La Luz del Mundo
De Libros y Sermones BÃblicos
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Última versión de 13:55 14 ene 2013
Por Ligonier Ministries Staff
sobre Jesucristo
Una parte de la serie Tabletalk
Traducción por Javier Matus
“Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12).
- Juan 8:12-30
Muchas opiniones acerca de la persona de Cristo circularon durante su ministerio público. Algunos pensaron que Él era el gran profeta escatológico (fin de los tiempos) (Juan 7:40), mientras que otros pensaron que Él ciertamente era el Mesías (7:41). Estas opiniones casi causaron que Jesús fuera arrestado por el caos que causó (7:41-43). Pero, “nadie Le echó mano”, porque “aún no había llegado Su hora” (7:30, 44). El segundo “YO SOY” de Jesús sigue a estos eventos. Cara a cara con una adúltera y los fariseos, Él declara: “Yo soy la luz del mundo” (8:12).
La luz y la oscuridad son temas importantes que se encuentran en toda la Escritura. La luz se utiliza a menudo para describir a Dios y Su gloria. En sus epístolas, Juan nos dice que “…Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en Él” (1 Juan 1:5). Jesús, llamándose a Sí Mismo la luz del mundo, una vez más hace referencia a su deidad. Para que no haya ninguna duda sobre Su declaración, hay otros dos lugares en los evangelios en donde está claro que Jesús comparte exactamente la misma luz que Dios el Padre. El primero de ellos se encuentra en la Transfiguración (Mateo 17:1-13) donde Jesús irradia la gloria refulgente de Dios desde adentro. El que Jesús comparta la misma luz con Su Padre también se hace evidente en Juan 1. Se nos dice que el Verbo es Dios (1:1) y que esta Palabra quien se encarnó en Cristo Jesús es la Luz que brilla en la oscuridad (1:4).
La referencia de Jesús a la oscuridad en 8:12 es notable porque la Biblia a menudo utiliza la oscuridad como una metáfora de la ceguera espiritual (Sal. 107:10; Juan 3:19). Tal ceguera no puede someter la gloria de Dios en Cristo Jesús, porque la oscuridad nunca vencerá a la luz (Juan 1:5).
A pesar de que la oscuridad del pecado finalmente no oscurecerá la gloria de Cristo, algunos hombres simplemente no verán quién es Cristo. En Juan 8:13-20, los fariseos rechazaron el testimonio de Cristo acerca de Sí Mismo, porque dijeron que le faltaba el segundo testigo requerido por la ley con el fin de verificar su verdad. Jesús les respondió diciendo que incluso si su testimonio estaba solo, sería suficiente, porque Él sabe de dónde vino y a dónde irá. Jesús vino a cumplir la ley, y les dijo a los fariseos que en realidad hay dos testigos, el Padre y el Hijo. Los fariseos, sin embargo, se perdieron de esto porque sólo se preocuparon con los detalles de la ley y no la Persona a quien los detalles de la ley señalaron.
Coram Deo
Cuando leemos las Escrituras, puede ser fácil llegar a estar tan obsesionado con los detalles y las complejidades de sus requerimientos que nos olvidamos que toda la Biblia apunta a Cristo. Mientras lee y estudia la Biblia, pídale al Espíritu Santo que le ayude a ver cómo todos los detalles nos dirigen a Jesús.
Pasajes para Estudio Adicional
Isa. 60:1-3
Ez. 43:1-3
Juan 1:1-4
1 Juan 1:5-7
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