Jesús es el Fin del Etnocentrismo
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Última versión de 16:41 8 ene 2013
Por John Piper sobre Armonía Racial
Traducción por Ruben Saenz Serrano
Domingo de la armonía racial
LUCAS 4:16-30 (LBLA)
Llegó a Nazaret, donde se había criado, y según su costumbre, entró en la sinagoga el día de reposo, y se levantó a leer. 17 Le dieron el libro del profeta Isaías, y abriendo el libro, halló el lugar donde estaba escrito: 18 EL ESPIRITU DEL SEÑOR ESTA SOBRE MI, PORQUE ME HA UNGIDO PARA ANUNCIAR EL EVANGELIO A LOS POBRES. ME HA ENVIADO PARA PROCLAMAR LIBERTAD A LOS CAUTIVOS, Y LA RECUPERACION DE LA VISTA A LOS CIEGOS; PARA PONER EN LIBERTAD A LOS OPRIMIDOS; 19 PARA PROCLAMAR EL AÑO FAVORABLE DEL SEÑOR. 20 Cerrando el libro, lo devolvió al asistente y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en El. 21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura que habéis oído. 22 Y todos hablaban bien de El y se maravillaban de las palabras llenas de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José? 23 Entonces El les dijo: Sin duda me citaréis este refrán: "Médico, cúrate a ti mismo"; esto es, todo lo que oímos que se ha hecho en Capernaúm, hazlo también aquí en tu tierra. 24 Y dijo: En verdad os digo, que ningún profeta es bien recibido en su propia tierra. 25 Pero en verdad os digo: muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses y cuando hubo gran hambre sobre toda la tierra; 26 y sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta, en la tierra de Sidón. 27 Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio. 28 Y todos en la sinagoga se llenaron de ira cuando oyeron estas cosas, 29 y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad para despeñarle. 30 Pero El, pasando por en medio de ellos, se fue.
El pasado Domingo, traté de anunciar la visión que llamé Plantando una Pasión. ¿Podemos unirnos como una sola congregación y tomarnos por nuestros brazos alrededor de un sueño y plantar una iglesia en el 2002 en algún lugar de las Ciudades Gemelas, o aún más allá tal como (Charlotte, NC para coincidir con el movimiento del BGEA allá?) Lo llamé Plantando una Pasión para que sea claro que está enfocado específicamente en la declaración de misión de nuestra Iglesia: Existimos para desplegar una pasión por la supremacía de Dios en todas las cosas para la alegría de toda la gente a través de Jesucristo. Pero puse en claro que la meta no es plantar cualquier clase de iglesia. Dí algunas descripciones específicas para ello: Centrada en Dios, exaltadora de Cristo, apegada a la Biblia, movilizadora a las misiones, ganadora de almas, buscadora de la justicia, etc.
La Búsqueda de la Justicia
Cuando usé el término “que buscadora de la justicia,” tenía en mente al menos dos cosas; el enfoque de este domingo en la armonía racial, y el enfoque del próximo domingo en la santidad de la vida. Dos de los más grandes asuntos de nuestro país al comienzo del siglo 21, son los asuntos de la justicia racial y la justicia para los que todavía no han nacido. Yo creo que hay una conexión entre ser una iglesia que busca la justicia y ser una iglesia centrada en Dios, que exalta a Cristo y que está apegada a la Biblia.
Necesitamos Estar más Centrados en Dios, Exaltar más a Cristo y ser más Apegados a la Biblia
Una de las razones de la iglesia evangélica – especialmente la iglesia evangélica blanca (a pesar de que tal designación es desafortunada, como lo es “iglesia negra”) – una de las razones por la que no hemos buscado justicia racial y justicia para los que todavía no han nacido con tanta pasión como podríamos, es que no hemos estado tan centrados en Dios, no hemos exaltado tanto a Cristo y no hemos sido tan apegados a la Biblia como creemos que somos.
Cuando decimos: “Existimos para desplegar una pasión por la supremacía de Dios en todas las cosas para la alegría de toda la gente,” realmente ¿hemos pensado profundamente acerca de cómo Dios ha sido hecho supremo en las relaciones raciales? ¿Hemos pensado en cómo Cristo es exaltado en las relaciones raciales? ¿Nos hemos preguntado cómo la Biblia está influyendo en nuestros pensamientos, en nuestros sentimientos y en nuestras acciones acerca de las relaciones étnicas y en asuntos de raza en la educación, en la vivienda, en la economía, y en la composición del cuerpo de Cristo? ¿Es la supremacía de Dios, la gloria de Cristo y el mensaje radical de la Biblia lo que moldea nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestras acciones “en todas las cosas para la alegría de toda la gente”?
