Atentos a los Lobos del Interior
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Última versión de 20:31 4 may 2016
Por John Piper
sobre Ministerio Pastoral
Una parte de la serie Eldership: Serving the Lord with Humility, Tears, and Trials
Traducción por David Luchini
Hechos 20:28-31
Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual el Espíritu Santo os ha hecho obispos para pastorear la iglesia de Dios, la cual Él compró con su propia sangre. Sé que después de mi partida, vendrán lobos feroces entre vosotros que no perdonarán el rebaño,y que de entre vosotros mismos se levantarán algunos hablando cosas perversas para arrastrar a los discípulos tras ellos. Por tanto, estad alerta, recordando que por tres años, de noche y de día, no cesé de amonestar a cada uno con lágrimas. Un buen resumen de la primera parte del mensaje de Pablo a los ancianos de Éfeso sería: él hace énfasis en que hizo todo de su parte para su salvación. Tuvo una vida de humillación, trabajo, lágrimas, juicios y dedicación completa. Y les dio todo el consejo de Dios. No tuvo retrocesos por demandas, peligros o doctrinas. Dio todo de sí para que no caigan en la destrucción de la incredulidad y desobediencia y para llevarlos al gozo y a la vida eterna.
Perseverancia y el rol de los Ancianos
Pero Pablo es conciente de que para que sean salvos al final -para heredar el reino y entrar en la vida eterna- un creyente debe perseverar. Por ejemplo, Pablo dice en 1 Corintios 15:1-2: «Ahora os hago saber, hermanos, el evangelio que os prediqué, el cual también recibisteis, en el cual también estáis firmes, por el cual también sois salvos, si retenéis la palabra que os prediqué, a no ser que hayáis creído en vano.» Pablo sabía que había algo como creer en vano: falsos inicios en la vida cristiana.
Con eso quiere decir con mucha claridad que una vez que volcaste tu vida al ministerio -en un grupo de personas- no puedes irte diciendo con poca sinceridad: «Ya le enseñé todo lo que les hace falta saber». Ellos lo aceptaron. Así que ahora están seguros y a salvo. A otra cosa».
No puedes decir eso porque Dios ordenó que su pueblo perseverara hasta el fin en el ministerio de la enseñanza, oración y servicio. Así que cuando Pablo acabe con la inversión de tres años en la iglesia de Éfeso (enseñando, orando y sirviendo día y noche con lágrimas) NO dice «Hasta luego, espero que lo hagan». Se asegura de que haya ancianos que estén detrás y que continuarán en lo que él dejó y enseñarán y orarán y servirán de la misma forma que él. Porque de lo contrario, la iglesia no sobrevivirá. Y muchos de los que pueden ser santos perecerán. (Ver Apocalipsis 2:5-7)
Así que la parte que sigue de su mensaje a los ancianos de Éfeso (versos 28-31), Pablo les explica lo crucial de su función para la supervivencia y la salud de la iglesia una vez que él se haya marchado. Les da una orden general. Después aplica la orden a ellos mismos y al rebaño. Luego les brinda cuatro incentivos para ponerse a trabajar con la misma dedicación de él.
Hasta donde sé, no ha cambiado casi nada en absoluto entre lo que se escribió ese día y hoy que pudiera tener cambios en la enseñanza a nuestros ancianos. Así que escuchemos con atención lo que quiere decir a Bethlehem.
La Orden General de Vigilancia
Primero, notemos la orden general.
Comienza diciendo el verso 28: «Tened cuidado... « O: «Estén en guardia... « Luego comienza el verso 31 (al final de este párrafo) diciendo: «Por lo tanto estad alertas... « O: «Estén en guardia... « Así que el párrafo hace un llamado a la vigilancia tanto al comienzo como al final. Los ancianos deben permanecer alertas, despiertos, con los ojos abiertos y vigilantes.
Esta es la manera que tiene Pablo de decir que la iglesia siempre va a estar amenazada. El diablo nunca se va de vacaciones. El pecado está acechando detrás de la puerta esperando el momento de descuido doctrinal o moral. Por lo tanto, la orden a los ancianos es: Permanezcan despiertos. Estén alertas. Vigilen.
