Como Casa Espiritual Para Un Sacerdocio Santo
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Revisión de 17:06 27 sep 2012
Por John Piper
sobre Alabanza
Una parte de la serie 1 Peter: Grow in the Grace & Knowledge of Christ
Traducción por Maria del Carmen Zanassi
1 Pedro 2:4-8
“Y viniendo a Él como a una piedra viva, desechada por los hombres, pero escogida y preciosa a los ojos de Dios, también vosotros, como piedras vivas, estáis siendo edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, por medio de Jesucristo, que sean agradables a Dios. Pues, esto se encuentra en la Escritura: ´Mirad, pongo en Sion una piedra escogida, una preciosa piedra angular y el que crea en ella no será decepcionado´. Este precioso valor es, pues, para vosotros los que creéis; pero para los que no creen ´La piedra que desecharon los constructores, esa, en piedra angular se ha convertido´ y en ´Piedra de tropiezo y roca de escándalo´; pues ellos tropiezan porque son desobedientes a la palabra y para ese destino también estaban designados.”
Mientras buscaba en el Señor lo que nosotros, como personas, necesitaríamos de Dios esta mañana, me pareció que justo el siguiente pasaje programado de 1 Pedro es precisamente lo que necesitamos. No es lo único que necesitamos. Pero, sí lo necesitamos. Y lo necesitamos muchísimo. La Palabra se refiere a cómo ofrecer sacrificios espirituales que sean agradables a Dios. Nos vamos a concentrar en los versículos 4-5.
Cómo los Sacrificios Espirituales se Convierten en Agradables a Dios
En estos versículos, fíjense que hay seis fases en la manera en que Dios logra que los sacrificios espirituales sean aceptables para Él.
1. Jesucristo, la Piedra Viva
Primero. En el versículo 4, está Jesucristo, la Piedra viva. Pedro lo llama piedra a causa de las profecías del Viejo Testamento: “Mirad, pongo por fundamento en Sion una piedra” (Isaías 28:16). “La piedra que desecharon los edificadores ha llegado a ser la piedra principal del ángulo” (Salmos 118:22). Vamos a volver sobre esto.
2. Aquellos que lo Anhelan Vienen a Él
Segundo. En el versículo 4, aquellos que han probado la benignidad del Señor (recuerden el versículo 3 que vimos hace tres semanas) – aquellos que han probado que el Señor es benigno y ahora lo anhelan como los bebés desean la leche – ellos ahora (versículo 4) vienen a Él: “Y viniendo a Él como a una piedra viva, desechada por los hombres, pero escogida [=elegida] y preciosa a los ojos de Dios”.
3. Conformados como Piedras Vivas
Tercero. El resultado de este venir a Él es que somos conformados como piedras vivas, para utilizarlas en un edificio espiritual. Versículo 5: “También vosotros, como piedras vivas, estáis siendo edificados”. El contacto con la Piedra Viva nos da vida y nos acondiciona para ocupar nuestro lugar en su plan arquitectónico.
4. Estamos Edificados Como una Casa Espiritual
Cuatro. Cuando nos acercamos a la Piedra Viva y estamos conformados nosotros mismos como piedras vivas, se nos edifica como “casa espiritual. Cristo es el constructor. Construye a cada cristiano en un templo espiritual. Es espiritual porque alberga al Espíritu Santo. “¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?” (1 Corintios 3:16). Este contexto se refiere a la iglesia local, no a las personas.
Hasta ahora, lo que vemos es que Dios instala esta piedra, Jesucristo, en Sion, es decir, en Jerusalén y los hombres lo rechazan - lo crucifican – pero Dios ha elegido esta piedra, lo considera infinitamente valioso, lo resucita de entre los muertos, lo convierte en una piedra permanentemente viva y le da el lugar de más alto honor como piedra angular. Todo esto hasta el final, para que Cristo pudiera reunir a un pueblo que estuviera vivo como Él e hiciera un templo, una iglesia – una morada eterna para el Espíritu de Dios.
