Pensando Bíblicamente Sobre La Preocupación
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Revisión de 17:52 19 mar 2012
Por Paul Tripp
sobre Miedo y Ansiedad
Una parte de la serie Tabletalk
Traducción por Ileana Fernandez Oakes
Sally se preocupa por los niños todo el día mientras ellos están en la escuela. Jed parece nunca dejar la carga de sus finanzas. Linda teme que nunca se va casar. Sarah le tiene pavor a los dolores que convienen con el envejecimiento. Fred constantemente se preocupa por lo que la gente a su alrededor piensa de él. Benji se preocupa de que él no será parte del equipo. Mary nunca es libre de la preocupación por su peso. Cindy ha pasado muchas noches sin dormir preocupándose por su relación con Brad. Como estudiante de último año, Jared tiene un poco de pánico por lo que pasará después de la universidad. Jaqueline admite que ella es algo germófoba. Ben evita las multitudes, pero no quiere que nadie sepa. Sharon tiene miedo de que Dios no la quiera, pero no habla de ello. Ron sabe que él pasa muchísimo tiempo preocupándose sobre perder su trabajo, pero él no logra mantener su mente fuera de eso. Dina se preocupa tanto por sus hijos adultos que teme que sus frecuentes llamadas los alejen de ella. A Pete le fue muy bien en el seminario, pero sus sermones siempre están acompañados de ansiedad. Greta se preocupa más de lo que sus compañeros piensan de ella que de sus notas. Josh se preocupa cada vez que se le informa que su jefe quiere verlo.
La preocupación - está realmente en todas partes. Tal vez sea la experiencia que todos tenemos en común. Considere las personas mencionadas anteriormente. Ellos tienen dos cosas en común. Todos son creyentes que profesan y todos luchan con la preocupación. ¿Y usted? ¿Qué tanto es la preocupación de algún tipo parte regular de su pensamiento en la vida diaria? ¿Qué tanto la preocupación le da forma a lo que usted hace y a lo que usted no hace? ¿Cómo interactúa la preocupación con la fe que tanto valoras? ¿Podría ser que la preocupación es una mayor influencia en su vida de lo que normalmente usted ha considerado? Tal vez la preocupación es uno de los secretos sucios de la iglesia. Tal vez nos hace tímidos, pasivos y dudosos cuando nuestra teología nos dice que tenemos todos los motivos para ser valientes, activos, y con confianza. ¿Podría ser que muchos de nosotros vivimos con una enorme brecha entre la confianza teológica que celebramos el domingo y el temor a nivel de la calle, la preocupación y la ansiedad que nos acompañan el resto de la semana? ¿Por qué tantos de nosotros nos preocupamos tanto? ¿Por qué no experimentamos el descanso del que el Evangelio está destinado a darnos? ¿Por qué tenemos noches sin dormir, estómagos nerviosos y días irritantes? ¿Por qué la preocupación entra por nuestra puerta tan a menudo?
La preocupación y el mundo caído
Tal vez su respuesta a las preguntas que he realizado es: "Pablo, me preocupo porque vivo en un mundo caído!" Es cierto que el mundo en que vivimos simplemente no funciona de la manera que el Creador quiso. Debido a esto, vivimos en un mundo donde el engaño, el peligro, y la decepción son realidades. La Biblia es muy honesta en su descripción sobre realmente que tan quebrado esta éste mundo. Hay cosas en éste mundo a las que se debe temer. Hay cosas que deben llamar su atención y causar su inquietud. Hay cosas de las que usted debe trabajar para evitar y proteger a sus seres queridos. Usted debe vivir cuidadosamente y con alerta. Vivir con las expectativas realistas que una comprensión bíblica de la caída de nuestro mundo ofrece es una cosa responsable y divina por hacer. Usted no debe ser ingenuo. Este lado del cielo, siempre debe recordar que el shalom (paz y la plenitud) que el Creador hizo ha sido hecho añicos. Cada día, de algún modo, de alguna manera, la ruptura de su mundo presionará sobre usted. Será de esta manera hasta que usted cruce al otro lado.