Pero... ¿Vigilen qué? La aplicación que hace Pablo sobre nuestra vigilancia es en dos maneras: Los ancianos deben vigilarse ellos mismos; y los ancianos deben vigilar a la iglesia.
El 28 al comienzo dice: «Tened cuidado de vosotros mismos.» Eso puede querer decir dos cosas. Podría querer decir: «Ancianos, tened cuidado de las necesidades, debilidades y defectos de cada uno». O podría ser: «Ancianos, cada uno de ustedes debe tener cuidado de su propio corazón, doctrina y comportamiento» Quizás signifique las dos cosas.
¿No es sorprendente que Pablo diga primero esto? La mitad de su mensaje es sobre su propia vida y trabajo. El tema es el siguiente: importa el tipo de persona que es el anciano, y no sólo lo que cree. Así que la primera orden que le da a los ancianos es que se vigilen así mismos. Como dijo Robert Murray McCheyne: «Lo que mi gente más necesita de mí es mi santidad personal». Y creo que Pablo está de acuerdo. Por eso lo pone primero: «Ancianos, tened cuidado de vosotros. Su primer deber hacia la iglesia es el ser un determinado tipo de persona.»
Aplicar a la vigilancia de la grey de parte de los Ancianos
Después el apóstol aplica la order de que los ancianos vigilen al rebaño. El 28 sigue: «Tened cuidado de vosotros mismos y de la grey.» Observen que hay tres cosas de gran importancia para nuestra vida como iglesia.
- Primero: la iglesia es como un rebaño de ovejas con necesidad de pastores.
- Segundo: los ancianos son los pastores.
- Tercero: el deber de los pastores es cuidar a las ovejas.
Todo esto se detalla en el verso 28: Tened cuidado de vosotros y de toda la grey [la iglesia es como una grey], en medio de la cual el Espíritu Santo os ha hecho obispos [para que los ancianos sean los supervisores o pastores del rebaño] para pastorear la iglesia de Dios [es el deber de los supervisores o pastores cuidar u ocuparse de las ovejas - para ver si tienen alimentos, como dijo Jesús: «Alimentad a mi rebaño» y para ver que estén protegidas de los lobos, como veremos en un momento]».
Si tuviéramos tiempo podríamos ver otros pasajes (como 1 Pedro 5:1–3; Tito 1:5, 7; y 1 Timoteo 3:1; 5:17; Filipenses 1:1; Hechos 15:22; etc.) en los que no solo se organizaba la iglesia de Éfeso sino casi todas las iglesias del Nuevo Testamento.
Pastores/Ancianos en el Nuevo Testamento
Si preguntan ¿Dónde encaja el título de «pastor» en esto? La respuesta es que el término es de origen latino y que solo quiere decir pastor. Aquí se habla de los pastores. El Nuevo Testamento no hace la distinción entre ancianos, pastores y obispos: son lo mismo. La palabra «Anciano» resalta la madurez y respeto en la iglesia. El término «Pastor» resalta la responsabilidad hacia la iglesia como rebaño. Y «Supervisor» u «Obispo» hace aún más claro este rol sin usar la imagen de ovejas y pastores. Para resumir, «anciano», «pastor», «obispo» y «supervisor» (a veces traducido como obispo en 1 Timoteo 3:1) se refieren a la misma persona en la iglesia neotestamentaria. No se trata de personas ni roles separados.
Y en el Nuevo Testamento, las iglesias siempre tenían más de un anciano, pastor o supervisor. Se desconoce que en el Nuevo Testamento haya iglesias de un solo pastor. Esto es así sin importar que sean iglesias pequeñas y nuevas o viejas y grandes. En Hechos 14:23, cuando Pablo y Bernabé vuelven de su primer viaje misionero, dice: «Después que les designaron ancianos [plural] en cada iglesia, habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.»
El Deber de Cuidar a Todo el Rebaño
Subrayo esto porque el deber de los ancianos es «cuidar a todo el rebaño». Noten: TODO el rebaño. No solo a las ovejas sanas sino a las enfermas también. No solo a las fuertes sino a las débiles también. No solo a las receptivas sino a las indiferentes también. No solo a las llenas de fe sino a las obstinadas también.