5. Somos un Sacerdocio Santo
Quinto. La grandeza de la realidad derriba la imaginación. No solo somos piedras vivas, que están siendo edificadas como casas espirituales para que Dios habite, también somos un “sacerdocio santo”. En otras palabras, no somos simplemente el edificio pasivo donde habita Dios; somos también los participantes activos en el culto. Y no solamente participantes, sino una clase especial de participantes, los sacerdotes. Todos ustedes. Esta es la gran enseñanza sobre “el sacerdocio de todos los creyentes”.
Todos nosotros – laicos y pastores – somos los sacerdotes de esta nueva casa espiritual y ahora nuestro privilegio como sacerdotes es acercarnos a Dios con sacrificios espirituales. En el Antiguo Testamento, los sacerdotes llevaban los sacrificios al tabernáculo. Pero ahora la iglesia cristiana reemplaza al tabernáculo. Jesucristo y su sangre derramada reemplazan al altar expiatorio. Ustedes, aquellos que creen en Cristo, reemplazan a los sacerdotes.
6. Los Sacrificios Espirituales se Ofrecen a Dios a través de Cristo
Sexto. El objetivo de todo esto es que se ofrezcan sacrificios espirituales, que sean agradables a Dios, por medio de Jesucristo.
Asegúrense que Jesús obtenga lo que se merece correctamente. El propósito de Dios es que le ofrezcamos sacrificios espirituales (en un minuto vamos a hablar de lo que eso significa). Solo lo podemos hacer “a través de Jesucristo”. Jesús es la Piedra Viva. Todo depende de nuestro acercamiento a la Piedra Viva. Si no vamos a Jesucristo, la Piedra Viva, entonces no tenemos vida, no somos edificados como una casa espiritual, no nos convertimos en un sacerdocio santo y no ofreceremos sacrificios espirituales. Absolutamente todo depende de Jesús y de conectarnos con Jesús – acercarnos a Jesús. Por eso es que Pedro finaliza el versículo 5 con las palabras: "para ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios, por medio de Jesucristo”.
Jesús es Infinitamente Valioso
Esto debe hacernos amar a Jesucristo con todo nuestro corazón. Él es el único camino a Dios. Él es la única manera de estar vivos para siempre. Él es la única forma de que Dios more en nosotros. Él es el único camino para hacer algo que sea agradable a Dios. Esta es la razón por la que el versículo 7 dice que Él es valioso, preciado, para los que creemos. Sí, infinitamente valioso. No hay valor más grande en el universo que Jesús. Para nosotros, Él significa más que cualquier cosa o cualquier persona.
Piensen en toda la gente alrededor del mundo que sabe que hay un Dios. La naturaleza declara su gloria y sus propias conciencias les dicen que debe de ser así. Pero, no saben cómo hacer algo que sea enteramente agradable a este Dios – porque ellos no conocen a Jesús. Ellos prueban rituales, disciplinas, sacrificios, votos, reliquias y virtudes – pero todo es en vano. Porque Dios dice (al final del versículo 5) lo sacrificios que son agradables para Él son “a través de Jesucristo”. No mediante el esfuerzo, él mérito o el logro humano. Sino “a través de Jesucristo”.
Por eso es que Pablo dijo en Romanos 15:18: “No me atreveré a hablar de nada, sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí”.
Para nuestros corazones, el valor inapreciable de Cristo es este: por medio de Él conocemos a Dios, nos acercamos a Dios, experimentamos la presencia de Dios y ofrecemos sacrificios agradables a Dios. Sin Él todo es lejanía, oscuridad e ira. Cristo es valioso, muy valioso.
¿Qué son Estos Sacrificios Espirituales?
Ahora volvamos sobre algunas de estas seis fases y examinémoslas otra vez.
¿Qué son estos sacrificios espirituales que ofrecemos a Dios a través de Jesucristo? (v.5b). Si ese es el objetivo de todo lo demás, debe ser muy importante, ¿Qué es?
