La historia es la historia de Dios

De Libros y Sermones Bíblicos

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Última versión de 19:42 7 ene 2021

Hechos 13: 13-29

Pablo y sus compañeros zarparon de Pafos, y llegaron a Perge de Panfilia; pero Juan, apartándose de ellos, regresó a Jerusalén, mas ellos, saliendo de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia; y en el día de reposo entraron a la sinagoga y se sentaron. Después de la lectura de la ley y los profetas, los oficiales de la sinagoga les mandaron a decir: “Hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad”. Pablo se levantó, y haciendo señal con la mano, dijo: “Hombres de Israel, y vosotros que teméis a Dios, escuchad: El Dios de este pueblo de Israel, escogió a nuestros padres y engrandeció al pueblo durante su estancia en la tierra de Egipto, y con brazo levantado los sacó de ella. Y por un período como de cuarenta años los soportó en el desierto. Después de destruir siete naciones en la tierra de Canaán, repartió sus tierras en herencia; todo esto duró como cuatrocientos cincuenta años. Y después de esto, les dio jueces hasta el profeta Samuel. Entonces ellos pidieron un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Cis, varón de la tribu de Benjamín, durante cuarenta años. Después de quitarlo, les levantó por rey a David, del cual Dios también testificó y dijo: "HE HALLADO A DAVID, hijo de Isaí, UN HOMBRE CONFORME A MI CORAZON, que hará toda mi voluntad." De la descendencia de éste, conforme a la promesa, Dios ha dado a Israel un Salvador, Jesús, después de que Juan predicó, antes de su venida, un bautismo de arrepentimiento a todo el pueblo de Israel.
Cuando Juan estaba a punto de terminar su carrera, decía: "¿Quién pensáis que soy yo? Yo no soy el Cristo; mas he aquí, viene tras mí uno de quien yo no soy digno de desatar las sandalias de sus pies."
Hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros teméis a Dios, a nosotros nos es enviada la palabra de esta salvación.
Pues los que habitan en Jerusalén y sus gobernantes, sin reconocerle a El ni las palabras de los profetas que se leen todos los días de reposo, cumplieron estas escrituras, condenándole.
Y aunque no hallaron causa para darle muerte, pidieron a Pilato que le hiciera matar.
Y cuando habían cumplido todo lo que estaba escrito acerca de El, lo bajaron de la cruz y lo pusieron en un sepulcro…”

Este es el primer sermón del libro de los Hechos que escuchamos del apóstol Pablo. Y una forma de entenderlo es mirando dos puntos principales. Un punto es que todo en la historia de Israel estaba señalando hacia la venida de Jesús y la gran salvación para los pecadores que lograría cuando muriera y resucitara.

El otro punto de este sermón es que la historia detrás de Jesús es la historia de Dios. Este texto está completamente saturado de Dios. Dieciséis veces Pablo recalca la verdad de que Dios es el actor central de la historia. Camine conmigo a través de este texto para ver esto, y luego cuán pertinente es para nosotros, desde los noticieros hasta las pruebas de ortografía.

Contenido 1 Dieciséis declaraciones de los hechos de Dios en la historia 2 El punto que Pablo estaba haciendo al predicar de esta manera 3 La era superficial e ingenua en la que vivimos 4 No es religión; Es la realidad 5 Dios y la ortografía

