No abandones la enseñanza de tu madre
De Libros y Sermones BÃblicos
(Página creada con '{{info|Do Not Forsake Your Mother's Teaching}}<br> ''Día de las Madres'' <blockquote> '''Proverbios 1:7-9'''<br><br>“El temor del Señor es el principio de la sabiduría; ...')
Edición más nueva →
Revisión de 17:24 2 may 2011
Por John Piper
sobre Mujeres
Una parte de la serie Criando hijos que esperan el triunfo de Dios
Traducción por Luximar Arenas Petty
Día de las Madres
Proverbios 1:7-9
“El temor del Señor es el principio de la sabiduría; los necios desprecian la sabiduría y la instrucción. Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no abandones la enseñanza de tu madre; porque guirnalda de gracia son para tu cabeza, y collares para tu cuello”.
El libro de proverbios comienza, “Los proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel”. El fue un gran rey e hijo de un gran rey. Eso significa que el fue famoso y poderoso y supremo en todo el reino. La gente se inclinaba ante su presencia. Hacían lo que él decía. El tenía una inmensa autoridad y honor.
Aún los grandes reyes deben inclinarse ante sus madres
¿Cómo trato él a su madre en esa función elevada? Usted recuerda que su madre fue Betsabé. Ella se había casado con su padre David bajo unas circunstancias muy desagradables - muy contrarias a Dios. Pero ella era su madre, y esto es lo que dice en 1 Reyes 2:19,
“Betsabé fue al rey Salomón para hablarle por Adonías. El rey se levantó a recibirla, se inclinó delante de ella, y se sentó en su trono; hizo colocar un trono para la madre del rey y ella se sentó a su diestra”.
Entonces ellos tuvieron su conversación. El se levantó por ella. El se inclinó ante ella. E hizo colocar un trono a su lado para su conversación. Ella era su madre. Aún los reyes deben inclinarse cuando sus madres entran en la habitación.
Salomón no era un rey perfecto. No era un hombre perfecto. Ninguno de los escritores de la Biblia lo eran. Sin embargo Dios guió su entendimiento y conservó para nosotros las verdades aquí en el libro de Proverbios. Y quiero que escuchemos la Palabra de Dios a través de Salomón hoy.
Seis lecciones: La razón principal es Dios
Hay al menos seis cosas que él nos dice en Proverbios 1:7-9. Todas relacionadas con Dios. No son simplemente el tipo de sabiduría que usted puede conseguir leyendo en “mindworks” o en revistas para padres o Ann Landers. Se solapan con la sabiduría del mundo. Pero la ausencia de Dios en el consejo familiar mundial es en última instancia, un error fatal. Salomón quiere decir que escuchemos su consejo con todo lo relacionado a Dios.
Con frecuencia pensamos en el libro de Proverbios como un libro en el que se puede aprender de la vida terrenal común y corriente. Y mayormente es así. Pero el punto del libro es traer todo esto en relación a Dios para que él se convierta en el centro de todo.
Sólo un ejemplo. En Proverbios 30:8-9 dice,
“...no me des pobreza ni riqueza; dame a comer mi porción de pan, no sea que me sacie y te niegue, y diga: ¿Quién es el Señor?, o que sea menesteroso y robe, y profane el nombre de mi Dios”.
¿Usted ve lo que dice acerca de Dios? El hombre sabio ora, “protégeme de la riqueza y protégeme de la pobreza”. ¿Por qué? Porque si soy rico podría decir, “¡Quien necesita a Dios!”. Y si soy pobre podría robar. ¿Y por qué eso es tan malo? ¿Por qué podría ser atrapado e ir a la cárcel? O ¿Por qué podría perder su reputación? No. El dice, porque si robo, profanaré el nombre de mi Dios.
La riqueza es peligrosa porque la razón principal es Dios. Y la pobreza es peligrosa porque la razón principal es Dios. El libro de Proverbios - el más práctico, y prosaico libro en la Biblia - está escrito por Dios. De modo que no podríamos negar a Dios en nuestra prosperidad y no podríamos profanar a Dios en el momento de necesidad.