La Parálisis de la Imperfección
Entonces, cuando pensamos acerca de plantar iglesias, no es porque ya hemos llegado a la meta y por lo tanto estamos listos para reproducirnos. Si esperamos hasta que hayamos llegado para atrevernos a hacer tal cosa, nunca lo haremos – y nunca te casarás, o seguirás casado; o conseguirás tu primer trabajo, o lo conservarás; o te irás de misionero, o permanecerás allá; o decidirás tener hijos o iniciar un ministerio. Pocas cosas paralizan tanto a la gente buena como su imperfección. O que Dios pueda levantar gente que escuche y aprenda, y deseche el criticismo paralizante de los pesimistas. Nuestro objetivo no es plantar una iglesia porque seamos perfectos, sino porque tenemos un sueño: Que una nueva iglesia, en un nuevo lugar, con diferentes líderes, hará algunas cosas mucho mejor de lo que nosotros las hacemos aquí, dirigidos por la misma visión Bíblica.
Vivir para una Gran Causa, no para una Gran Comodidad
Una de las formas en que yo pienso acerca de Plantar una Visión, es que estamos plantando gente comprometida a vivir por una causa grande, no por una gran comodidad. He predicado antes bajo el título: Ser un cristiano es moverse hacia la necesidad, no hacia la comodidad. Levantarse en la mañana e irse a la cama en la noche soñando, no acerca de cómo aumentar mi comodidad, sino cómo aumentar alguna gran causa centrada en Dios. Plantar una Pasión significa plantar gentes que no se desgastan a sí mismos persiguiendo día y noche su propio bienestar, o su propia exaltación, o su propia recreación, sino que busca n algo más grande y mejor que ellos mismos, o que su familia, o que su iglesia.
¿Cuál es la causa mayor por la que vives? Este domingo y también el próximo estaré preguntando: ¿Habrá alguno de ustedes – cientos de ustedes – que digan: “La causa más grande de mi vida es magnificar a Jesucristo a través de le justicia y la armonía racial centrada en Dios e influenciada por la Biblia?” O que alguien diga: “La causa más grande de mi vida es magnificar a Jesucristo a través de la justicia por los que todavía no han nacido centrada en Dios e influenciada por la Biblia.” O que Dios pueda levantar, a pesar de todo el egocentrismo, las lealtades temporales y las devociones indisciplinadas, hombres y mujeres que sostengan una gran causa, ¡no en la forma en que lo hace la adrenalina, sino en la forma en que lo hace el corazón!. La adrenalina produce un brote de necesaria energía, pero luego deja caer el cuerpo. El corazón se mantiene bombeando vida dentro del cuerpo en tiempos buenos y malos, en invierno y en verano, cuando está triste o alegre, fuerte o débil, ¡enfermo o sano! O por más cristianos de corazón en la causa de la justicia racial, no solamente cristianos de adrenalina.
Necesitamos William Wilberforces
¿Quiénes de entre ustedes son los William Wilberforce de nuestro tiempo? El fue profundamente cristiano, un evangélico vibrante y un apasionado en el largo camino de la causa de la justicia racial en Inglaterra. El 28 de octubre de 1787, cuando tenía 28 años, escribió en su diario: “El Dios Todopoderoso ha puesto delante de mi dos grandes objetivos, la supresión del tráfico de esclavos y la reforma de la moral. (Juan Pollock, Wildberforce, pg. 69) Batalla tras batalla en el Parlamento fue derrotado, debido a que el tráfico de esclavos africanos estaba demasiado incrustado en los intereses económicos de la nación. Pero él nunca renunció y nunca descansó. No fue un cristiano de adrenalina, sino un cristiano de corazón. El 24 de febrero de 1807, a las cuatro de la mañana, veinte años después que escribiera su diario, se efectuó la votación decisiva que declaró ilegal el tráfico de esclavos. Sin embargo, el trabajo no fue terminado sino después de otros veinte años de perseverancia. ¿Y qué pasó con la tenencia de esclavos? El 26 de julio de 1833, dieciséis años después, y tres días antes de que él falleciera, se efectuó la votación que declaró ilegal la esclavitud en toda Inglaterra y sus colonias.
De manera que cuando pienso en Plantar una Pasión, pienso en plantar una iglesia que genere esa clase pasión – una pasión del corazón, no una pasión inconstante. Que esté centrada en Dios, que exalte a Cristo, apegada a la Biblia, que busque la justicia, que nunca abandone, un gran compromiso por una gran causa, no una gran comodidad.
Si queremos poner a Dios en el centro, exaltar a Cristo, y ser apegados a la Biblia, vamos a los evangelios y escuchemos y miremos a Jesús poner fin al etnocentrismo – la convicción o el sentimiento de que mi grupo étnico debe ser tratado como superior o privilegiado.
