¿Luchas con las dudas?
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{{info|Do You Struggle with Doubts?}}¿Luchas con las dudas? Claro que sí. Mentirías si dices que no. Todos caminamos por temporadas de sacudidas grandes o pequeñas. Y entonces te preguntas: “¿Cómo será al final? ¿Y si me atacan al final?” | {{info|Do You Struggle with Doubts?}}¿Luchas con las dudas? Claro que sí. Mentirías si dices que no. Todos caminamos por temporadas de sacudidas grandes o pequeñas. Y entonces te preguntas: “¿Cómo será al final? ¿Y si me atacan al final?” | ||
- | No recibiste el espíritu | + | No recibiste el espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que recibiste el Espíritu de adopción como hijo. Cuando clamas “Abba Padre”- y esta puede ser la única verdad que puede salir de tu boca: “¡Abba Padre!”-, cuando clamas “Abba Padre”, es el Espíritu mismo siendo testigo con tu espíritu que eres hijo de Dios. Y si hijos, también herederos –herederos de Dios y coherederos con Cristo, si en verdad padecemos con Él, a fin de que también seamos glorificados con Él (véase Romanos 8:15-17, LBLA). |
- | El trabajo del Espíritu Santo | + | El trabajo del Espíritu Santo en la hora de la prueba es preservarte de la duda que destruye la fe y darte el dulce regalo de la seguridad. |
Última versión de 18:10 12 abr 2019
Por John Piper
sobre Seguridad de la Salvación
Una parte de la serie Message Excerpt
Traducción por Sandra Gresati
¿Luchas con las dudas? Claro que sí. Mentirías si dices que no. Todos caminamos por temporadas de sacudidas grandes o pequeñas. Y entonces te preguntas: “¿Cómo será al final? ¿Y si me atacan al final?”
No recibiste el espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que recibiste el Espíritu de adopción como hijo. Cuando clamas “Abba Padre”- y esta puede ser la única verdad que puede salir de tu boca: “¡Abba Padre!”-, cuando clamas “Abba Padre”, es el Espíritu mismo siendo testigo con tu espíritu que eres hijo de Dios. Y si hijos, también herederos –herederos de Dios y coherederos con Cristo, si en verdad padecemos con Él, a fin de que también seamos glorificados con Él (véase Romanos 8:15-17, LBLA).
El trabajo del Espíritu Santo en la hora de la prueba es preservarte de la duda que destruye la fe y darte el dulce regalo de la seguridad.
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