Si quieren escuchar lo apabullante que es, escuchen a Richard Baxter en su libro basado en este texto llamado El Pastor Reformado (1656):
- Como ven, es todo el rebaño o cada miembro individual a nuestro cargo. Para lograr esto, se necesita que conozcamos a cada uno que tenemos a nuestro cargo; porque ¿cómo los podemos cuidar si no los conocemos?... ¿Un pastor diligente no cuidará de cada oveja individual? ¿Un buen maestro detrás de cada alumno? ¿Un buen médico detrás de cada paciente particular?... Pablo le enseñaba a sus oyentes no solo «públicamente sino también de casa en casa»: y en otro lugar nos dice que adevertía «a cada uno y enseñaba con toda sabiduría que tiene que presentar a cada uno perfecto ante Cristo Jesús». En la Escritura se encuentran muchas más partes que hacen evidente que es nuestro deber cuidar de cada individuo de nuestro rebaño. (pp.90f.)
¿Qué podría decir de Bethlehem? ¿Y de mi ministerio? Tal vez vean por qué un texto como este, junto con la lucha de pensar con cuidado la forma del futuro equipo de trabajo de la iglesia, nos ha demandado tanto escudriñamiento de corazones a Noël y a mí.
El número proporcional de Ancianos para el Rebaño.
Está claro que una de las respuestas en un iglesia de este tamaño es tener una cifra suficiente de ancianos (supervisores o pastores) de modo que se conozca a cada miembro en particular por su nombre y reciban ayuda, alimento y disciplina según su propia necesidad.
Creo que Baxter lo dice bien:
- Oh feliz iglesia de Cristo donde los obreros... en proporción a las almas; de modo que los pastores sean tantos, o las iglesias particulares son tan pequeñas que se pueda decir «cuidad todo el rebaño». (p. 90)
Hemos estado viendo hasta ahora que Pablo les da una orden a los ancianos de que estén alertas y despiertos y en guardia -estar vigilando su vida espiritual y ministerio. Después aplica una orden general específica a los ancianos: se cuiden a sí mismos, su doctrina, su vida, y luego al rebaño de Dios, esto es TODO el rebaño.
Cuatro Incentivos para Pastorear al Rebaño
Ahora lo que Pablo hace es dar cuatro incentivos, motivaciones o alientos a los ancianos para que hagan su trabajo con mucha diligencia y seriedad. No se trata solo de un trabajo. No se trata de una profesión como otras, tales como abogado, doctor, ingeniero, etc. En los ancianos de la iglesia de Cristo recae una responsabilidad única en el mundo. Y Pablo hace un énfasis en todo lo que está en juego.
1. El Rebaño Comprado por la Sangre del Hijo de Dios.
El primer incentivo para los ancianos es que el rebaño al que sirven le costó la sangre de su Hijo. Noten el final del verso 28: «para pastorear la iglesia de Dios, la cual El compró con su propia sangre.»
Está claro que Pablo quiere que los ancianos queden shoqueados por esto. El argumento es claro: si Dios Todopoderoso -sin pecado y libre y superior a todas las cosas- tiene la voluntad de dar la sangre de su Hijo por una iglesia que no es digna, es pecadora, desquiciada, entonces los pastores deben estar dispuestos a verter sangre, sudor y lágrimas en tiempo y fuera de tiempo por el rebaño de Dios.
Suponganse que soy un padre soltero con cuatro hijos. Y tú y tu cónyuge y mi familia están pescando en lo profundo de la costa de Florida. Mi hijo más pequeño se acerca demasiado al borde y cuando una ola pega en el bote pierde el equilibrio y se cae al agua y desaparece debajo de la superficie. En menos de un segundo me zambullo a buscarlo. Después de diez segundos de suspenso enorme, irrumpo del agua con él. Lo tomo del brazo a un costado del bote y cuando me estoy subiendo aparece un tiburón de la nada, me ataca y me corta a la mitad. Me agarras y me metes al bote y antes de morir desangrado te miro a la cara diciendo: «Cuida al niño por mí.»
