Haced Sendas Derechas
De Libros y Sermones BÃblicos
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Última versión de 19:12 7 sep 2015
Por Ligonier Ministries Staff
sobre Santificación y Crecimiento
Una parte de la serie Tabletalk
Traducción por Javier Matus
“Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado” (Heb. 12:12-13).
- Hebreos 12:12-13
Todos los cristianos aprenden rápidamente que el vivir una vida de fidelidad no es una tarea fácil. Las tentaciones vienen a nosotros para impedir que prosigamos hacia adelante al premio del cielo. A veces nos cansamos mientras corremos la carrera que Jesucristo ha puesto ante nosotros.
El pueblo de Dios siempre ha tenido que enfrentar estas dificultades. Incluso las primeras generaciones de creyentes, al igual que el público original del libro de Hebreos, tuvieron que enfrentar este tipo de problemas. Sin embargo, en lugar de proseguir, este público empezó a desacelerar la carrera y consideró dejarla por completo. Ellos estaban considerando un regreso al antiguo pacto. Ellos querían huir de la meta.
Al ver esto, el autor de la carta a los Hebreos les escribió para animarles a seguir hacia adelante y no desviarse. En la primera parte de la epístola, se concentra en la superioridad de Cristo sobre los ángeles y Moisés con el fin de que su público se reenfocase en la meta de su carrera (1:1-3:6). Y si estos énfasis no hubieran convencido a los corredores de correr hacia la meta, el autor también se asegura de recordarle a su público que Cristo ha traído el nuevo pacto a través del sacrificio superior de Sí Mismo (6:13-10:18).
Debido a estas realidades, el autor los llama (y a nosotros también) a avanzar, animados por la fidelidad de aquellos quienes nos han precedido y quienes ya han cruzado la meta al morir en la fe (10:19-12:2). Él nos dice que reconozcamos la mano amorosa de la disciplina del Señor que, al final, nos convertirá en corredores que corren con vigor y santidad (12:3-11).
En el pasaje de hoy, el autor continúa sus exhortaciones usando otra vez la metáfora de la vida cristiana como una carrera para ser corrida. Él nos llama a no dejarnos ser por siempre desacelerados por las pruebas sino a “levantar” nuestras rodillas paralizadas y “hacer sendas derechas” para nuestros pies (vv. 12-13). Cuando nos cansamos de correr la carrera, no debemos detenernos y descansar o dejarnos caer del camino. Más bien, por la gracia de Dios debemos fortalecernos para que podamos seguir corriendo. Durante la próxima semana veremos algunas maneras prácticas en las que podemos fortalecernos. Sin embargo, antes de concluir hoy, debemos señalar que en última instancia, cualquier fuerza que tenemos viene de Jesús y es a Él quien primero tenemos que buscar si queremos terminar la carrera.
Coram Deo
A medida que prosigue hacia delante, hacia Cristo, ¿se encuentra cada vez más cansado? ¿Le parece que sus rodillas se están debilitando y está tambaleándose de un lado a otro en el camino hacia la línea de meta? Si es así, pase tiempo en oración pidiéndole a Dios que lo fortalezca, y si ya se siente fuerte, pídale que mantenga su fuerza por Su gracia.
Pasajes para Estudio Adicional
Neh. 6:9b
Isa. 35
Fil. 4:13
1 Pedro 5:10
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