Cuerpos
En Romanos 12:1, Pablo dice que debemos presentar nuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, agradable a Dios, lo cual es nuestro culto espiritual. Eso significa, creo yo, que todo lo que hacen con sus cuerpos tiene que ser hecho como un culto a Dios. Si comen, beben, martillan clavos, manejan un auto, preparan una comida, programan una computadora, leen un libro, lanzan una pelota de básquet o remiendan una camisa – todo lo que hagan con sus cuerpos, háganlo para gloria de Dios (1 Corintios 10:31). Entonces, eso va a ser el culto espiritual de ustedes.
Alabanza y Gratitud
O, podría incluir cantar o decir palabras de alabanza como en Hebreos 13:15: “Ofrezcamos continuamente un sacrificio de alabanza a Dios, es decir, el fruto de los labios que expresan gratitud a su nombre”. Por lo tanto, los sacrificios espirituales son las alabanzas y la gratitud del pueblo de Dios, ya sea individualmente o en el grupo de culto.
Actos de Amor
O, podría incluir actos de amor, como dar o compartir. Por ejemplo, en Filipenses 4:18, Pablo recibe obsequios de respaldo de la iglesia filipense y dice: “He recibido de Epafrodito todo lo que habéis enviado: como fragante aroma, sacrificio agradable, grato a Dios”. Y en Hebreos 13:16 dice: “No os olvidéis de hacer el bien y de la ayuda mutua, porque con tales sacrificios se agrada a Dios”.
Qué Hacemos Desde, a Través y Para Cristo
Entonces, ¿qué son los sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo? Son las acciones que realizan, las palabras que dicen, las canciones que cantan – cuando lo hacen espiritualmente. Es decir, cuando lo hacen confiando en el poder del Espíritu, de acuerdo con la voluntad del Espíritu y por una manifestación del Espíritu – que es una manifestación de Cristo.
Qué Debemos Preguntarnos Sobre Nuestro Culto
Esta es claramente una expresión para nosotros sobre nuestro culto aquí en Bethlehem. ¿Es espiritual? ¿Son espirituales los sacrificios que ofrecemos? ¿Somos líderes en el culto espiritual? ¿Cantamos en el poder del Espíritu, de acuerdo a la voluntad del Espíritu y como una manifestación del Espíritu de Cristo? ¿Predico confiando en el poder del Espíritu, de acuerdo a la voluntad del Espíritu y como una manifestación del Espíritu de Cristo?
¿Es espiritual nuestro culto? Si no lo es, no es agradable a Dios. Si lo es, Él lo va a aceptar, no porque este sea perfecto – nunca lo va a ser en esta época – mucho menos si es refinado o bien elaborado, sino porque se origina “a través de Jesucristo”. Los sacrificios espirituales son sacrificios que provienen de Cristo, a través de Cristo y para Cristo. Reciben el poder del Espíritu de Cristo, se fundamentan en la Palabra de Cristo y su objetivo es la gloria de Cristo. Y solo fluyen de un corazón entregado a su poder, a su Palabra y a su gloria. Esa es la única clase de culto que Dios acepta.
Solo un Sacerdocio Santo puede Ofrecer Sacrificios Espirituales
Al volver a examinar las seis fases, la segunda de ellas es que estos sacrificios espirituales son ofrecidos por un sacerdocio santo. No es el personal pastoral, no son los clérigos, no es el coro, son ustedes, el pueblo. Fíjense en el versículo 9: “Vosotros sois linaje escogido, sacerdocio real”. Esto significa que todos ustedes tienen acceso a Dios por medio de Jesucristo. No llevan sus sacrificios al sacerdote y miran mientras él lo lleva al altar o al tabernáculo de reunión con Dios. Dios los convoca a todos a acercarse al altar y al trono y a hacer sus sacrificios personales, tanto en su vida personal como en el culto colectivo.
Y por consiguiente, tienen que ser santos (1:15). Deben estar reservados para Dios. Purificados por la sangre de Cristo mediante la fe y dedicados a oponerse al pecado en sus vidas, incansablemente e implacablemente. Si una de sus manos es causa de pecado, córtensela. Si sus ojos son causa de pecado, arránquenselos. Son sacerdotes para Dios. Son parte de un equipo de culto, llamado “el sacerdocio santo”. Sin esta santidad forjada por Dios, no podemos ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo.