Dieciséis declaraciones de los hechos de Dios en la historia

1. Uno, en el versículo 17a, es Dios quien elige a Israel de entre todas las personas de la tierra para sus propósitos especiales.
2. Dos, en el versículo 17b, Dios engrandeció al pueblo durante su estadía en Egipto. No fue una mera fertilidad natural. Dios los hizo crecer.
3. Tres, en el versículo 17c, dice que Dios los sacó de Egipto con un brazo levantado. En otras palabras, Dios flexionó sus músculos en Egipto. Dios hizo una demostración inusual de su poder. Dios quiso ser visto como el poderoso libertador de su pueblo.
4. Cuatro, en el versículo 18, Dios soportó a Israel en el desierto. O otra lectura antigua con una letra diferente dice que Dios llevó a Israel como un padre lleva a un hijo (Deuteronomio 1:31). Dios fue el guía, sustentador y Padre en el desierto.
5. Cinco, en el versículo 19a, fue Dios quien destruyó las siete naciones en la tierra de Canaán. Seguro que la gente blandió la espada, pero Pablo quiere enfatizar la mano penetrante de Dios en todos los triunfos humanos. Como Proverbios 21:31, "El caballo está listo para el día de la batalla, pero la victoria es del Señor".
6. Seis, en el versículo 19b, fue Dios quien le dio a Israel la tierra de Canaán como herencia. Él era el dueño. Es suyo para dárselo a sus hijos que confían en él. No era la tierra de los cananeos. Fue de Dios. La tierra es suya porque él la hizo (cf. Salmo 95: 5). Y un día se la dará a los mansos como herencia.
7. Siete, en el versículo 20, fue Dios quien les dio jueces. Estos gobernantes no se levantaron simplemente en el curso de los acontecimientos humanos. Dios los levantó.
8. Ocho, en el versículo 21, fue Dios quien le dio a Israel su primer rey, Saúl
9. Nueve, en el versículo 22a, fue Dios quien quitó a Saúl. Tal como dice Daniel (en 2:21), "Dios cambia los tiempos y las estaciones; quita reyes y establece reyes". O como dice Dios en Daniel 4:32, " El Altísimo domina sobre el reino de los hombres, y que lo da a quien le place." Dios quito a Saúl.
10. Diez, en el versículo 22b, Dios levantó a David, hijo de Isaí. Dios lo eligió a él, un joven don nadie que era bueno con la honda y le gustaba tocar el arpa y escribir canciones. Dios bajó a Saúl y levantó a David. Fue obra de Dios.
11. Once, en el versículo 23, fue Dios quien trajo a Israel un Salvador, Jesús, y no como si Dios fuera la fuerza impersonal detrás del fluir de la historia, pero el versículo dice al final, Dios lo hizo "como lo prometió". En otras palabras, Dios no solo estaba activo en el momento en que Jesús entró al mundo. Él había preparado las cosas para ello. Lo había planeado hace mucho tiempo, y lo había hablado hace mucho tiempo, para que cuando sucediera, supiéramos que lo estaba haciendo.
12. Doce, en los versículos 24-25, conocemos a Juan el Bautista. Y lo que Pablo lo cita diciendo es que quita la atención de sí mismo y la pone en Cristo, el Salvador ungido de Dios. "Yo no soy él. No, pero después de mí viene uno, cuyas sandalias no soy digno de desatar”. Jesús dijo que ningún profeta nacido de mujer era mayor que Juan (Lucas 7:28). Sin embargo, Juan dice que no es digno de desatar las sandalias de Jesús. En otras palabras, El objetivo de las palabras de Juan es mostrar que Jesús es el centro de la historia, no nadie más.
13. Trece, en el versículo 26, cuando Pablo dice: "Nos ha sido enviado el mensaje de esta salvación", ¿quién es el actor detrás de ese verbo pasivo, "ha sido enviado"? ¿Quién nos envió este mensaje? La respuesta es Dios. Dios lo planeó. Dios lo cumplió en Jesús y Dios lo está enviando.
14. Catorce, en el versículo 27, Pablo hace todo lo posible para mostrar que incluso aquellos que no conocían a Dios, que estaban fuera de sintonía con Dios y no podían entender su "manual de operación", hicieron lo que Dios planeó y profetizó. "Porque los que viven en Jerusalén y sus gobernantes, porque no lo reconocieron ni entendieron las palabras de los profetas que se leen cada sábado, las cumplieron al condenarlo". ¿Qué sentido tiene decir tal cosa? Si una persona lee y comprende las profecías de Dios y las cumple, puede concluir que se asoció con Dios para hacerlas. Pero si no conoce las profecías y las cumple, ¿quién está trabajando para asegurarse de que eso suceda? Dios. Ese es el punto. Pablo tiene una misión aquí para dejar claro que la historia es la historia de Dios. Dios es el actor central, ya sea que los hombres lo reconozcan o no. Él está haciendo su trabajo, incluso mediante los que no lo conocen.
15. Quince, en el versículo 29, Pablo hace el mismo punto: "Y habiendo cumplido todo lo que estaba escrito de él, lo bajaron del madero y lo pusieron en un sepulcro". Lo que sucedió en el arresto, el juicio y la muerte de Jesús no fue principalmente obra de un hombre. Fue el plan de Dios establecido en las Escrituras. Pablo comparte la misma visión de la historia centrada en Dios que Pedro expresó en su primer sermón en Hechos 2:23, "Este Jesús fue entregado según el plan definido y la presciencia de Dios" (cf. Hch 4, 28).
16. Finalmente, dieciséis, en el versículo 30, es Dios quien resucita a Jesús de entre los muertos: "Pero Dios lo levantó de los muertos". Sí, Jesús entregó su propia vida gratuitamente y la volvió a tomar con poder divino. Pero el punto de Pablo es que Dios ha estado obrando desde el principio y obrando en la muerte y resurrección, y está obrando ahora enviando el mensaje de esta salvación.

El punto que Pablo estaba haciendo al predicar de esta manera

Ahora pienses en todo esto por un momento. No dés por sentado este tipo de narración de la historia. Deja que te parezca tan extraño como realmente es. ¿Es así como cuentas historias sobre lo que pasó? Cuando le cuentas a alguien sobre el pasado, ¿dices: "¿Dios hizo esto y Dios hizo aquello y Dios hizo aquello y Dios hizo aquello, etc.”? ¿Dices que Dios hizo prácticamente todo? Probablemente no. Entonces Pablo tampoco tenía que hacerlo. El eligió predicar de esta manera. Eligió conscientemente narrar la historia de esta manera. Estaba haciendo una declaración. Uno que necesitamos escuchar una y otra vez hoy.

Él estaba diciendo, Ahí es un Dios grande y glorioso. Conocerlo. Cuenta con él. Piensa en él. Estaba diciendo que Dios realmente está obrando en la historia. Es el principal Trabajador de la historia. Él es la explicación, el significado de todo.