Lucas 4:16-30: El Reino es Etnicamente Diferente de lo que Piensas
Comenzamos con Lucas 4:16-30. Aquí está el muchacho que creció en este lugar, regresando a Nazaret su pueblo natal, después de hacerse famoso en Capernaún. El va a la sinagoga el día de reposo y una multitud viene para escucharle. Y lo que hace en este mensaje es casi increíble. Casi provoca un motín. Y lo hace intencionalmente. Primero le entregan el libro del profeta Isaías para que lo lea, y El escoge el capítulo 61. Es acerca del Redentor que vendrá y liberará al oprimido y proclamará el día agradable del Señor (Vs. 18b-19); y luego proclama que eso ha sido cumplido en el momento en que lo oyen. Vs. 21: "Y comenzó a decirles: 'Hoy se ha cumplido esta Escritura que habéis oído.'" Eso era impresionante. Titulares: “Muchacho local se proclama el Mesías.” Pero esto no causa un motín. Vs. 22 "Y todos hablaban bien de El y se maravillaban de las palabras llenas de gracia que salían de su boca." Hasta aquí, todo está bien.
Pero veamos lo que dice a continuación: ¡Completamente inesperado! Inexplicable si lo que quieres son seguidores. Inexplicable si lo que quieres es solamente el crecimiento de la iglesia. Decide contar dos historias del Antiguo Testamento que pegaron justo en el rostro del etnocentrismo de su propio pueblo. Difícilmente pudo haber sido más ofensivo. Él sabe cuál será la respuesta, porque El dice en el Vs. 24: "En verdad os digo, que ningún profeta es bien recibido en su propia tierra." En otras palabras, si, ustedes están hablando bien de mi ahora (Vs. 22) mientras tienen su propia concepción de lo que hará el Mesías, y a qué será parecido su Reino. Pero esperen hasta que les diga lo que voy a hacer y a qué se parecerá mi Reino.
Luego cuenta la historia numero uno. Vs. 25-26, tomados de 1 Reyes 17: "Pero en verdad os digo: muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses y cuando hubo gran hambre sobre toda la tierra; (26) y sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta, en la tierra de Sidón. (Fenicia)." Inesperadamente, cuenta la historia acerca de Dios pasando por alto a toda la etnia judía para traer una milagrosa bendición sobre una extranjera gentil de la tierra de Sidón (Fenicia). Y lo hace abiertamente, convincentemente y sin suavizarlo ni dar explicaciones: Habían muchas viudas en Israel, pero Dios bendijo a una extranjera.
Y si esto no fuera suficiente, cuenta otra historia de 2 Reyes 5:27: "Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio." Nuevamente el punto es: De toda la gente que Dios pudo haber escogido para curarles de la lepra, El escogió a un principal extranjero, a un sirio, no a un judío.
Estas dos historias no pasaron desapercibidas por el etnocentrismo de Nazaret. Vs. 28: "Y todos en la sinagoga se llenaron de ira cuando oyeron estas cosas, (29) y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad para despeñarle. (30) Pero El, pasando por en medio de ellos, se fue." Ellos lo entendieron, y no les gustó.
Ahora, ¿Cuál es el punto de esta historia? El punto es: El Reino que les traigo, dice Jesús, es étnicamente diferente de lo que ustedes piensan. Ustedes como el pueblo escogido de Israel, no han producido humildad ni compasión, sino orgullo y desprecio. Jesús es el fin del etnocentrismo. Mírenme a mí. Aprendan de mí, dice Él, he venido para redimir un pueblo de cada grupo étnico, no solamente de uno o unos pocos. Ay de ustedes por su fracaso en ver en la justicia y misericordia de Dios su celo por reunir a toda clase de gente en un reino de sacerdotes y amigos.
Mateo 8:5-13 La Fe en Jesús Triunfa Sobre el Origen Étnico.
¿He ido muy lejos al pronunciar un ay por esta gente de Nazaret? Ustedes deciden mientras consideran otra historia, esta vez de Mateo 8:5-13. Jesús termina el Sermón de la Montaña en Mateo 5-7 y luego, en Mateo 8:1-4 toca a un leproso, el más despreciado y aislado de toda la gente en Israel, y lo sana. Luego, en Mateo 8:5 entra en Capernaún y se encuentra con la segunda más despreciada y desagradable clase de persona – un centurión romano. Igual que un marine americano para un guerrillero talibán. El hecho de que este centurión particular tenía cierta popularidad entre los judíos (Lucas 7:3-5) es pasado por alto en Mateo. No es relevante en este punto. El hombre es un extranjero, no un judío. Esto es lo que revela el evangelio de Mateo.
