No Endurezcáis Vuestros Corazones
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Última versión de 12:12 30 abr 2013
Por Ligonier Ministries Staff
sobre Espíritu Santo
Una parte de la serie Tabletalk
Traducción por Javier Matus
“Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: ‘Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones como en la provocación…” (Heb. 3:7-8).
- Hebreos 3:7-10a
Ante una gran persecución, el público de la epístola a los Hebreos fue tentado a abandonar a Cristo y volver al antiguo pacto. El autor de Hebreos escribió a esos cristianos para amonestarles a perseverar en la fe en Cristo Jesús. Hasta ahora le hemos visto hacer esto al hablar de la superioridad de Cristo a los ángeles y al aludir brevemente al papel de Cristo como el Gran Sumo Sacerdote. Siempre consciente de su público judío-cristiano, nuestro autor ha pasado los últimos seis versículos del capítulo 3 demostrando la superioridad de Cristo a Moisés para demostrar la superioridad del nuevo pacto al antiguo. Una vez establecido todo esto, el autor de Hebreos comienza a emitir una severa advertencia contra el abandonar a Cristo.
En el versículo 7, el autor comienza citando el Salmo 95. Él escribe que es el Espíritu Santo quien habla en este Salmo. Vemos dos cosas importantes en este versículo. Primero, demuestra el alto concepto de la Escritura que nuestro autor tiene. Aunque David escribió este Salmo, es el Espíritu Santo hablando a través de David. Las palabras del Antiguo Testamento son las mismas palabras de Dios. En segundo lugar, el autor entiende claramente que el Espíritu Santo está hablando a su público actual. Esto se demuestra por su uso de la palabra “dice” en el tiempo presente. Lejos de ser una deidad muda, Dios todavía habla directamente a Su pueblo a través de las palabras de la Sagrada Escritura.
El salmo que se cita se refiere a la prueba de los israelitas en el desierto. El “día de tentación en el desierto” probablemente se refiere a Números 14. La generación que había salido de Egipto bajo Moisés estaba quejándose y deseando volver a la esclavitud a pesar de que Dios en su gracia los había redimido. Dios había tenido suficiente de su murmuración y decidió impedir que la primera generación heredara la Tierra Prometida. Sólo Josué y Caleb entrarían a Canaán (Números 14:30).
El autor de Hebreos está diciendo a su audiencia que no endurezcan sus corazones en rebelión (“la provocación”) como esa primera generación sacada de Egipto. El Éxodo fue un gran hecho en la historia redentora, pero la gente se quejó y Dios no les permitió entrar a Canaán. La liberación del pecado bajo Cristo es un éxodo aún mayor. Los que abandonan a Dios y a Su apóstol Cristo también perderán su herencia prometida.
Coram Deo
Muchos cristianos creen que el Antiguo Testamento es irrelevante a sus vidas. Sin embargo, el Nuevo Testamento enseña que los eventos del Antiguo Testamento son ejemplos para nosotros para que podamos evitar el mal (1 Cor. 10:6). Hebreos 3:7-19 es un ejemplo directo de esto. Estudie del Antiguo Testamento con la misma diligencia con la que estudia el Nuevo para que usted pueda evitar el mal.
Pasajes para Estudio Adicional
Num. 11
1 Reyes 19:1-18
Juan 12:1-8
1 Tes. 5:16-18
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