El Siervo del Señor I
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Última versión de 16:43 21 ago 2012
Por Ligonier Ministries Staff
sobre Jesucristo
Una parte de la serie Tabletalk
Traducción por Javier Matus
“Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de Él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos” (Isaías 53:3).
- Isaías 53:1-3
Pocos pasajes del Antiguo Testamento son más conocidos por los cristianos como Isaías 53. En los próximos dos días examinaremos este pasaje al explicar el significado del nombre “Siervo del Señor”.
Antes de que comencemos a mirar a este pasaje en detalle, primero notemos que hay un desacuerdo de este pasaje entre los intérpretes cristianos y los no cristianos. Los cristianos identifican el siervo del cual Isaías está hablando como Jesús. Los intérpretes no cristianos, sin embargo, suelen decir que el siervo del cual Isaías está hablando es la nación de Israel.
Entonces, ¿cómo podemos estar seguros de que este pasaje se refiere a Jesús? En primer lugar, aún si Isaías tuvo a la nación de Israel en mente cuando escribió esta profecía, la profecía todavía fue cumplida por Jesús. Esto se debe a que Jesús, como el verdadero Israel (Mateo 02:15, Juan 15:1-11), es el único Israel que podía cumplir esta profecía perfectamente. En segundo lugar, vemos una distinción entre el siervo y el pueblo de Dios en Isaías 53:8, que señala el hecho de que esta profecía tiene una sola persona en mente. Por último, y lo más importante, Hechos 8:26-35 deja bien claro que Isaías 53 se refiere a Jesús de Nazaret.
Entonces, ¿qué nos dice Isaías 53 acerca de Jesús? El versículo 1 nos dice que será difícil para la gente creer que su Mesías vendrá como un siervo que sufre. Aunque a veces puede sorprendernos que tan pocos en los días de Jesús podían ver quién era, Isaías sabía que el encontrar a alguien que aceptara un Mesías que sufre y no un libertador político sería una tarea difícil.
Los versículos 2 y 3 muestran un panorama poco halagüeño del Siervo del Señor. A diferencia del guapo Saúl (1 Sam. 9:2) y el guapo David (1 Sam. 16:12), este siervo-rey no tenía belleza, forma, o majestad. Más bien, como nos dice Isaías, este siervo fue “despreciado y desechado.” De hecho, los hombres esconderían sus rostros de Él y no sería estimado por Su propio pueblo.
Isaías sabía que este siervo sería la última cosa que el pueblo iba a querer. El rechazo de Jesús en el recuento de los evangelios comprobó que esto es cierto (Marcos 15:12-15). Pero este siervo sería la primera cosa que el pueblo necesitaría. No tendría belleza, forma ni majestad, porque Él llevaría el pecado de su pueblo, no por causa de Su propio pecado.
Coram Deo
Vemos en el pasaje de hoy que no debería sorprendernos cuando la gente rechaza al Mesías. Se nos ha dicho de antemano que la gente haría eso. Pero también sabemos que algunos rechazan a Jesús al principio pero después lo confiesan como Salvador. Si conoce a alguien que ha rechazado a Cristo, considere cómo puede seguir siendo Su testimonio para ellos.
Pasajes para Estudio Adicional
Isa. 52:13-15
Ez. 34:22-24
Mat. 12:15-21
Hechos 8
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