La comunidad conquista la cultura

De Libros y Sermones Bíblicos

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Última versión de 20:49 12 feb 2019

La verdadera armonía entre los cristianos es muy importante como siempre lo ha sido.

Durante mucho tiempo, la iglesia ha sido cada vez más marginada e ignorada en la sociedad occidental moderna, pero hoy en día y recientemente se encuentra también insultada y presionada. Y a medida que crece el número de aquellos que se oponen activamente a muchas de las verdades que apreciamos (o al menos a medida que las voces se hacen más sonoras), es cada vez más importante que los cristianos nos brindemos entre sí el apoyo y con la verdadera comunidad, en lugar de simplemente no encontrarnos en ningún lugar fuera de la iglesia.

Érase una vez, en una sociedad más cristiana, era fácil distinguirnos por cosas secundarias de otros creyentes. Bautistas, Presbiterianos, Congregacionistas y Episcopales estaban en las líneas divisorias. Pero en los próximos días, y ya ahora, descubriremos que la palabra más importante en nuestros nombres locales es “iglesia”. Y aún más importante que la armonía entre las iglesias es la armonía dentro de las iglesias.

La forma en que nos orientamos los unos a los otros en la misma congregación y nos involucramos en la vida juntos es fundamental en nuestro esfuerzo por permanecer como luces en el mundo y no sucumbir a la oscuridad.

Permanecer firme en un espíritu

Cuando Pablo escribió a la iglesia en Filipos, se dirigió a una comunidad profundamente arraigada en el mundo pagano en el primer siglo. Tan pronto como el evangelio comenzó a echar raíces en la ciudad, surgió la oposición (Hechos 16:19). En este contexto de asedio, el apóstol escribe sobre cuán importante es la vida de la iglesia en común para nuestro testimonio en la sociedad.

Solo deje que su estilo de vida sea digno del evangelio de Cristo, para que si viene a verte o se ausente, se pueda escuchar de ti que estás firme en un solo espíritu, luchando hombro a hombro con la mente por la fe del evangelio, y nada asustados por sus oponentes. Esta es una señal clara para ellos de su destrucción, pero asimismo de tu salvación y la de Dios. (Filipenses 1: 27-28).

No hay una dicotomía aquí entre "extensión" e "interiorización". Los dos están profundamente conectados, incluso inseparables. Nuestra misión compartida en el mundo fortalece nuestra vida en la iglesia, y la armonía y la profundidad en la iglesia se convierten en fuerzas poderosas en nuestro testimonio del mundo.

En nuestra conducta en el mundo somos propensos a pensar en gran medida en términos individualistas. Sin embargo, aquí, al pedir a los creyentes de que “permitan que su estilo de vida sea digno del evangelio de Cristo", Pablo no enfatiza los comportamientos individuales, sino que se centra en la armonía colectiva de la comunidad. La conducta del evangelio significa que la iglesia "se mantiene firme en un solo espíritu, con una mente luchando hombro a hombro por la fe del evangelio, y nada asustada por sus oponentes".

Tenga en cuenta los aspectos tanto defensivos como ofensivos de esta armonía y comunidad. La conducta digna del evangelio se mantiene firme; la iglesia se mantiene firme en un solo espíritu. Las murallas permanecen.

Pero incluso aquí, especialmente aquí, no solo hay defensa, sino ofensa. La iglesia unificada no solo se mantiene firme frente a la oposición, sino que avanza en su misión dada por Cristo: “luchando hombro a hombro por la fe del evangelio”. ¿Cómo se produce este avance?.

Mostrar a nuestros oponentes su error

Pablo dice que tal unidad, estabilidad, profundidad y audacia frente al violento ataque se convierte en "una señal clara" que indica a los oponentes que están equivocados. No es una señal sutil, sino una señal clara. Al permanecer unificada contra el insulto, la calumnia y la amenaza, ---y continuar sin desanimarse para avanzar en su misión, ---la iglesia se muestra a sí misma como verdadera. Los fuertes enlaces entre los santos demuestran que están en la esfera de la salvación, lo que significa que sus oponentes están en la esfera de la destrucción.

Para algunos de los opositores, sin duda, tal revelación solo les endurecerá y provocará más. Y como están atrincherados, cavarán y profundizarán aún más. Pero para otros, quizás muchos otros, esta revelación servirá como una llamada de atención.

Tal vez pensaron que estaban haciendo bien al oponerse a la iglesia, pero al ver la resilente alegría de esta comunidad en su sufrimiento, ellos reconocerán el inconfundible anillo de autenticidad. Ellos ya no pueden convencerse de que una comunidad de tal amor, alegría, paz, paciencia y amabilidad podría construirse sobre una mentira. Ellos han imaginado una vida juntos que han anhelado, pero que no la han encontrado en ningún otro lugar. Sus insultos y oposición han tenido el efecto de separar lo real de lo anhelado, y la iglesia se ha mostrado auténtica.

Tal armonía y alegría en medio del sufrimiento hacen que la iglesia brille con una especie de gloria peculiar que es singularmente atractiva, incluso al mundo. Es extrañamente bello cómo esta comunidad realmente se cuida la una a la otra, se ama, y se sacrifica genuinamente la una por la otra. Los opositores de la iglesia son advertidos de su destrucción sin gritos o encontrando lo que un cristiano inteligente obtuvo lo mejor de ellos en una disputa en Twitter, para ver el verdadero amor exhibido en la vida de iglesia juntos.

"Mira cómo aman"

Es decir, después de todo, cómo Jesús mismo dijo que sería. "Por esto todos sabrán que ustedes son mis discípulos, si se aman los unos a los otros" (Juan 13:35). Nuestra última excusa no es una retórica pública persuasiva o la identificación perspicaz de áreas de interés común con la sociedad; es nuestro amor el uno por el otro. Incluso en el siglo veintiuno, algunos opositores se convertirán, como lo hicieron los detractores de la iglesia primitiva según Tertuliano, y dijeron: "Mira cómo se aman el uno al otro".

Y no solo el amor y la armonía en nuestras congregaciones ayudarán a conseguir a los perdidos; Ellos ayudarán a mantener lo encontrado. En estos días donde estamos cada vez más marginados y escarnecidos, es aún más importante que encontremos nuestra mejor posición de pertenencia en la iglesia. La mera concurrencia y mancomunidad, ya no la cortarán. Tal vez podríamos eludir, cuando la sociedad estaba de nuestro lado, en estrechas relaciones con otros creyentes. Pero a medida que aumenta la oposición, la riqueza de nuestra vida en la iglesia será más importante que nunca.

La presión social contra la moral cristiana puede parecer grande. Y es probable que se haga aún más grande. Pero Dios hizo que la iglesia creciera para enfrentar esa presión, para ser una cultura contraria, que verdaderamente es la comunidad que tanto anhelamos, mejor que cualquier otra cosa que podamos encontrar afuera.

En los próximos días, encontraremos que más importante que la lucha cultural es crear comunidad. Porque la comunidad conquista la cultura. Lo hizo en el primer siglo, y lo hará de nuevo en el siglo XXI.