Paciencia Con Confianza

De Libros y Sermones Bíblicos

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Última versión de 20:09 12 ene 2015

“No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.” (Heb. 10:35-36).

- Hebreos 10:35-36

Frente a la posibilidad real de la apostasía final entre aquellos que profesan la fe en Cristo, el autor de Hebreos escribió a su público una carta a alentarlos a perseverar en su fe. Este público estaba tan atribulado por la persecución que viene con ser parte de la comunidad cristiana que querían volver al antiguo pacto donde podrían disfrutar la seguridad física y, por lo que ellos pensaban, la espiritual.

El problema era que muchos en el público original de los hebreos habían olvidado la recompensa eterna que una vez anticiparon (10:34). Se habían olvidado que Jesús era superior a los ángeles y a Moisés (1:1-3:6). Se habían olvidado que era el Sumo Sacerdote de la orden mayor de Melquisedec (cap. 7) cuyo sacrificio acabó con los sacrificios ineficaces del Antiguo Pacto (9:1-10:18).

Sin embargo, las cosas no siempre habían sido así para ellos. El autor les recuerda en 10:32-34 de cómo se habían comportado cuando primero profesaron a Cristo. Su amor unos por otros y la paciencia ante la persecución demostró que algunos, si no todos ellos, tenían fe verdadera y podrían ser conducidos de nuevo a la confianza en Cristo.

En el pasaje de hoy, el autor recuerda a sus lectores que deben aferrarse a su confianza inicial. Él les dice que no la desechen, ya que tiene una gran recompensa (v. 35). A la luz del sufrimiento que muchos ya habían sufrido por amor a Cristo, el desechar la confianza en Él no haría ningún sentido en absoluto. Sería darle la espalda al único que puede dar acceso a la presencia de Dios (Juan 14:6). Sería darle la espalda al que va a renovar todas las cosas (Rom. 8:21). Sería darle la espalda al que otorga a Su pueblo el gobernar y reinar con Él (Ap. 20:4).

Si desechamos esta confianza, también desecharemos nuestra recompensa. Los que hemos confesado a Cristo necesitamos paciencia para que recibamos todas Sus promesas (Heb. 10:36), porque sólo aquellos de nosotros quienes mantenemos nuestras confesiones hasta el fin seremos salvos (vv. 38-39). Los analistas coinciden en que esta paciencia se basa en la resolución firme de corazón y mente que resulta de tener nuestra confianza solamente en Cristo. Los problemas de la vida nos alejarán de Cristo si confiamos en nuestras propias capacidades para ser fieles y no en Su fidelidad.

Coram Deo

Hemos estado hablando en detalle la importancia de los medios que Dios usa para mantenernos en la fe. Sin embargo, por mucho que se nos manda a perseverar, nuestra confianza no debe estar en nuestras propias habilidades, sino en Cristo. Ore para que el Señor le ayude a quitar sus ojos de usted mismo y ponerlos en Cristo mientras persevera en la fe.

Pasajes para Estudio Adicional

Sals. 71; 77
Prov. 3:25-26
1 Cor. 9:24
Heb. 12:1-2

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