Las seis lecciones en Proverbios 1:7-9 se refieren a Dios, y son sumamente prácticas.
1. El origen de la familia
La familia es idea de Dios.
Salomón da por hecho que hay madres y padres e hijos emparentados en una relación de responsabilidad única. Versículo 8: “Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no abandones la enseñanza de tu madre”. Eso es obvio para Salomón. Solía serlo para nosotros también. Pero quizás no se puede dar más por hecho. Las familias son idea de Dios. El plan de Dios. La manera de Dios. No hay desarrollo evolutivo arbitrario basado en instintos. La familia es ordenada por Dios en la creación.
En el primer capítulo de la Biblia, en Génesis 1:27-28, dice,
“Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra...”
¿Cómo van a hacer este llenar la tierra de manera fructífera? ¿Por apareamientos indiscriminados y embarazos? El segundo capítulo de la Biblia, (Génesis 2:24) nos da la respuesta: “Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”.
Una relación de alianza profunda entre un hombre y una mujer - una adhesión entre ellos solos, unidos en una sola carne - es la intención de Dios del corazón de la familia. Cuando esto se rompe por una muerte trágica o por un divorcio trágico, puede que tengan que ser familias monoparentales. Y Dios ha sido fiel a millones de madres y padres quienes han tenido que criar a sus hijos solos. Pero el propósito original de Dios para el corazón de la familia era un hombre y una mujer unidos entre sí como esposo y esposa y ser una sola carne en la unión sexual fecunda. De esa manera Él tenía la intención de llenar la tierra con humanos quienes reflejaran la imagen de su gloria, y con parejas quienes muestren una relación al mundo de la manera que Dios se relaciona con su pueblo del pacto en amor y fidelidad.
La familia es idea de Dios y es para la gloria de Dios. Salomón asume eso aquí en Proverbios 1:7-9.
2. La familia como una escuela
La familia es la escuela básica de Dios para instruir a sus hijos como vivir en el mundo.
Versículo 8 de nuevo: “Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no abandones la enseñanza de tu madre”. El padre como un instructor y la madre como una maestra. Por lo tanto la familia es una escuela.
Dios ordenó la familia no sólo para ser fructífera y llenar la tierra con personas, sino para llenar la tierra con personas instruidas y personas educadas. La familia es el lugar donde nacen las próximas generaciones y donde las próximas generaciones aprenden como vivir.
Las habilidades de la vida no son innatas para los seres humanos. El reflejo de succión es innato. El reflejo de caída es innato. El iris del ojo se cierra de forma natural a la luz brillante. No tenemos que aprender a llorar cuando tenemos hambre. Pero de eso se trata. Y esas habilidades no nos llevan muy lejos en este mundo. Los humanos tenemos que aprender acerca de todo desde las habilidades más básicas desde caminar y hablar y comer, hasta las acciones morales la cortesía y la gratitud y el respeto y la fe en Cristo.
La familia es la escuela de Dios para esta enorme tarea – enseñar a la siguiente generación como vivir en este mundo y estar listo para la siguiente.
Y si una madre y un padre buscan ayuda de otros a través de parientes o de niñeras o de guarderías o de la escuela dominical o de la escuelas diarias o de la escuelas primarias o de la escuelas secundarias, la responsabilidad es aún de los padres y nosotros padres daremos cuenta a Dios de como las mentes y los corazones de nuestros hijos fueron formados y moldeados por educadores y niñeras a los cuales nosotros se los confiamos.
Este es el punto numero dos: la familia es la escuela básica de Dios para instruir a sus hijos como vivir en el mundo.
3. El temor del Señor como tema unificador
El fundamento de la instrucción familiar es el temor del Señor.
Versículo 7: “El temor del Señor es el principio de la sabiduría”. En otras palabras si preguntamos, cual es la base y el principio y el tema integrador de la instrucción del padre y la enseñanza de la madre - que es lo que funciona a través de todo su modelaje diario y la consejería y la explicación y la corrección y la disciplina que da unidad y sentido a todo - la respuesta es “el temor del Señor”.
