No necesitas una iglesia perfecta
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Revisión de 00:50 15 oct 2015
Por Stephen Miller sobre Iglesia y Cultura
Traducción por Keilah Foote
Hay muchos líderes de alabanza que se consideran artistas. Traducción: generalmente somos apasionadas, idealistas, arraigados y sensibles.
Tenemos ideas específicas acerca de cómo creemos que se deberían hacer las cosas y a veces permitimos que esas preferencias nos afecten profundamente cuando las cosas no salen como esperábamos. Aunque que nuestras convicciones y celo pueden ser algunos de nuestras mejores características, también nos pueden acondicionar para sentir frustración y descontento constantemente dentro de la iglesia.
Y ese potencial para sentirse frustrado con la iglesia no se limita solamente a los líderes de alabanza.
No Hay Una Iglesia Ideal
No existe la iglesia ideal. Son meros humanos finitos y caídos que componen y dirigen la Iglesia. La gente está descompuesta. Tú estás descompuesto. Y esta imperfección puede conducir a heridas y complicaciones.
Todos queremos “llegar” a nuestra iglesia ideal, ya sea en el ministerio o como miembros. El problema no es que no lo hay. Podrá haber una fase de luna de miel cuando llegas a una iglesia, pero tarde o temprano, surgirán complicaciones.
Nuestra gran esperanza no debe ser que algún día en esta vida lleguemos a aquella iglesia perfecta e ideal. No, Dios tiene algo mucho más grande en mente. Él quiere usar esta gente imperfecta, esos lugares y esas posiciones imperfectas para santificarte y transformarte más en la imagen perfecta de su Hijo.
Cuando Somos Débiles
Pablo sabía qué tan frustrantes pueden ser la vida y el ministerio. En 2 Corintios 11, habló de que estaba sufriendo por el nombre de Jesús y por amor al evangelio, y después de escribir de sus azotes, encarcelamiento, naufragios y peligros constantes, dice que agolpaba diariamente sobre él “la preocupación por todas las iglesias” (2 Corintios 11:28).
Él reconoció que sería fácil gloriarse de todas las maneras que era usado por Dios. Si se aplicaran las opiniones modernas, después de todo lo que sufrió, sin duda él se había ganado el derecho de descansar en una posición cómoda en una de las iglesias que él había plantado donde lo respetarían y proveerían por él.
Y sin embargo, él sigue, diciendo que a pesar de haberle rogado al Señor que le quitara el aguijón, Jesús permitió que continuara para mostrar la suficiencia de su gracia y perfeccionar su poder en la debilidad de Pablo. Y Pablo responde, no quejándose y murmurando, sino que dice:
Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte (2 Corintios 12:9–10)
Dios Trabaja entre la Locura
Dios está trabajando en tu iglesia imperfecta, en aquella situación que es mucho menos que ideal. Él está obrando en tu frustración y tus heridas. Él está trabajando para hacerte más como Jesús, quién también fue hecho completo a través del sufrimiento (Hebreos 5:8-9).
Tu iglesia imperfecta es la manera que Dios, con amor, saca la idolatría de ti. Él está mostrándote aquellas esperanzas fugaces y falsas que nunca podrán satisfacerte. Él está mostrándote aquellas las cosas en las que confías que solamente te decepcionarán. Y por su Espíritu Santo, él está obrando en ti para quitar aquellas cosas que están destruyendo tu gozo.
¿Estás murmurando y quejándote constantemente de tu iglesia? Busca las evidencias de gracia en tu situación para darle gracias a Dios. Después haz una evaluación honesta acerca de la manera en que estás contribuyendo a la frustración. ¿Expectativas poco reales? ¿Elitismo pecaminoso? ¿Sientes que ya has aterrizado y no necesitas que la gente te dé consejos? El ahora siempre es bueno momento para arrepentirse y creer en el evangelio.
¿Siempre sientes descontento, esperando la próxima novedad, soñando acerca de alguna iglesia ideal que no has encontrado aún? Toma tiempo para alabar a Dios por lo que está haciendo ahora. Después pregúntate por qué luchas tanto con el contentamiento. Aún si tuvieras lo que deseas, es probable que aún estarías buscando el próximo anhelo. Aprende a estar satisfecho en Cristo y en el agua donde estás plantado actualmente.
No Eres Tan Bueno Como Piensas
Finalmente, pregúntate dónde necesitas crecer. Ninguno de nosotros es tan bueno como pensamos. Haz un inventario de tus dones. Pide consejo sabio para que te den retroalimentación honesta, y trata de escuchar sin ofenderte. No les preguntes a quienes sólo te dirán lo que quieres escuchar, sino a aquellos que sabes que te dirán la verdad. A veces la gente más agradecida y contenta en el mundo simplemente no tienen los dones para ciertos roles de servicio. Descubre en qué puedes mejorar y haz el trabajo arduo que se requiere para crecer.
Sea cual sea la razón por la que Dios te tiene donde estás en este momento, no lo odies. Abrázalo como un regado de parte de él. Aún si todo parece que no tiene sentido y crees que estás perdiendo el tiempo, tu Salvador sabio que te ama y siempre está disponible y no se va de vacaciones. Él está trabajando en y a través de ti, formándote y santificándote hasta el día que él venga. Él está obrando en tu debilidad, esperando mostrar su fuerza en maneras que nunca sucederían si sólo te diera la iglesia perfecta.
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