Paz Mundial
De Libros y Sermones BÃblicos
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Así que hay una gran pregunta: ¿Cómo podemos seguir a Jesús en el camino de la paz cuando nuestros corazones están desbordantes de deseos y anhelos que muchas veces no se realizan? No creo que exista forma alguna que haga al ser humano cesar de tener deseos. Usted no desearía hacerlo si pudiera. Es cierto que una persona sin deseos no haría la guerra, pero tampoco haría el amor, o poemas, o fiestas de cumpleaños, o carreteras, u hospitales. La respuesta no está en ahogar el deseo. La respuesta está en redirigir el deseo hacia Dios quién nos promete la satisfacción definitiva. | Así que hay una gran pregunta: ¿Cómo podemos seguir a Jesús en el camino de la paz cuando nuestros corazones están desbordantes de deseos y anhelos que muchas veces no se realizan? No creo que exista forma alguna que haga al ser humano cesar de tener deseos. Usted no desearía hacerlo si pudiera. Es cierto que una persona sin deseos no haría la guerra, pero tampoco haría el amor, o poemas, o fiestas de cumpleaños, o carreteras, u hospitales. La respuesta no está en ahogar el deseo. La respuesta está en redirigir el deseo hacia Dios quién nos promete la satisfacción definitiva. | ||
- | ¿No es cierto que cuando una persona se vuelve abusiva u hostil es porque no está descansando en la promesa de Dios que todo será para su bien? La razón que exista tanta gente enojada, hostil y combativa en el mundo, es porque no hay mucha gente que realmente | + | ¿No es cierto que cuando una persona se vuelve abusiva u hostil es porque no está descansando en la promesa de Dios de que todo será para su bien? La razón de que exista tanta gente enojada, hostil y combativa en el mundo, es porque no hay mucha gente que realmente crea que el Dios viviente está en cada situación para el bien de aquellos que confían en Él. Y sin embargo el gran profeta Isaías dijo, "Ni el ojo había visto a un Dios fuera de ti que obrara a favor del que esperaba en Él" (Isaías 64:4, LBLA). Y Jesús dijo, "No os preocupéis; vuestro Padre conoce vuestras necesidades; buscad primero su Reino, y Él os dará lo que de verdad necesitáis" (Mateo 6:31-33). |
- | El evangelio de la paz no nos exige dejar de desear, sino que | + | El evangelio de la paz no nos exige dejar de desear, sino que dirijamos nuestro deseo hacia Dios y descubramos que las promesas conseguidas por Jesucristo en la cruz y aseguradas para nosotros por su resurrección, son satisfactorias más allá de cualquier medida. |
- | Por lo tanto, si | + | Por lo tanto, si quiere ser un pacificador, lo primero es tener confianza en que todo lo que Dios hace es para el bien de aquellos que lo aman. Y luego, cuando su corazón se haya liberado del miedo, la culpa y la avaricia, podrá orar con verdadero amor para que los líderes del mundo dirijan sus deseos hacia el Dios vivo y encuentren la paz que sobrepase todo entendimiento para ellos y para las naciones. |
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Revisión de 19:34 20 sep 2012
Por John Piper
sobre Asuntos Sociales
Una parte de la serie Interviews
Traducción por Susana Jerónimo
Programa de radio
Santiago, el hermano de Jesús, escribió una carta a algunas iglesias Cristianas esparcidas por todo el imperio Romano en la que preguntaba, “¿Qué causa las guerras y cuáles son las causas de las peleas entre ustedes?” ¿No son sus pasiones las que están en guerra en sus cuerpos? ustedes desean y no tienen; entonces matan. ustedes codician y no obtienen; entonces luchan y hacen la guerra." En otras palabras, el origen de los conflictos hostiles, ya sea entre naciones o vecinos, es el deseo frustrado, "ustedes desean y no tienen, entonces matan."
El padre cansado desea paz y quietud pero los niños están muy emocionados con un nuevo juego, entonces él descarga su enojo. El universitario a punto de terminar desea casarse, pero su novia rompe el compromiso, y entonces él fluctúa entre la depresión y la rabia por meses. Un partido político quiere controlar la legislatura, pero no tiene buenos candidatos, así que desprestigia a la oposición. Una nación desea una frontera más segura, entonces invade a otro territorio. "desean y no tienen, entonces matan"—o roban, o explotan, o mienten, o se quejan y la paz se desvanece del mundo.
Pero Jesús dijo "Bienaventurados los que procuran la paz" (Mateo 5:9, LBLA) San Pablo dijo, "Si es posible, en cuanto de vosotros dependa, estad en paz con todos los hombres" (Romanos 12:18, LBLA). Y el apóstol Pedro dijo, "Busque la paz y sígala" (1 Pedro 3:11,LBLA). Una y otra vez en la Biblia Dios es llamado el "Dios de la paz"" (Romanos 15:33; 16:20; Filipenses 4:9; Hebreos 13:20; 1 Tesalonicenses. 5:23; 2 Tesalonicenses 3:16). Jesús es llamado el "Príncipe de Paz" (Isaías 9:6). Su mensaje es llamado el "evangelio de la paz" (Hechos 10:36; Efesios 6:15). Y en la nueva era, la cual promete traer, "la justicia y la paz se besarán" una a la otra (Salmos 85:10).
Así que hay una gran pregunta: ¿Cómo podemos seguir a Jesús en el camino de la paz cuando nuestros corazones están desbordantes de deseos y anhelos que muchas veces no se realizan? No creo que exista forma alguna que haga al ser humano cesar de tener deseos. Usted no desearía hacerlo si pudiera. Es cierto que una persona sin deseos no haría la guerra, pero tampoco haría el amor, o poemas, o fiestas de cumpleaños, o carreteras, u hospitales. La respuesta no está en ahogar el deseo. La respuesta está en redirigir el deseo hacia Dios quién nos promete la satisfacción definitiva.
¿No es cierto que cuando una persona se vuelve abusiva u hostil es porque no está descansando en la promesa de Dios de que todo será para su bien? La razón de que exista tanta gente enojada, hostil y combativa en el mundo, es porque no hay mucha gente que realmente crea que el Dios viviente está en cada situación para el bien de aquellos que confían en Él. Y sin embargo el gran profeta Isaías dijo, "Ni el ojo había visto a un Dios fuera de ti que obrara a favor del que esperaba en Él" (Isaías 64:4, LBLA). Y Jesús dijo, "No os preocupéis; vuestro Padre conoce vuestras necesidades; buscad primero su Reino, y Él os dará lo que de verdad necesitáis" (Mateo 6:31-33).
El evangelio de la paz no nos exige dejar de desear, sino que dirijamos nuestro deseo hacia Dios y descubramos que las promesas conseguidas por Jesucristo en la cruz y aseguradas para nosotros por su resurrección, son satisfactorias más allá de cualquier medida.
Por lo tanto, si quiere ser un pacificador, lo primero es tener confianza en que todo lo que Dios hace es para el bien de aquellos que lo aman. Y luego, cuando su corazón se haya liberado del miedo, la culpa y la avaricia, podrá orar con verdadero amor para que los líderes del mundo dirijan sus deseos hacia el Dios vivo y encuentren la paz que sobrepase todo entendimiento para ellos y para las naciones.
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