La familia no es sólo un lugar donde los hijos aprenden cómo sostener las cucharas y a caminar en dos pies y a decir “por favor” y a amarrarse los zapatos y a leer y a mirar a ambos lados y a cortar el césped y a ponerse maquillaje y a manejar un carro. La familia es donde todo esto y más se inicia en Dios, es guiado por la Palabra de Dios, y se demuestra que es para la gloria de Dios. El temor del Señor - la reverencia a Dios, la posición de respeto a Dios, la confianza en Dios - es para lo que son las familias.
La familia es idea de Dios. La familia es una escuela. Y el tema unificador en el currículo de esta escuela es Dios.
4. La responsabilidad es de ambos padres y madres
Ante Dios ambos padres y madres comparten en la responsabilidad de esa instrucción familiar.
Versículo 8 de nuevo: “Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no abandones la enseñanza de tu madre”.
No dice, “Padres instruyan, y madres cambien pañales”. No dice, “Padres trabajen en la oficina y de esa manera no tendrán responsabilidad de enseñar a sus hijos”. Tampoco dice, “Madres trabajen en la oficina y pueden darle la responsabilidad de enseñanza a la niñera”. Dice padre instruye, y madre enseña. Ellos comparten esta responsabilidad.
Si fuese el día del padre probablemente yo proclamaría un reto a los padres a tomar nuevas iniciativas en el hogar. Pero es el día de las madres, y quiero animar a las madres que esta responsabilidad de enseñar a sus hijos es un privilegio significativo e incalculable.
Dios tiene una manera de anular la grandeza de los grandes y exaltar la humildad de los humildes. En nuestra cultura la maternidad esta, yo creo, en recuperación. Pero solamente después de décadas de humildad poco usual y de mala fama. Los últimos cinco o seis años han abundado con cartas y artículos como éste a Ann Landers:
Estoy tan cansada de esa gente ignorante que vienen a mi esposo y le preguntan si su esposa tiene un trabajo a tiempo completo o si ella es “solo una ama de casa”... Aquí está mi descripción laboral. Soy una esposa, madre, amiga, confidente, consejera personal, amante, árbitro, conciliadora, ama de llaves, lavandera, chofer, decorador de interiores, jardinera, pintora, empapeladora de paredes, estilista canina, veterinaria, manicura, barbera, costurera, administradora de citas, planificadora financiera, contadora, administradora del dinero, secretaria personal, profesora, disciplinadora, animadora, sicoanalista, enfermera, diagnosticadora, experta en relaciones públicas, dietista y nutricionista, panadera, cocinera, coordinadora de modas y escritora de cartas para ambos lados de la familia. También soy un agente de viajes, terapista del lenguaje, plomera hago el mantenimiento al carro y soy experta reparadora... De los estudios hechos, costaría más de 75.000$ al año sustituirme. Saqué tiempo de mi día ocupado para escribir esta carta a Ann, porque todavía hay gente ignorante que cree que una ama de casa no es sino una niñera que se sienta todo el día y mira a las telenovelas. (Ann Landers, mayo 1988, citado en “Mom, You’re Incredible” (Mamá, eres increíble), por Linda Weber. Enfoque a la familia, 1994, pp. 23-24).
Esto es cierto. Y es bueno haberlo dicho. Pero se puede decir mucho más. Permítame dar un gran ejemplo del Nuevo Testamento: la influencia de la madre y la abuela de Timoteo.
Pablo dice en 2 Timoteo 1:5,
“Porque tengo presente la fe sincera que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también”.
Luego en el capitulo 3:14-15 Pablo dice,
“Tú, sin embargo, persiste en las cosas que has aprendido y de las cuales te convenciste, sabiendo de quiénes las has aprendido; [es decir, de tu madre Eunice y a través de ella por tu abuela Loida]; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús”.
Ese sí es un testimonio extraordinario. El padre de Timoteo era un griego (Hechos 16:3). El probablemente no conocía de las Escrituras. Así que Pablo exalta la gran herencia que Timoteo tiene a través de su madre y abuela. Ellas hicieron lo que su padre no podía o no quería hacer. Lo llenaron con las Escrituras, y las Escrituras al fin le llevaron a la fe en Cristo, y la fe en Cristo le trajo salvación.
