El Mismo Por Los Siglos
De Libros y Sermones BÃblicos
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Última versión de 13:25 17 sep 2012
Por Ligonier Ministries Staff
sobre Jesucristo
Una parte de la serie Tabletalk
Traducción por Javier Matus
“Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Heb. 13:8).
- Hebreos 13:8-9
En el último año, hemos estudiado varios temas al hacer nuestro camino a través del libro de Hebreos. En muchos de nuestros estudios, hemos hablado de la superioridad de Jesús a todos los que vinieron antes que Él. En otras semanas hemos estudiado los pasajes de advertencia en este libro y examinamos cómo se relacionan con la seguridad de nuestra salvación. También hemos examinado la doctrina de la perseverancia como un acto de la gracia perseverante de Dios que nos permite continuar en la fe.
Increíblemente, Dios ha decidido hacer reales y significativas nuestras decisiones, haciendo que contribuyen a nuestra perseverancia. Sin embargo, sería un error pensar que nuestras decisiones son los factores principales a través de los cuales perseveramos. Sólo el decreto de Dios con respecto a nuestra salvación, y su obra que la hace efectiva, garantiza que los elegidos finalmente nunca retrocederán. Aún así, nuestra elección se evidencia sólo mientras permanecemos fieles a Cristo porque el corazón que Dios ha transformado soberanamente y por la obra independiente del Espíritu Santo, siempre se aferrará a Jesús.
En la Escritura, Dios nos recuerda de Su fidelidad para que nuestros corazones se muevan para aferrarse a Sus promesas. El pasaje de hoy es uno de los mejores ejemplos de esto. Porque se nos dice en Hebreos 13:8 que “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”.
La audiencia original de esta epístola necesitaba escuchar esto. Estaban vacilantes y necesitaban algo confiable al cual aferrarse. Bajo la persecución, comenzaron a dudar de la fidelidad del Señor, a quien habían confesado. Necesitaban saber que, un día, los poderosos actos por los que Jesús llevó a cabo la salvación finalmente los rescataría de la presencia del pecado (9:28). Necesitaban saber que Él era el mismo por el que los héroes de la antigüedad esperaron (cap. 11). Necesitaban saber que Su superioridad duraría para siempre (7:28).
Nosotros también necesitamos saber estas cosas. Las pruebas y tribulaciones de la vida hacen que sea muy fácil poner en duda el carácter y el poder de nuestro Salvador. Somos fácilmente sacudidos y distraídos, incluso tentados a veces a contemplar enseñanzas extrañas y cosas “nuevas” (13:9). Pero no hay que ser así. Debemos recordar que el Jesús que nos salvó ayer es el mismo Jesús que nos salva hoy y nos salva para siempre. Podemos confiar en Él totalmente porque Él siempre es fiel. Su carácter, amor y poder nunca serán más que supremos.
Coram Deo
¿En realidad cree que Jesús es el mismo ayer, hoy y por los siglos? ¿Cree que Él proveerá para usted como lo ha hecho en el pasado? ¿Cree que Su amor por usted continuará por siempre? En la oración, pídale al Señor que le perdone cuando dude de Su consistencia, y pídale que aumente su fe en el siempre fiel Salvador.
Pasajes para Estudio Adicional
Ex. 3:6
Num. 23:19
Ps. 111
Juan 8:48-59
Ap. 1:8
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