Sin embargo, debe hacerse una importante distinción entre mirar la vida a través del lente honesto de la Escritura y vivir una vida de preocupación sutíl y no tan sutíl. En la Biblia, nos enfrentamos a la realidad de que en situaciones en las que el pueblo de Dios estaba experimentando algunas de las más duras realidades de la vida en un mundo caído, ellos experimentaron, en esos momentos, algo del más remarcable descanso del alma que la Biblia registra. Permítanme ofrecerles un poderoso ejemplo. Salmos 3 y 4 son salmos de mañana y tarde, escritos cuando David estaba huyendo por su vida y de aquellos que tomarían su trono. Ustedes conocen la historia de fondo. Fue Absalón, hijo de David, quien deseaba su trono. El ya se había ganado los corazones del pueblo de Israel, y ahora el deseaba el reino de su padre. David sabía de qué se trataba. Esta era una monarquía: para que un hijo tomara definitivamente el trono de su padre, el padre tenia que morir. Por lo que, David huye por su vida con un pequeño grupo de hombres leales y se esconde en una cueva. Tal vez no hay una historia más desgarradora en las Escrituras: el pecado que rasga una familia aparte, el pecado que resulta en la sedición y posiblemente la muerte. En esta historia, usted esta viendo el mundo caído en lo peor. Pero en el medio de todo, David no está paralizado por el pánico. Él no está impulsado por la preocupación. Él no está cautivo por el "qué pasaría si". No, David esta remarcadamente relajado. Mire lo que escribe desde la cueva: "En paz me acostaré y así mismo dormiré; porque sólo tú, oh Señor, me haces vivir confiado" (Salmo 4:8). 4:8). David está experimentando todo el peso de la decepción y el peligro de la vida en éste mundo caído, pero no está lleno de ansiedad. Su corazón está en reposo y su cuerpo es capaz de dormir, incluso en medio de lo que rompería el corazón de cualquier padre. La historia de David y el salmo de David nos enfrentan a algo importante. Es lo que vamos a desembalar el resto de éste artículo. Aquí está: Las dificultades de la vida en éste mundo caído son el motivo de nuestra preocupación, pero no la causa. Para entender la causa, hay que mirar más profundo. David estaba en una circunstancia que podría ser la ocasión para preocuparse mucho, sin embargo, el no estaba temeroso o ansioso. Su descanso nos señala en donde se puede encontrar la ayuda para nuestra preocupación. La preocupación no es causada por lo que existe fuera de nosotros. No, la preocupación es causada por lo que está pasando dentro de nosotros.
Mundos encogidos y la preocupación
Para entender por qué los cristianos tienden a preocuparse más de lo que alguien debería con nuestra teología de la vida cotidiana, voy a tener que llevarle a un poco a un viaje bíblico. Quiero comenzar con dos versos que ofrecen una visión espectacular de lo que el pecado hace en todos nosotros. Estos versículos empiezan a señalarnos por qué la preocupación es tal una lucha universal. "Pues el amor de Cristo nos apremia, habiendo llegado a esta conclusión: que uno murió por todos... que los que viven ya no vivan para sí mismos sino para aquel que murió por ellos y fue resucitado" (2 Cor. 5:14-15; el énfasis es mío).
En las diez palabras que he resaltado, Pablo hace una estruendosa observación acerca de cómo el pecado fundamentalmente altera el enfoque de toda persona por la vida. Yo estaba destinado a vivir por algo mucho más grande que mi mismo. Fui creado para vivir para Dios - Su reino y Su gloria. Fui diseñado para hacer vertical mi identidad, significado y propósito, y mi sentido interno de bienestar. Fui hecho para obtener mi razón por hacer lo que estoy haciendo y mi descanso en medio de hacerlo de parte de Dios. Pero el pecado hace que cada uno de nosotros viva para sí mismo, es decir, reducir nuestras vidas al tamaño de nuestras vidas. El pecado nos lleva a reducir el campo de nuestros sueños y preocupaciones hasta nuestros deseos, nuestras necesidades y nuestros sentimientos. El pecado nos hace aterradoramente ensimismados, egocéntricos y automotivantes.
