Los Sacrificios De La Ley

De Libros y Sermones Bíblicos

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Última versión de 18:26 13 oct 2014

“La ley… nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan” (Heb. 10:1).

- Hebreos 10:1-2

Hace dos mil años, el autor de la carta a los Hebreos se encontró responsable del cuidado espiritual de una congregación que estaba sufriendo persecución por confesar al Señor Jesucristo. Como resultado, muchos de ellos querían abandonar su confesión con el fin de volver al antiguo pacto y escapar del sufrimiento.

Es difícil de creer que alguien siquiera pudiera pensar en abandonar a Cristo, sobre todo teniendo en cuenta Su superioridad a los ángeles y a Moisés (Heb. 1:1-3:6). Sin embargo, este público fue tentado a darle la espalda. Estaban en la misma posición como la primera generación de Israel que salió de Egipto quienes, por su falta de fe salvadora, fueron excluidos de la Tierra Prometida (3:7-4:13).

Al ver la posibilidad de una apostasía, el autor de Hebreos escribió su carta para evitar que sucediera. No quería que su público abandonara el perfecto Sumo Sacerdote del orden de Melquisedec (4:14-7:28). No creía que la salvación se pudiera perder. Sin embargo, él sabía que aunque los elegidos están seguros en su redención, todavía son responsables de demostrar la realidad de su regeneración a través de la fe y la obediencia. Él sabía que la vida de fe es un viaje y que la perseverancia es un proceso. Y él sabía que el Espíritu Santo utilizaría las advertencias en su epístola para hacer que aquellos quienes tenían la verdadera fe demostraran su realidad al aferrarse a Cristo.

La persecución, y el hecho de que los nuevos cielos y la nueva tierra aún no habían llegado, hacían difícil al público original creer que estaban viviendo en los días del nuevo pacto. Pero aunque que el nuevo pacto no ha sido plenamente consumado aún, ya está aquí (8:1-13), y se llevará a su término por medio de la sangre eficaz de Jesucristo (9:1-28).

Este mes estudiaremos Hebreos 10, que continúa el énfasis en el sacrificio perfecto de Cristo. El pasaje de hoy nos recuerda de nuevo que el regreso al antiguo pacto sería insensato, porque sería un regreso a los días oscuros de los sacrificios repetidos (10:1). Su repetición demostraba que no podían limpiar al adorador, porque si pudieran, no hubieran tenido que hacerse una y otra vez (v. 2). Esto, como veremos en los próximos días, es completamente distinto del sacrificio final y eficaz de Cristo.

Coram Deo

La Ley es la sombra, pero Cristo es la realidad. Él es el cumplimiento de todo lo que vino antes de Él. Él hizo la verdadera expiación por nuestro pecado. Él verdaderamente hace intercesión por nuestra salvación. Él ha hecho lo que no podemos hacer por nosotros mismos. Dedique algún tiempo para adorar a Cristo y dele gracias por traer las promesas de Dios a la realidad.

Pasajes para Estudio Adicional

Lev. 16
Isa. 6:5
Ef. 2:1-10
Col. 2:16-17
Heb. 10:14