Timoteo vivirá eternamente porque su madre y su abuela fueron fieles a Proverbios 1:8.
5. La sumisión de los hijos
Dios demanda a hijos e hijas a ser sumisos a sus madres y padres.
Versículo 8 de nuevo: “Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no abandones la enseñanza de tu madre”.
Estos dos mandatos advierten en contra de la tentación común de la rebelión. Una cosa es cuando un niño está en casa; y otra cuando está lejos de casa. Si está en casa, la tentación de la rebelión es no escuchar cuando sus padres hablan. Por lo que Salomón dice, “Escucha la instrucción de tu padre”. Si él está lejos de casa, la tentación es olvidar lo que le fue enseñado. Así que Salomón dice, “No abandones la enseñanza de tu madre”.
Jóvenes, cuando estén en casa, escuchen a sus padres. No rechaces lo que ellos te dicen. Hazlo por el amor de Dios. Esto es tan importante a los ojos de Dios que lo hizo parte de los diez mandamientos que resumen toda la ley. Éxodo 20:12, “Honra a tu padre y a tu madre”. Honra a tu padre escuchando respetuosamente cuando el habla. Y honra a tu madre recordando lo que ella te enseño acerca de lo bueno y lo malo - acerca del temor del Señor - Cuando estés lejos de casa y nadie pueda verte sino tu y Dios.
6. La promesa de la recompensa
Por último, Dios ordena una recompensa para hijos e hijas que no olvidan la enseñanza de su madre y padre.
Versículo 9: “En efecto [literalmente, “porque”], son [escuchar la instrucción de tu padre y no olvidar la enseñanza de tu madre] guirnalda de gracia para tu cabeza, y collares para tu cuello”.
Lo que este versículo deja claro es que la instrucción de los padres y la enseñanza de las madres, arraigada en el temor del Señor, son una buena noticia. Los niños no siempre creen eso. Algunas veces tampoco los padres porque no han crecido suficiente en la gracia para creerlo. Pero eso es lo que el versículo dice: escuchar la instrucción de un padre y no olvidar la enseñanza de una madre será una guirnalda de gracia y gloria y gozo; serán como obsequios y premios alrededor de su cuello. En otras palabras significara triunfo y celebración y gozo.
El apóstol Pablo dice en Efesios 6:2 que “honra a tu padre y a tu madre” que es “el primer mandamiento con promesa”. Todos los mandamientos están llenos de promesas, pero Dios va más allá para dejar esto claro para hijos e hijas. Hay una gran promesa en honrar a su madre y padre y en acoger el temor del Señor que ellos nos enseñaron.
- “En el temor del Señor hay confianza segura... “El temor del Señor es fuente de vida”. (Proverbios 14:26-27)
- “El temor del Señor conduce a la vida, para dormir satisfecho sin ser tocado por el mal”. (Proverbios 19:23)
Esta es la guirnalda en tu cabeza y el collar en tu cuello para acoger el temor del Señor que tu madre y tu padre te enseñaron - una fuente de vida y confianza segura y satisfacción profunda.
La corona de gozo de una madre
Pero como hoy es el día de las madres, quizás la manera en la que debemos terminar es recordándonos a nosotros mismos como hijos e hijas - seamos viejos o jóvenes - que la fuente de vida, y la confianza segura y la satisfacción profunda que viene de honrar todo lo verdadero que nuestras madres nos enseñaron también regresa a ellas como una corona de gozo y honor y bendición en sus últimos años. “... no desprecies a tu madre cuando envejezca” (Proverbios 23:22). “Alégrense tu padre y tu madre, y regocíjese la que te dio a luz”. (Proverbios 23:25). No abandones la enseñanza de tu madre. Sera una guirnalda de gracia para tu cabeza y una corona de gozo sobre la de ella.
Vota esta traducción
Puntúa utilizando las estrellas