Ese sí que es un incentivo grande. Jesús «amó a la iglesia y se entregó por ella» (Efesios 5:25) Un anciano que no esté dispuesto a derramar sangre, sudor y lágrimas por la fe y la santidad de la iglesia de Cristo no conoce el valor de la sangre del Hijo de Dios.
2. Pastores Escogidos por Dios para Este Trabajo
El segundo incentivo que le a el apóstol a los ancianos reside en que Dios los escogió para este trabajo, no ellos. El 28 sigue: «Tened cuidado de vosotros mismos y de la grey de la que el Espíritu Santo los ha hecho supervisores.» El Espíritu Santo ha elegido quién debe ser anciano de la iglesia.
Es difícil imaginar incentivos que sean más grandes, más poderosos y más maravillosos que estos dos. El rebaño fue reunido por la sangre del Hijo de Dios. Y todos los pastores son levantados por el llamado del Espíritu de Dios. ¡Cómo no dar hasta lo último de la energía y de la vida para la fe y santidad de la iglesia!
3. El Gran Peligro que Siempre le Espera a la Iglesia.
El tercer incentivo que da a los ancianos está en el gran peligro que acecha a la iglesia. Versos 29 y 30: «Sé que después de mi partida, vendrán lobos feroces entre vosotros que no perdonarán el rebaño,y que de entre vosotros mismos se levantarán algunos hablando cosas perversas para arrastrar a los discípulos tras ellos.»
Aquí el peligro de que del interior de la iglesia aparezcan hombres con aspiraciones a ser ancianos que sean lobos con piel de oveja es el incentivo para la vigilancia. (Mateo 7:15) De a poco van a empezar a decir cosas tergiversadas o distorciones de la Escritura. Y si no están los ancianos alertas espiritual y bíblicamente, los lobos pueden diezmar al rebaño.
Déjenme mencionar una característica para velar y reconocer a los lobos. Al haber visto el movimiento desde la fe bíblica al liberalismo en personas e instituciones que conocí a lo largo de los años, esta característica resalta: Un desencanto emocional con la fidelidad a lo que es viejo y fijo, y una preocupación emocional con lo que es nuevo o de moda o relevante a los ojos del mundo.
Vamos a tratar de decirlo de otra manera: cuando esta característica prevalece, no te da la impresión de que una persona realmente desea traer a su mente y su corazón en conformidad con la verdad bíblica establecida. En vez de eso, se ve el deseo de representar la verdad bíblica como no fija, fluida, indefinible, lejana, inaccesible, y tan abierta a las tendencias del momento.
Así que lo que señala a un posible lobo escondido no es simplemente que él rechaza o acepta cualquier verdad bíblica en particular, sino que no está orientado profundamente en la Biblia. Se orienta más en la experiencia. No está capturado por la gran y antigua fe que fue revelada a los santos. En su lugar, se siente atraído por lo nuevo y lo innovador.
Un buen anciano puede ser creativo. Pero la marca indispensable cuando se trata de la aptitud doctrinal es la fidelidad a lo que está establecido en la Escritura (sumisión disciplinada y humilde a las afirmaciones particulares de la Biblia) estudiado cuidadosa y reverentemente así como explicado y apreciado. Cuando se empieza a ir ese espíritu, hay un lobo por venir.
Así que el tercer incentivo para los ancianos es el peligro siempre presente de lobos con piel de cordero que tuercen la verdad y llevan al pueblo a la destrucción.
4. El ejemplo personal de Pablo
El último incentivo para que los ancianos estén alertas es el ejemplo personal de Pablo. Verso 31: «Por tanto, estad alerta, recordando que por tres años, de noche y de día, no cesé de amonestar a cada uno con lágrimas».
Si en gran apóstol trabajó noche y día; si trabajó con todos; si trabajó con lágrimas; ¡cuánto más los pequeños obreros como yo y los demás ancianos de Bethlehem debemos volcar nuestras vidas día y noche con lágrimas por esta iglesia!
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