Porqué Jesús fue muerto y luego resucitado
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Última versión de 16:01 13 sep 2011
Por John Piper
sobre El Evangelio
Una parte de la serie Romans: The Greatest Letter Ever Written
Traducción por Pilar Daza Pareja
Romanos 4:22-25
Por lo cual también su fe le fue contada por justicia. Y no sólo por él fue escrito que le fue contada, 24 sino también por nosotros, a quienes será contada: como los que creen en aquel que levantó de los muertos a Jesús nuestro Señor, 25 el cual fue entregado por causa de nuestras transgresiones y resucitado por causa de nuestra justificación.
Tres preguntas para la próxima semana
Mi intención inicial era predicar un mensaje sobre estos cuatro cortos versículos: del 22 al 25, pero mientras reflexionaba acerca de ellos, principalmente en relación con el Domingo de Comunión, y con la intención de alcanzar un cierto punto culminante al final de este capítulo, pensé que deberíamos emplear dos domingos en este maravilloso texto. Estas son las preguntas que quiero plantearos, una hoy y tres el próximo domingo.
1) ¿Por qué se nos cuenta, tanto a Abraham como a nosotros, la fe como justicia? Cuál es el significado de "Por lo cual" al comienzo del versículo 22: "Por lo cual también su fe le fue contada [a Abraham] por justicia"
2) ¿Qué clase de fe se nos cuenta, tanto a Abraham como a nosotros, como justicia? ¿Fue acaso el primer acto de fe, cuando Dios habló a Abraham y le dijo que abandonara Ur de Caldea, o lo fue en Génesis 15:6 cuando Dios prometió a Abraham que tendría tantos descendientes como estrellas hay en el cielo, o tal vez en Génesis 17 cuando Dios promete a Abraham que tendrá un hijo al año siguiente, a pesar de su avanzada edad y de la esterilidad de Sarah, o acaso en Génesis 22, cuando Abraham ofrece a su hijo Isaac? ¿Somos justificados desde el primer asomo de fe, o por toda una vida de fe?
3) ¿Como se le acredita a Abraham su fe, y como se nos acredita a nosotros? ¿Es que acaso acreditar la fe como justicia significa que la fe por sí misma es la clase de justicia que realizamos y que Dios nos tiene en cuenta esa fe como buena para merecer justificación? ¿Como si la justificación costase cinco millones de dólares y yo pudiese presentarme con un millón, y Dios misericordiosamente me dice que me contará ese millón como si fuesen cinco y cancelará el resto? ¿O es que la justificación es realmente la atribución que Dios me hace de su propia justicia en Cristo? Y de ser así, ¿qué significa decir que la fe es contada por justicia?
Esto lo veremos la próxima semana.
¿A quién o qué debemos creer para ser justificados?
Esta semana quiero que nos concentremos en esto: ¿A quién o qué debemos creer para ser justificados? Así que nos detenemos en el versículo 24. Los versículos 23 y 24 dicen que la razón por la que estaba escrito en Génesis 15:6 que su fe le fue reconocida por justicia a Abraham era por nosotros, no sólo por él. "Y no sólo por él fue escrito que le fue contada, sino también por nosotros" Esto es importante. He aquí al apóstol de Jesucristo diciéndonos que Dios ya nos tenía en mente cuando inspiró a Moisés para que escribiera las palabras "Le fue contada por justicia" Dios quiere que os toméis esto de forma muy personal. Quiere que leáis esto, y lo escuchéis y que sepáis que se dirige a vosotros de forma muy personal.
Dios os dice ahora: "La fe hará que estéis bien conmigo. Confiad en mí. Y contaré vuestra fe como justicia." ¿Le escucháis? "Confiad en mí. Estad tranquilos conmigo. Apoyaos en mi. Contad conmigo. Todo va a estar bien. Yo tengo justicia para vosotros. Vosotros no tenéis para mí. Yo tengo la mía para vosotros. Confiad en mí. Se os contará como vuestra justicia."
