Pecando Voluntariamente
De Libros y Sermones BÃblicos
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Última versión de 20:19 8 dic 2014
Por Ligonier Ministries Staff
sobre Perseverancia de los Santos
Una parte de la serie Tabletalk
Traducción por Javier Matus
“Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados” (Heb. 10:23).
- Hebreos 10:26-27
Todos los cristianos saben que Cristo pagó un alto precio para redimirnos del poder del pecado. Nada menos que Su muerte y sufrimiento bajo la ira de Dios pudo haber asegurado nuestra salvación eterna.
Esta muerte, que perfecciona al pueblo de Dios (Heb. 10:14), exige una vida de obediencia vivida en agradecimiento por nuestra salvación. La muerte de Cristo exige una vida que, aunque no sea perfecta, sea caracterizada por un corazón que está inclinado hacia las cosas de Dios y no las cosas del mal. Cuando el corazón está inclinado hacia el mal, no hay sacrificio por el pecado; es decir, Cristo no ha hecho un sacrificio para tal persona. Porque, si lo hubiera hecho, esa persona sería gobernada no por el pecado sino por el amor a Cristo.
Esto es lo que el autor de Hebreos nos dice en el pasaje de hoy. Una vez más llegamos a una solemne advertencia para la comunidad del pacto acerca de la necesidad de la perseverancia. Si los miembros de esta comunidad no se alejan del pecado, retrocederán y tienen una expectativa de juicio y no de las promesas de Dios (vv. 26-27).
¿Qué estamos viendo aquí exactamente? John Calvin y John Owen están de acuerdo en que el pecado que el autor tiene en mente principalmente es la renuncia completa y definitiva de la fe después de ser iluminado a ella. Esto no quiere decir que los elegidos pueden perder su salvación. Como vimos cuando estudiamos Hebreos 6, es posible llegar a un conocimiento de Cristo aparte de la fe. Aquellos que cometen una negación definitiva de Cristo son del grupo que desde el principio nunca habían realmente puesto su fe en Él.
El énfasis en la negación deliberada, o final, es importante porque, como demuestra la vida del discípulo Pedro, los verdaderos creyentes pueden negar a Cristo temporalmente y todavía ser restaurados. Owen señala que la negación final se realiza “obstinadamente, con malicia, por elección, sin coacción o temor…y no cuando uno es tomado por sorpresa o por caer a través de una tentación repentina, como cuando Pedro negó a Cristo.” La apostasía final no es un suceso repentino, sino que resulta de una indulgencia impenitente en el pecado.
Una vez más observamos que el autor de Hebreos, al igual que todos los demás creyentes, sólo puede estar seguro de su propia salvación. Por lo tanto, él debe emitir esta advertencia en términos generales. Los verdaderos creyentes la tomarán en serio y se arrepentirán, apartándose de los pecados persistentes que de otra manera les conducirían a la apostasía final. Pero los que no tienen la verdadera fe persistirán en el pecado impenitente para su propia condenación.
Coram Deo
¿Usted se encuentra luchando con un pecado en particular que usted simplemente no puede superar? ¿Hay alguna violación de la ley de Dios la cual se siente obligado a cometer a pesar de que cree en Cristo? Si es así, arrepiéntase y encuentre un pastor, amigo o consejero que pueda ayudarle a superar su pecado para que no lo aleje de Cristo.
Pasajes para Estudio Adicional
Gén. 4:7
Deut. 4:25-31
Rom. 6:12-14
1 Juan 3:4-10
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