El Hijo Fiel

De Libros y Sermones Bíblicos

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Última versión de 15:30 12 nov 2012

“Pero Cristo [es fiel] como Hijo sobre Su casa” (Heb. 3:6a).

- Hebreos 3:5-6

Durante los últimos días, hemos visto al autor de Hebreos comparar al Hijo de Dios con Moisés. Hoy, el autor concluye su comparación y recuerda a su público que ellos son la casa de Dios.

Ya hemos visto que Jesús es superior a Moisés porque Jesús es Dios mismo (3:3-4). Pero para que no haya alguna duda acerca de este punto, el autor da más evidencia que demuestra que Jesús es mayor que Moisés. Para hacer esto, el autor hace una distinción adicional entre los papeles de estos dos profetas.

John Owen explica que 3:4-6 nos da los papeles de Jesús y Moisés antes y después de que se construye la casa de Dios. Los versículos 3-4 nos dicen cómo Moisés y Cristo fueron fieles en la construcción de la casa, los versículos 5-6 nos dicen cómo fueron fieles una vez que la casa fue construida. Una vez que la casa fue construida, Moisés siguió siendo un siervo, sirviendo en la casa de Dios. Este no es un papel pequeño por sí mismo, y es un gran honor ser llamado siervo de Dios. Sin embargo, un siervo sigue siendo sólo eso: un siervo que sirve a una autoridad mayor sin tener ninguna autoridad propia.

Pero Jesús es fiel sobre la casa de Dios como Hijo. A diferencia de Moisés, Jesús es el dueño de la casa. Es responsable para que siga funcionando. Es el responsable de ordenarla. Esto refleja Su papel mesiánico. El Mesías no sólo debe construir el templo de Dios, sino también debe gobernar sobre él (Zac. 6:12).

Algunos podrían objetar que la distinción que se hace entre Moisés como siervo y Cristo como Hijo es falsa ya que Jesús también es siervo de Dios (Isaías 53). Pero esta objeción es insostenible. En primer lugar, no hay ninguna razón por la cual el Hijo no puede a la vez ser un siervo y tener Su autoridad como un Hijo. La autoridad de Jesús es incuestionable (Mateo 28:18), pero este mismo Jesús también hizo cosas para remarcar su papel como siervo (Juan 13:1-20). En segundo lugar, para tener en sí un siervo verdaderamente fiel en la casa de Dios requiere que el Hijo también deba ser el Siervo. Es cierto que Moisés fue fiel en un sentido general, pero él pecó y no pudo entrar a la tierra prometida (Números 20:1-13). Solamente Jesús, porque Él es el Hijo divino sin pecado, pudo ser el Siervo quien es fiel en todas las cosas.

Por último, el autor recuerda a su público que son la casa de Dios. No es necesario volver al antiguo pacto para formar parte de la familia de Dios. Más bien, ellos ahora son la casa de Dios si se aferran su confianza a su Hijo.

Coram Deo

Un tema recurrente en las Escrituras es el “ya” y el “todavía no”. Cristo ya ha puesto los cimientos de la casa de Dios a través de Su muerte y resurrección. Pero Él todavía no ha terminado de construir la casa de Dios, porque todos los elegidos todavía no han llegado a Él. Ore para que usted sea una herramienta dispuesta en la construcción de la casa de Cristo.

Pasajes para Estudio Adicional

Dan. 2:31-35
Zac. 9:9-10
Phil. 2:5-11
1 Pedro 2:4-5