¿Cuál será el punto de esta historia? El centurión le ruega a Jesús diciendo: "Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, sufriendo mucho." Sin dudar un instante, Jesús le dice en el versículo 7: "Yo iré y lo sanaré." Entonces el centurión dice algo que Jesús encuentra asombroso. Vs. 8: "Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; mas solamente di la palabra y mi criado quedará sano. (9) Porque yo también soy hombre bajo autoridad, con soldados a mis órdenes; y digo a éste: 'Ve', y va; y al otro: 'Ven', y viene; y a mi siervo: 'Haz esto', y lo hace.
Cuando Jesús escucha esto, dice el versículo 10, que él se maravilla. Luego toma toda esta situación, la cual todo el mundo pensó que era acerca de sanidad, poder y autoridad, y la convierte en algo completamente diferente, más concretamente en una situación acerca de la composición del Reino hecho de extranjeros y acerca de los peligros de confiar en la identidad étnica para recibir bendiciones. Vs. 10b: "En verdad os digo que en Israel no he hallado en nadie una fe tan grande. (11) Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente. . ." ¡Oriente y occidente! ¿Qué es eso? Eso es Fenicia (la franja de Gaza), Egipto, Grecia, Arabia, Persia (Jordania, Irán, Irak, Afganistán, Pakistán, India, China) ¿Y qué pasará cuando ellos vengan – esos extranjeros incircuncisos, con sus costumbres impuras y su apariencia extraña? Vs. 11b: ". . . y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos. (12) Pero los hijos del reino serán arrojados a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes."
Ahora, ¡esto es completamente impactante! Tienes que sentir su fuerza. Jesús le está diciendo al pueblo escogido de Israel que primero los romanos, igual que este centurión creyente, y luego toda clase de impuros étnicos gentiles entrarán al reino de los cielos, pero ustedes, los "hijos del reino," serán echados a las tinieblas. Casi nunca se ha oído hablar de esta manera acerca de la raza escogida. ¿Qué es lo que está diciendo? Él está diciendo: Jesús es el fin del etnocentrismo.
O para ponerlo de una manera más positiva: Jesús está diciendo que con su venida ha llegado una forma más radical de definir al pueblo de Dios, concretamente, la fe en El. La fe en Jesús triunfa sobre el origen étnico. Una y otra vez, en los evangelios sucede esto:
- La historia del buen Samaritano – el extranjero es el héroe de la misericordia (Lucas 10:33)
- Diez leprosos son sanados y sólo uno regresa; ¿y qué es él? Un Samaritano. El extranjero destaca con humilde gratitud (Lucas 17:16)
- La sanidad de la hija de la mujer Sirofenicia (Marcos 7:26)
- La adoración de los sabios de Oriente, probablemente de Persia o Arabia (Mateo 2:1)
- Y finalmente la muerte y resurrección de Jesús la cual El mismo la relata en la parábola de los labradores malvados (Mateo 21:33-43) El dueño envía a su hijo a recibir los frutos de la viña de sus arrendadores. Ellos lo matan. Y Jesús pregunta: "¿Qué hará el dueño?" ¿Qué hará Dios cuando su Hijo sea rechazado por su pueblo escogido? El versículo 43 nos da la respuesta: "Por eso os digo que el reino de Dios os será quitado y será dado a una nación que produzca sus frutos."
No el Color, sino la Fe en Cristo
Esto es lo que Martín Luter King estaba señalando en su más famoso discurso, cuando dijo: “Yo tengo el sueño de que algún día mis cuatro hijos pequeños vivan en una nación donde no sean juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter.”
Jesús es el fin del etnocentrismo. La marca del reino no es el color de la piel, sino la fe en Cristo. Noel y yo estábamos recordando el día de ayer en el teléfono, mientras hablábamos con nuestro hijo Benjamín que está en Chicago. Recodamos Urbana 1967. Se le preguntó a Warren Webster delante de 15.000 estudiantes, ¿Qué pasaría si su hija decide casarse con un pakistaní, mientras usted está ministrando allá? Su respuesta todavía resuena en nuestros oídos hoy, mientras espero que este mensaje lo haga en sus oídos: Es mejor un Pakistaní cristiano y pobre, que un banquero Americano blanco, rico e incrédulo. En otras palabras, el tema es Cristo, y no el color de la piel. Jesús es el fin del etnocentrismo.
Si vamos a plantar una iglesia que sea centrada en Dios, que exalte a Cristo, que sea apegada a la Biblia y que busque la justicia, también terminará de esa manera. Y qué hermosa cosa es cuando se termina y cada tribu y raza y pueblo exaltan juntos a Cristo. ¡Oh, Señor, haz que esto suceda!
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