¿Qué tiene esto que ver con la preocupación? Todo! Como resultado del pecado, ya no atamos nuestra paz interior a un Dios que es la definición de sabiduría, poder y amor y que nunca, nunca cambiará. No, sin darnos cuenta de lo que hemos hecho, comenzamos a buscar horizontalmente la identidad, significado y propósito, y nuestro sentido interno de bienestar. Vemos las situaciones rotas y en constante cambio y las relaciones de éste mundo caído para nuestro propósito y nuestro descanso interior. Cosas que no fueron diseñadas para darnos paz y sobre las cuales no tenemos control alguno se convierten en nuestro mesías de reemplazo. Les pedimos que hagan por nosotros lo que sólo Dios es capaz de hacer. Ya ves, esto es lo que sucede: las cosas importantes (como la familia, el trabajo, la vivienda, el dinero, etc) se convierten en algo muy importante para nosotros porque se transforman en los lugares que buscamos para descansar. Cuando lo hacen, no sólo no nos dan descanso, sino que se convierten en la razón de los ciclos interminables de preocupación, ansiedad y temor que, francamente, se encuentran en las vidas cotidianas de muchos creyentes. Su trabajo es importante, pero no debe ser la fuente de su identidad, y cuando lo es, se convierte en la causa de ansiedad interminable. Su matrimonio o amistades son importantes, pero no deben ser el lugar que usted busca para paz interior. Aquí es lo que las Escrituras nos mueven a decir. La preocupación que nos conduce o nos paraliza revela más sobre lo que hay dentro de nosotros que de lo que está fuera de nosotros. Aquí es donde creo que nuestro siguiente pasaje, Mateo 6:19-34, es muy útil.
Reinos, tesoros, y la preocupación
Mateo 6:19-34 es uno de los pasajes más conocidos de la Biblia acerca de la ansiedad y la preocupación. (¿Por qué no detenerse a leer el pasaje ahora mismo?) ¿Quién no está familiarizado con las palabras "¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida? (V. 27) o "No se inquieten entonces, diciendo: "¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?"(v. 31). Cuando terminas éste pasaje, ves de inmediato que es mucho más que un examen sobre la preocupación. Es realmente un detallado desembalaje de la guerra entre el reino de Dios y el reino de sí mismo. Esto es precisamente por qué dice lo que dice acerca de la preocupación. Nos enseña que detrás de cada momento de preocupación hay una guerra para el corazón. Esta batalla es sobre si nuestros corazones serán gobernados eficaz y funcionalmente por el reino de Dios o el reino del yo.
A causa del pecado, nuestras luchas con el reino del yo son tan penetrantes y seductoras que Cristo pasa la mayor parte de su tiempo desembalando la dinámica de éste reino (vv. 19-32). No es sino hasta la primera palabra del versículo 33, "Pero", que llegamos al giro en el pasaje y la llamada a vivir para el reino de Dios. Esencialmente, lo que Cristo dice es que el reino del yo está impulsado por una búsqueda de tesoros apegados a la tierra y necesidades llenas de ansiedad. El reino del yo reduce la vida a un catálogo de tesoros físicos y vivenciales, y a una lista de necesidades personales. En éste reino vivo para asegurarme de que adquiero lo que quiero y suplo mis necesidades. Ahora, antes de que digas: "Bueno, Pablo, yo no vivo de esa manera!" déjeme preguntarle, ¿cuánto de su preocupación en el último mes tuvo algo que ver con el reino de Dios?
Te animo a permitir humildemente que este pasaje sea un espejo en el que mires para ver cosas de ti mismo que no verías de otra manera. Cristo usa una palabra muy útil en este caso para las cosas que capturan nuestro corazón: tesoro. Piensa sobre ésta palabra. Hay muy pocos tesoros de la vida que tienen un valor intrínseco. La mayoría de los tesoros tienen un valor asignado. Es por eso que el viejo proverbio dice: "La basura de un hombre es el tesoro de otro hombre." Por ejemplo, ¿por qué es que un billete de veinte dólares vale veinte dólares? No es debido a que contenga el valor de veinte dólares en tinta o papel. No, su valor es asignado. De la misma manera, usted esta asignando valor a las cosas en su vida. Es imposible ser un ser humano y no hacer esto. Jesús nos advierte que seamos cuidadosos con lo que valoramos, lo que llamamos nuestro tesoro controlará nuestros corazones, y lo que controla nuestros corazones controlará nuestro comportamiento. ¿Cómo se relaciona esto que la preocupación? La conexión es obvia y poderosa. La preocupación y el descanso siempre revelan los verdaderos tesoros de su corazón. Usted descansará más cuando lo que más atesoras está seguro, y te preocuparás más cuando lo que más atesoras está en riesgo. ¿Qué revala tu mundo de preocupación acerca de los verdaderos tesoros de tu corazón?
