)

Que sus corazones sean movidos a dar generosamente a la obra del Señor.

“De todos los varones y mujeres cuyo corazón los impulsó para traer para toda la obra que Jehová había mandado por medio de Moisés que se hiciese, trajeron ofrenda voluntaria a Jehová.” (Éxodo 35:29)

Que cuando llegue el momento, ¡vayan!

“Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” (Mateo 28:18-20)