La era superficial e ingenua en la que vivimos

Vivimos en una época en la que esto no se cree. Por lo tanto, es una época superficial e ingenua. Es superficial e ingenuo discutir eventos y nunca tratar con sus conexiones más importantes, es decir, sus conexiones con Dios y sus propósitos. Compruébalo tu mismo en esto. ¿Eres tan superficialmente laico e ingenuo como la mayoría de la gente?

Prácticamente todos nuestros medios de comunicación y empresas educativas son superficiales porque no abordan los aspectos más importantes de su tema, es decir, sus conexiones con Dios y sus propósitos. Casi todas las noticias son superficiales. Casi todos los libros de historia son superficiales. Prácticamente toda la educación pública en Estados Unidos es superficial. Casi todos los comentarios editoriales y de noticias son superficiales. Todo esto debido al increíble e inimaginable desprecio por Dios, la Realidad principal en el universo, la explicación detrás de todo, y sin la cual todo entendimiento es superficial. Cuando falta lo principal, la cosa es superficial sea lo que sea.

No es religión; Es la realidad

Alguien puede decir: "O, eso es solo religión. No se puede esperar que la educación se trate de religión. "No es religión. Es la realidad. Si quieres ser cristiano, significa creer que Dios es el actor principal en los acontecimientos mundiales, que es el factor más importante en todos los asuntos. Pablo estaba hablando con incrédulos aquí. Estaba evangelizando. Y parte de lo que estaba tratando de hacer era mostrarles una forma de ver el mundo que prepara el escenario para el evangelio, es decir, que es el mundo de Dios. El lo hizo. Él es el dueño y todos los que están en él. El trabaja en el mundo. Lo esta guiando hacia sus metas asignadas. Todo sin excepción, todo tiene que ver con Dios y obtiene su significado principal de Dios.

Cuando oro por mis hijos en la escuela (ya sea Calvin Christian, Roosevelt High o Betel College), lo que oro (entre otras cosas) es: "Señor, haz que vean todo en relación con Dios. ¿Cómo se origina este tema en Dios? ¿Y cómo está Dios obrando en ellos ahora en el mundo y en esta escuela? ¿Y cuáles son los propósitos de Dios para este tema: geometría, educación física, inglés, gramática, ortografía? "

Dios y la ortografía

¿Ortografía? Puedo escuchar a alguien decir, ¿quieres decir que hay una ortografía cristiana? Esa es siempre la forma en que el cínico no centrado en Dios plantea la pregunta. "¡Bien, estoy seguro de que los cristianos deberían tener su propia forma de deletrear!" Eso solo muestra cuán superficial es el interrogador. Siempre y cuando se trate simplemente del nivel superficial de las cosas, es posible que pueda convencerse a sí mismo de que Dios es irrelevante para la ortografía (ni siquiera puedo hacerlo). Pero una vez que comienzas a hacer algunas preguntas, él es inmediatamente pertinente y está en el centro del escenario.

Por ejemplo, ¿qué le responderías a un niño que dice: "¿Por qué debería aprender a deletrear como todos los demás?" ¿Por qué no puedo deletrear de la manera que quiero? ". Podrías decir:" Bueno, porque si escribes a tu manera, no te comunicarás tan bien con los demás y pondrás barreras en la forma de tener tus ideas ". Supongamos que él dice:" ¿Por qué debería preocuparme por comunicarme bien o por las barreras para que mis ideas sean aceptadas? "

¿Ahora mira esto? Estamos justo debajo de la superficie de la superficialidad en educación, y ya los caminos se dividen. Puede responder esa pregunta teniendo en cuenta a Dios o, como la mayoría del mundo, dejando a Dios fuera de cuenta. Puede decir cosas como: "Si no puede comunicarse bien, no tendrá éxito en los negocios y no ganará tanto dinero ni hará avances en la comunidad o (aquí está el impostor-Dios de nuestros días) no tendrás tanta autoestima. “Esa es una forma de responder. Y se queda en el nivel superficial.

O puedes responder algo como esto: "Primero debe preocuparse por comunicarse, porque fue creado a imagen de Dios, quien fue y es el gran Comunicador, y segundo, porque tiene algo infinitamente importante que comunicar, a saber, la verdad de Dios, y tercero, porque Dios es amor y es deshonrado cuando sus criaturas humanas se burlan de si es importante que nuestros anteriores dones de conocimiento puedan ser compartidos efectivamente. Y cuarto, porque el lenguaje fue idea de Dios desde el principio ('En el principio era la Palabra') y Dios es un Dios de orden y belleza, no de caos y anarquía, ni siquiera deletreando anarquía".

Este no es un sermón sobre ortografía. Es una súplica urgente en Navidad para que no te conformes con esta era superficial que ignora a Dios. Ni siquiera sabe las preguntas que debe hacer, y mucho menos las respuestas que debe dar. Si te vuelves tan superficial como el mundo, ¿quién, te ruego que digas, dará testimonio de la centralidad de Dios como lo hizo Pablo?