Una Expiación Particular
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Última versión de 12:42 13 mar 2014
Por Ligonier Ministries Staff
sobre Expiación
Una parte de la serie Tabletalk
Traducción por Javier Matus
“Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas” (Juan 10:11).
- Juan 10:11-18
Durante la última semana hemos estado viendo la expiación de Jesús. Hemos visto que la Expiación fue hecha para satisfacer la justicia de Dios por medio de la muerte substituta de Cristo. También hemos visto los extremos a los que Dios ha ido para rescatar a Su Novia de la esclavitud al llevar sobre Él la maldición de la Cruz.
Hoy concluimos nuestro breve estudio de la Expiación haciendo la pregunta: “¿Para quién murió Cristo?” El espacio impide un estudio a fondo de esta pregunta tan ardientemente debatida, por lo que sólo podremos discutirla aquí de manera breve.
A menos que usted sea un universalista, debe estar de acuerdo con que la Expiación está limitada en algún sentido. Está claro a partir de la experiencia y del testimonio de la Escritura que no todos se salvan. Algunas personas nunca reciben los beneficios de la Expiación y están destituidos de la misericordia de Dios para siempre.
¿Pero qué limita el alcance de la Expiación? ¿Es Dios o es el hombre? ¿Es la eficacia de la Expiación dependiente de la respuesta de la humanidad, o es dependiente del plan y propósito de Dios? La pregunta más pertinente es: ¿Cuál era exactamente la intención de Dios en la Expiación?
Los arminianos dicen que la intención de Dios en la Expiación era hacer expiación para todos. Pero esta salvación es sólo una realidad potencial. Depende de una decisión de “libre albedrío” del hombre el reclamar esta expiación para sí mismo. En este punto de vista, la obra de Cristo salva potencialmente a todo el mundo, pero en realidad, no salva a nadie. Y lamentablemente, los arminianos, si quieren preservar el “libre albedrío”, también deben creer que la Expiación tiene el potencial de no salvar a nadie. El “libre albedrío” también debe significar que es posible que nadie crea.
Sin embargo, la Biblia nos dice que Cristo no fue a la cruz sólo para una expiación potencial. Se nos dice que Cristo vería Su sacrificio y quedaría satisfecho sabiendo que realmente salvaría a algunos (Isaías 53:11). Se nos dice que Cristo vino a salvar a Su pueblo de sus pecados (Mateo 1:21).
Es por eso que la teología reformada insiste en una expiación particular. El plan de Dios no era dar una posibilidad de que algunos se salvarían, sino que Su plan era garantizar que aquellos a quienes Él ha escogido serían salvos. Cuando Cristo murió, murió por los pecados de Su pueblo. Él puso Su vida por Sus ovejas solamente (Juan 10:11). De este modo, Él garantizó su salvación. Se aseguró de que el Espíritu Santo movería a Su pueblo a confiar en Cristo. Él logró realmente la salvación de los elegidos.
Coram Deo
La muerte de Cristo basta para salvar a todos los que Dios quería salvar. Pero ese no es el punto principal, sino que el punto es que el poder de la Expiación logra la redención para aquellos a quienes Dios ha elegido. Y si usted es un hijo de Dios, puede estar seguro de que es uno de aquellos a quienes el Mesías hizo una verdadera expiación.
Pasajes para Estudio Adicional
Isa. 10:20-22a
Juan 6:37-39; 17:9
Hechos 20:28
Ef. 1:3-5
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