Colaboradores en vuestro gozo
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Última versión de 22:36 2 mar 2019
Por David Mathis sobre Liderazgo Espiritual
Traducción por Jon Germán
Contenido |
Por qué Cristo nos dio líderes
Vivimos en una sociedad que se ha vuelto dolorosamente escéptica respecto al liderazgo - algunas veces por una buena razón.
Las historias de uso y abuso abundan, y las decepciones se convierten en grandes titulares. Todos hemos sentido el aguijón de ser defraudados por algún líder en quien habíamos depositado nuestra confianza. El dolor y la confusión son reales. Las heridas pueden ser profundas. Aprendemos a protegernos de futuras decepciones, y el cinismo se convierte en un escudo fiable.
Pero los fracasos notorios de líderes famosos pueden enmascarar la verdadera fuente de nuestro descontento respecto a ser guiados: nuestra historia de amor con uno mismo y la autonomía. Y junto con ello hay un sentido distorsionado de lo que es el liderazgo. Cuando el liderazgo se ha convertido en un símbolo de estatus, éxito y privilegio, estamos contentos de ser nosotros mismos líderes y salirnos con la nuestra, pero somos reacios a concederle a cualquier otra persona ese lugar sobre nosotros.
Guiados por Dios a través de líderes
En tal confusión, la fe cristiana habla de un mensaje diferente. Necesitáis liderazgo. Es por vuestro bien. Fuisteis diseñados para ser guiados. Sí, en última instancia, por Dios - a través del Dios-hombre que ejerce toda autoridad a la derecha del Padre. Pero aún hay más.
El Cristo resucitado ha establecido que haya líderes humanos en su iglesia en la tierra. Tan precioso como es el sacerdocio de todos los creyentes - una verdad notable que fue radicalmente contracultural desde el primer siglo hasta la Reforma - hoy tenemos una necesidad creciente de articular de nuevo la naturaleza y la bondad del liderazgo en la iglesia local.
Una visión cristiana del liderazgo
Una de las maneras en que Cristo gobierna su iglesia y la bendice es dándole el don de los líderes: "Y Él dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo" (Efesios 4:11-12, LBLA).
La mención de "pastores y maestros" tiene un significado especial, porque incluye al pastor(es) de tu iglesia local. Nunca conociste a uno de los apóstoles de Jesús, pero lo más probable es que conozcas a un pastor. Los pastores son un regalo de Cristo para guiar y mantener su iglesia hoy en día.
¿Son imperfectos? Sí. ¿Pecadores? Absolutamente. ¿Han cometido algunos pastores errores terribles, trasquilando a sus rebaños e hiriendo a aquellos que fueron encargados de proteger? Tristemente, sí, demasiados lo han hecho. Pero no es porque estuvieran cumpliendo la visión de lo que es el verdadero liderazgo cristiano, sino porque no lo estaban logrando. De hecho, sus fracasos muestran -en contraste- lo que el verdadero liderazgo en la iglesia debería ser.
Los líderes son para tu gozo
La carta a los hebreos da esta importante visión de la dinámica del liderazgo cristiano:
Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta. Permitidles que lo hagan con alegría y no quejándose, porque eso no sería provechoso para vosotros. (Hebreos 13:17)
He aquí una hermosa visión, similar a la del matrimonio, de la relación entre la iglesia y sus líderes. Los líderes, por su parte, trabajan en beneficio de la iglesia. Y la iglesia, asimismo, quiere que sus líderes trabajen felices, sin quejas, porque el gozo de los pastores al dirigir será en beneficio de la propia iglesia. La gente quiere que sus líderes trabajen con alegría porque saben que están trabajando para ellos.
Los líderes en la iglesia, entonces, como dice Pablo en 2 Corintios 1:24, son colaboradores para su gozo. Cristo da líderes a su pueblo para su gozo. Eso pone patas arriba el paradigma mundial de liderazgo.
Para vuestro progreso y beneficio
Pablo se veía a sí mismo como un colaborador para el gozo en la vida de los filipenses. "Permaneceré y continuaré con todos vosotros para vuestro progreso y gozo en la fe, para que vuestra profunda satisfacción por mí abunde en Cristo Jesús a causa de mi visita otra vez a vosotros" (Filipenses 1:25-26).
Vio su liderazgo como un trabajo por el "progreso y el gozo en la fe" de la iglesia. ¿Cuán entusiasmada, entonces, debe haber estado la gente de someterse a tal líder? Cambia drásticamente la perspectiva de someterse a un líder cuando sabes que no está detrás de su propio beneficio, sino buscando genuinamente lo que es mejor para ti, lo que te dará un gozo más profundo y duradero. "No es que queramos tener control de vuestra fe, sino que somos colaboradores con vosotros para vuestro gozo" (2 Corintios 1:24)
Aquellos que sois escépticos con los líderes en general, ¿qué tal si supierais que "los que están sobre vosotros en el Señor" (1 Tesalonicenses 5:12) no estaban en esto para encender su ego, para obtener privilegios, o para hacer valer su voluntad de controlar a otros, sino que estaban dejando activamente de lado sus derechos y comodidades para tomar la iniciativa y gastar su energía en trabajar para vuestro gozo?
Y vosotros que sois líderes en la iglesia, en el hogar o en el mercado, ¿qué pasaría si aquellos bajo vuestro cuidado estuvieran convencidos - profundamente convencidos - de que vuestra autoridad no era para el auto-engrandecimiento o la auto-promoción, sino que estábais trabajando para su gozo? ¿Que vuestro gozo en el liderazgo no era egoísta, sino una satisfacción que encontrabais en ver el gozo de aquellos a quienes dirigís?
No hay mayor gozo
Los líderes disfrutan del mayor gozo cuando realmente buscan los intereses de los demás, cuando hacen todo lo que está en su poder para lograr el florecimiento y la prosperidad de quienes están bajo su cuidado. Conocen el deleite del apóstol que dice: "No tengo mayor gozo que éste: oír que mis hijos andan en la verdad" (3 Juan 4). Ellos pueden decir: "¿quién es nuestra esperanza o gozo o corona de gloria? ¿No lo sois vosotros en la presencia de nuestro Señor Jesús en su venida?" (1 Tesalonicenses 2:19-20).
Cuando los pastores encargados de la iglesia se muestran como colaboradores del verdadero gozo de sus rebaños, caminan bajo los pasos del Gran Pastor - el gran Colaborador para tu gozo - el que nos dice que oremos "para que vuestro gozo sea completo" (Juan 16:24), y nos habla "para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea perfecto" (Juan 15:11; también Juan 17:13).
El liderazgo cristiano existe para el gozo de la iglesia. Tal visión lo cambia todo, primero para los pastores y luego para su gente.
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