Y entonces, hacia la mitad del versículo 24 nos dice en quién debemos confiar. ". . . Aquel que levantó a nuestro Señor Jesus de entre los muertos; Él, que fue entregado por nuestros pecados y resucitado por nuestra justificación". Este es aquel en quien debemos tener fe para ser justificados. Pablo identifica al Dios en quien confiamos por lo que ha hecho. De modo que cuando dice: "La fe le fue contada [por Dios] por justicia" y dice que esto fue escrito para aquellos de nosotros que tenemos fe, y luego nos dice lo que Dios ha hecho, es para que aprendamos las bases y el contenido de nuestra fe.
Resumámoslo en tres afirmaciones acerca de Dios. 1) El Dios en quien confiamos ejerce un poder extraordinario. 2) El Dios en quien confiamos lleva a cabo una redención misericordiosa. 3) El Dios en quien confiamos practica una justicia triunfal. Todo este capítulo ha tratado sobre los medios de la justificación, no sobre las bases de la justificación por la fe. Pero ahora, en la última frase de este capítulo, Pablo vuelve a las bases de la justificación por la fe, donde se hallaba en Romanos 3:24-26. Las bases de la justificación es lo que Dios hizo en el trabajo de Cristo en la historia. Los medios de la justificación es la forma como nos conectamos con esa gran obra a través de la fe. Ambas son tremendamente importantes, pero la base es lo más importante de todo.
John Murray, quien está con el Señor ahora, pero que anteriormente enseñaba en el Seminario de Westminster, escribió un pequeño gran libro llamado Redemption. Accomplished and Applied (Redención, lograda y aplicada). Yo lo leí hace aproximadamente 25 años. Y me gustaría que todo el mundo lo leyera, pues le pondría ramas fuertes al árbol de su fe. Esas dos palabras, "accomplished and applied" (lograda y aplicada) se refieren a la base y los medios que estoy comentando en este texto. La redención lograda es la base de lo que Dios hizo en Cristo. Ha sido conseguida fuera de nosotros y alejada de nosotros. La redención aplicada es lo que Dios hace para conectarnos con la gran y completa labor de la redención, algo que hace en nosotros y para nosotros.
Pablo finaliza el capítulo con una poderosa afirmación acerca de la redención lograda: la base, los cimientos del resto del capítulo, que ha tratado de la aplicación de la redención a través de la fe. Aquel en quien confiamos es aquel que logró la redención para nosotros, antes aun de que existiéramos. Es al que creemos, en quien confiamos, en quien depositamos nuestra fe.
De modo que de forma simple y breve esto es lo que vamos a ver: El es aquel que ejerce un poder extraordinario, lleva a cabo una redención misericordiosa y practica una justicia triunfal. Analicemos estas frases una a una en el texto y recreémonos en ellas en nuestras mentes y nuestros corazones.
1. Nosotros confiamos en Aquel que ejerce un poder extraordinario
El versículo 24b dice que somos "los que creen en aquel que levantó de los muertos a Jesús nuestro Señor". El propósito de situar la resurrección de Jesús en primer lugar es que enlaza con el poder que fue necesario para hacer que Isaac naciera, según se lee en el versículo 17. Observad nuevamente las palabras de dicho versículo: "…delante de aquel en quien creyó [Abraham], es decir Dios, que da vida a los muertos y llama a las cosas que no son, como si fueran". Abraham creía en aquel que da vida a los muertos y hace que existan las cosas que no son. Para Abraham el punto central radica en la promesa de Dios de hacer que Isaac naciera cuando Abraham tenía 100 años de edad y su esposa era estéril. Esto era imposible. Pero esto es lo que hizo que la fe de Abraham fuese ejemplar. El versículo 19 dice: "Y sin debilitarse en la fe contempló su propio cuerpo, que ya estaba como muerto puesto que tenía como cien años, y la esterilidad de la matriz de Sara".
