El orgullo de tener miedo
De Libros y Sermones BÃblicos
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Revisión de 14:46 30 mar 2012
Por John Piper
sobre Orgullo
Una parte de la serie Taste & See
Traducción por Maria Clara Canzani
El Señor ha utilizado algunos textos inusuales en mi vida para ayudarme a comenzar a vencer el temor de los hombres. Uno de esos textos es Isaías 51:12 donde Dios dice, “Yo, yo soy el que te consuela. ¿Quién eres tú que temes al hombre mortal, y al hijo del hombre que como hierba es tratado?” ¿No les parece extraño cuando dice, “¿Quién eres tú que tienes miedo?”? El significado es que Dios considera el miedo de los hombres como una manifestación de orgullo. Cuando decimos “¡Quién te crees que eres, entrometiéndote acá de esta manera!” queremos decir, “Eres presuntuoso y arrogante al entrometerte acá.” Entonces cuando Dios dice, “¿Quién eres tú que temes a los hombres simples?” quiere decir, “Eres presuntuoso y arrogante al tener miedo de los hombres.”
Ahora bien, yo nunca había pensado en mi miedo a dar testimonio, o en mi miedo a arriesgar algún tipo de vergüenza, como signo de orgullo. Esto se sentía como una debilidad, ¿y quién está orgulloso de las debilidades? Pero ahora este texto me ha ayudado a ver mis miedos bajo una luz nueva.
El miedo de los hombres en realidad es un signo de orgullo. Es presuntuoso. Se atreve a hacerse cargo de la responsabilidad de nuestro consuelo que Dios ha manifestado que Él desea manejar. El miedo se levanta en el trono y grita: “No hagas eso, te tirarán huevos a la cara. Serás humillado.” Así el miedo ocupa el rol de protector y guía y consolador. Pero estos son roles que pertenecen a Dios. El Señor dijo con mucho énfasis, “¡Yo, Yo soy el que te consuela!” Por lo tanto cuando nos permitimos temer el desagrado del hombre estamos actuando de modo arrogante. Estamos presumiendo que nuestra inteligencia está por encima de la promesa de Dios.
Dios promete ser nuestro consolador y protector, pero nosotros negamos la credibilidad de la palabra de Dios y permitimos que el miedo defina los límites de nuestra obediencia. Cada vez que dejamos que el miedo nos dificulte una oportunidad de compartir el evangelio estamos orgullosamente considerando nuestras emociones como un presagio del futuro más confiable que las promesas de Dios. Por lo tanto tiene mucho sentido que Dios diga, “Yo, yo soy el que te consuela. ¿Quién eres tú que temes al hombre mortal?”
Esto me ha ayudado mucho. No es simplemente un mandamiento: ¡No temas! Combina dos poderosos motivos: 1) hace hincapié en que Dios ama ayudarnos en nuestros momentos de temor (“Yo soy el que te consuela”), y 2) enfatiza que Dios esta muy ofendido e indignado cuando no creemos en esta promesa. Amo pensar que Dios es mi ayuda y consuelo constante, y odio pensar en ofender a Dios con el orgullo del descreimiento. Por lo tanto, Isaías 51:12 ha sido una gran ayuda para superar el miedo en mi vida. Espero que Dios use éste y otros (como Lucas 12:4-7) para ayudarte a ti también.
Pastor Juan
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