Pero, en este pasaje, Jesús usa otra categoría provocativa - necesidad. Tu vida está siempre conformada por lo que te dices a ti mismo que necesitas. Si la necesidad significa "esencial para la vida", el llamar a algo una necesidad es un compromiso significante del corazón. Si estás convencido de que algo es una necesidad, entonces parece correcto el esperar que lo tendrás y parece natural el preocuparse de que podrías no obtenerlo. Quizás una de las palabras mas descuidadas utilizada por los seres humanos es la palabra necesidad. La gran mayoría de las cosas que llamamos necesidades no son necesidades. Y Jesús argumentaría que las cosas que son verdaderas necesidades nuestro Padre celestial las proveerá con gracia.
Así, la asignación de necesidades se conecta a la preocupación de dos maneras. En primer lugar, tenderás a preocuparte cuando has fijado la vitalidad de tu vida a cosas que en realidad no necesitas y no puedes controlar siempre. Y en segundo lugar, tenderás a preocuparte ante la necesidad legítima cuando te olvidas de tu Padre celestial y su siempre fiel pacto de amor. Tu Padre es soberano, sabio, lleno de gracia y poderoso. Él gobierna sobre todas las cosas por el bien de su iglesia (Efesios 1:15-23). El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Romanos 8:31-32)?
El descanso y la guerra
Estoy profundamente convencido de que el descanso personal real y duradero del corazón nunca se encuentra en la facilidad de las circunstancias. Incluso en la mejor de las situaciones en éste mundo caído, tu corazón será capaz de encontrar razones para las cuáles preocuparse. El reposo interno del alma y la paz duradera en el corazón sólo son encontradas cuando Jesús y Su reino son tus tesoros más altos y profundos. Cuando pones tu identidad en Sus nunca cambiantes manos, cuando encuentras tu significado y propósito en el trabajo imparable de Su reino, y cuando pones tu sentido interior de bienestar en el sólido fundamento de Su promesa de satisfacer todas tus necesidades, serás capaz de descansar, aún cuando las situaciones y relaciones que te rodean estén rotas.
El derrotar la preocupación no es acerca de la esperanza de que mañana será mejor. No, el derrotar la preocupación es acerca de ser un buen soldado en esta guerra más profunda para el corazón. Se trata de la lucha contra la tentación de colocar la paz de tu corazón en las cosas que, por su propia naturaleza son temporales y, por tanto, no están orgánicamente diseñadas para darte paz duradera (véase Mat. 6:19). Se trata de alimentar diariamente tu alma con las promesas y las provisiones de tu Padre celestial. Se trata de tener cuidado especial antes de nombrar algo una necesidad. Y se trata de vivir para algo más grande que tú. Se trata de dar el amor y el interés de tu corazón al Rey y Su reino y luchar contra el instinto de construir un reino liliputiense por tu propia cuenta. El reino del yo nunca te dará descanso por que no tiene la capacidad de satisfacer los deseos de tu corazón.
En la cueva, David tenía razón cuando dijo: "Porque sólo tú, oh Jehová, me haces vivir confiado" (Salmo 4:8) Es como si David estuviera diciendo, "Mi paz no se encuentra en lugares, relaciones o circunstancias, sino que se encuentra en el Señor. Debido a que lo es, yo soy tan libre de preocupaciones en ésta cueva tal y como yo estaba en el palacio! " Sí, David fue afligido como cualquier padre lo hubiera sido, y no, él no sabía cómo las cosas iban a salir, pero en medio de sus preguntas y en medio de su dolor, él era un hombre con un corazón en reposo, tanto así que él era capaz de dormir.
La preocupación y el descanso siempre revelan los verdaderos tesoros de nuestros corazones, y en esta batalla no estamos solos, porque el Rey a quien estamos llamados a servir también es Emmanuel. El está siempre con nosotros y lucha por nosotros por Su gracia.
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