Y ahora Pablo nos dice que hoy en día confiamos en el mismo Dios, y la fe que Dios tiene en cuenta por justicia es la fe en un Dios que resucita a los muertos, es decir, a nuestro Señor Jesucristo. Ese es en quien confiamos, aquel que resucito a nuestro Señor Jesucristo de entre los muertos.
A este poder le llamo "extraordinario", y no lo hago porque sea un poder inimaginable, sino porque estamos llegando al final de un siglo que se ha caracterizado por el naturalismo, un punto de vista o una fe en la que no hay realidad que no forme parte de la naturaleza, la fe de que no existe una realidad sobrenatural. Es inconcebible, dicen. La evolución naturalista es la forma dominante de esta fe: el afán de explicar el origen de todas las cosas sin una creencia en un Creador sobrenatural, externo a la naturaleza.
Pero también dominante en este siglo ha sido la forma naturalista de estudiar la historia. Esta fe para los estudios bíblicos es catastrófica. Uno de las más conocidas declaraciones de esta fe fue realizada por Rudolf Bultmann, quien afirmó que: "Un hecho histórico que involucra una resurrección de entre los muertos es inconcebible". IV [Wheaton: Crossway Books, 1999, orig. 1979], p. 333). Es allí donde obtengo la palabra "inconcebible".
La fe que dios nos cuenta como justicia es aquella que uno tiene por aquel que ejerce un poder extraordinario. El hace exactamente lo que Bultmann afirma que es "inconcebible": resucita a los muertos. El hace lo que la gente dice que no puede hacerse. Sacó a Isaac del vientre sin vida de una mujer de 90 años. Y sacó a Jesucristo de una tumba después de tres días de fallecido y le hizo Señor del universo. Por tanto Dios puede cumplir cualquier promesa. Y por eso confiamos en el.
2. Confiamos en Aquel que lleva a cabo una redención misericordiosa
Observad la primera mitad del versículo 25: "el cual fue entregado por causa de nuestras transgresiones". Lo primero que debemos observar es que la muerte de aquel a quien Dios resucitó, es una muerte predeterminada. Dios no solo quería demostrar su extraordinario poder, buscando una persona que hubiese sido asesinada y resucitándola de entre los muertos. Dios mismo predeterminó su muerte y lo hizo con un propósito.
Podéis ver que estas son las dos frases fundamentales del versículo 25a: "(1) el cual fue entregado (2) por causa de nuestras transgresiones". Jesús "fue entregado" ¿por quién? ¿Por los soldados? ¿Por Pilatos? ¿Por Herodes? ¿Por la muchedumbre judía? No, por ninguno de ellos, puesto que dice que fue entregado "por causa de nuestras transgresiones". Ni los soldados, ni Pilatos, ni Herodes ni los judíos entregaron a Jesús, "por causa de nuestras transgresiones".
En Hechos 2:23 encontramos una respuesta clara y directa: "a éste, entregado por el plan predeterminado y el previo conocimiento de Dios". Dios lo entregó a la muerte. En Romanos 8:3 leemos; "[Dios lo hizo:] enviando a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado". En Romanos 8:32 leemos: "El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros". De modo que la muerte de Jesucristo fue predeterminada por Dios. Dios planeó su muerte. No solo murió, sino que fue entregado a la muerte por Dios.
Y esta predeterminación tenía un propósito (versículo 25a); "por causa de nuestras transgresiones". La intención de Dios era ocuparse de nuestras transgresiones. El quería hacer algo respecto a nuestras transgresiones. ¿Qué quería hacer? El quería proporcionarnos una muerte que sustituyera a la nuestra, para que no tuviéramos que morir por nuestras transgresiones. Y la única muerte con la que lo podría conseguir era con la muerte de su hijo. Por ello, en Romanos 8:3 leemos; "[Dios lo hizo:] enviando a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado". Así pues, nuestras transgresiones no se barren y esconden bajo la alfombra. No son pasadas por alto. Son condenadas. Y conllevan una ejecución. Pero no nuestra ejecución, sino la de Cristo.