El Sacerdocio Santo también es una Casa Espiritual
Tercero. Este sacerdocio santo es también una “casa espiritual”. Todos ustedes son piedras vivas edificadas por Dios como una casa espiritual, es decir, un templo hecho para la presencia de un Dios santo. Escuchen como Pedro dice esto en Efesios 2:19-22
“Sois…de la familia de Dios…siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular, en quien todo el edificio, bien conformado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor, en quien también vosotros sois edificados juntamente, para morada de Dios en el Espíritu”
Lo principal aquí es que. como iglesia. somos designados por Cristo a ser una morada colectiva de Dios en el Espíritu. Es cierto que cada uno de nosotros es un templo del Espíritu Santo (1Corintios 6:19). Pero, hay más que debemos conocer y disfrutar de Dios que lo que cualquiera puede conocer en soledad. Estamos bien conformados, dice Pablo, para ser el templo y la morada de Dios por medio de su Espíritu. Hay una presencia, un poder y una manifestación del Espíritu de Dios, destinados a que se conozcan en esta reunión de culto y que no conocemos en ningún otro momento estando solos.
No somos solamente piedras vivas aisladas. El versículo 5 dice, somos edificados (por Cristo – “Yo edificaré mi iglesia”) como una casa espiritual. Las piedras están destinadas a concordar de tal manera en esta casa llamada Bethlehem, que se origina algo íntegro, algo más que una colección de individuos – un templo, una morada de Dios por medio de su Espíritu.
Oh, estoy tan entusiasmado por ver que eso suceda más que nunca.
¿De qué Manera Estamos siendo Edificados Como una Casa Espiritual?
Para este fin, voy a retomar la estrategia en la que se centra Pedro para que esto suceda. En el versículo 4, él dice: “ Y viniendo a Él [Cristo] como a una piedra viva, desechada por los hombres, pero escogida y preciosa a los ojos de Dios, también vosotros, como piedras vivas, estáis siendo edificados” ¿De qué manera estamos siendo edificados como una casa espiritual? Acercándonos a Cristo.
Tengan cuidado acá. No se refiere a la conversión – ese ir a Cristo inicial, aunque es asombrosamente importante, y ruego que esta mañana algunos lo puedan hacer por primera vez. Se refiere al acercamiento a Cristo diario, hora a hora, como a una Persona viva y poderosa.
Noten que el versículo 4 surge del versículo 3 y se vuelve a referir a este con las palabras “a él”. Versículo 4: “Viniendo a ÉL” - ¿a quién? A aquél cuya benignidad habéis probado – cuán bueno es. Esto nos ayuda a poder entender bien lo que significa “venir a Cristo”. El versículo 3 es un incentivo en dos direcciones. Motiva al versículo 2 y al 4.
Si han probado la benignidad del Señor – entonces (v.2) deseen la Palabra de Cristo como los bebés desean la leche. Si han probado la benignidad del Señor – entonces (v.4) acérquense a Cristo.
Acercase a Cristo es lo que hacen cuando desean su Palabra, de la misma manera que un bebé desea la leche y al anhelarla llegan a ella, se alimentan de ella y encuentran a Cristo en ella. “Se sacian de la abundancia de Tu casa y Tu les das de beber del río de Tus delicias” (Salmos 36:8).
Si vamos a ser un templo espiritual para la presencia de Dios, si vamos a ser un sacerdocio santo y si vamos a ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios, entonces debemos acercarnos a Cristo día a día, hora a hora. Debemos probar su benignidad alimentándonos de su Palabra – sus promesas, sus mandamientos, sus enseñanzas, sus advertencias – hasta que estemos tan llenos de Él para que su Palabra more entre nosotros abundantemente, cuando nos enseñemos y reprendamos unos a otros, con agradecimiento a Dios en nuestros corazones.
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