De esta forma somos redimidos por la muerte de Cristo. Es decir, nos redimen de nuestros pecados. Nos rescatan del castigo del infierno. Nos rescatan del juicio de Dios. Y nosotros no nos merecíamos toda esta redención. Merecíamos morir, e irnos al infierno, y soportar el juicio de Dios. Pero esta es una redención misericordiosa. Este es el Dios en quien confiamos para ser justificados: el Dios que lleva a cabo una redención misericordiosa. El planeo salvarnos de nuestras transgresiones mediante la muerte de su hijo.
3. Finalmente, confiamos en Aquel que practica una justicia triunfal.
Confiamos en aquel que ejerce un poder extraordinario, lleva a cabo una redención misericordiosa y ahora practica una justicia triunfal. ¿Qué quiero decir con esto, y de donde lo he sacado? Lo obtengo del final del versículo 25. ¿Quién es el Dios en quien confiamos? Es Aquel que resucitó a Jesús "por causa de nuestra justificación". Esto para mi quiere decir que cuando Jesús murió por nuestras transgresiones, se hizo un pago completo y suficiente por nuestro perdón y nuestra justificación. Por ello habría sido injusto dejar a Cristo en la tumba, dado que ya había pagado ampliamente por nuestros pecados. De modo que Dios lo resucito de entre los muertos para confirmar así la perfección de la expiación y obediencia de Cristo. La resurrección de Jesús fue la declaración de que lo que consiguió con su muerte fue un éxito absoluto, la compra de muestra justificación.
Quizá podríamos decirlo de esta manera: al morir Cristo y derramar su sangre por nuestras trasgresiones, consiguió la expiación de los pecados que fueron la causa de su muerte. Y puesto que esos pecados ya están cubiertos y pagados, no hay razón para que Cristo permanezca muerto. Su muerte sólo fue para pagar por nuestros pecados. Cuando estuvieron totalmente pagados, ya su muerte no era necesaria. No sería justo dejarlo dentro de la tumba. No podía permanecer en la tumba. "No era posible que El quedara bajo el dominio de ella" (Hechos 2:24).
Así que el Dios en quien confiamos practica una justicia triunfal. La resurrección de Jesús es triunfal porque vence a la muerte. Es una justicia triunfal porque la justicia exigía que Jesús resucitara de entre los muertos. Había pagado totalmente por los pecados, aquellos que le llevaron a la muerte. Si los pecados que le llevaron a la muerte, nuestros pecados, fueron pagados total y completamente en la cruz, el único motivo de la muerte de Cristo dejaba de existir. Nuestra justificación se había asegurado completamente (aun no conseguida mediante la fe, pero si asegurada y pagada) De modo que sería injusto que Cristo permaneciera muerto. Sería una pena sin una causa. Por ello fue justo y correcto que Dios resucitase a Cristo. Fue una justicia triunfal. (Ver Hebreos 13:20).
¿A quién debemos creer para ser justificados?
Así pues, cierro la pregunta que hice al principio: ¿A quién o qué debemos creer para ser justificados, para ser rectos en Dios? La respuesta es que debemos creer que Dios: 1) ejerció un poder extraordinario al levantar a su hijo Jesús de entre los muertos, 2) llevó a cabo una redención misericordiosa al planear la muerte de su hijo para salvarnos de nuestras transgresiones, y 3) realizó una justicia triunfal al levantar a Jesús de entre los muertos para demostrar que la base de nuestra justificación estaba totalmente lograda con la muerte de su hijo.
Así pues, confiad en Él hoy. Abrid vuestros corazones y recibid la gloria de su salvación: extraordinario poder, misericordiosa redención y justicia triunfal. Creed en esto y Dios contará vuestra fe por justicia. Estaréis seguros con Él. Tendréis una justicia que no os pertenece y tendréis una roca inamovible y eterna que os sostiene.
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