¿Cómo nos motiva la gratitud?
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper
sobre Gratitud
Una parte de la serie Taste & See
Traducción por Mario Muniz
En mi mensaje del 29 de mayo sobre Gálatas 5:1-5 argumenté en contra de la “ética de la gratitud” que dice: “Dios ha trabajado para mí, ahora yo regresaré el favor trabajando para Él” o “Dios me ha dado más de lo que podría pagar, pero consagraré mi vida a intentarlo.” Sin embargo, después del culto Steve Ray cuestionó si no existiría otra manera en que la gratitud pueda motivar la obediencia sin implicar una mentalidad de deudor. El feriado de Memorial Day pasé alrededor de seis horas pensando en la respuesta a esta pregunta y aquí es donde me encuentro ahora.
Definición: La gratitud es una especie de gozo que surge en nuestros corazones como respuesta a la buena voluntad de alguien que nos hace (o trata de hacernos) un favor. No respondemos con gratitud cuando una persona nos hace un favor por accidente. Tampoco respondemos con gratitud cuando nos hacen un favor con segundas intenciones. Por otro lado, respondemos con gratitud cuando una persona trata de hacernos un favor pero las circunstancias fuera de su control se lo impiden, digamos alguien que sacrifica su vida para traernos una medicina a la selva pero que ffinalmente no nos sana. Pese a ello sentimos gratitud hacia esa persona. Por lo tanto, la gratitud no es una mera respuesta de gozo por un bien recibido. Tiene una relación especial con la buena voluntad de la otra persona. Llamamos ingrata a la persona cuyo gozo se centra únicamente en el bien recibido sin ningún sentimiento de gozo por la buena voluntad del dador. Es pues la gratitud una especie de gozo que surge como respuesta a la buena voluntad de alguien que nos hace (o trata de hacernos) un favor.
Este gozo, como todos los gozos, tiene en sí el impulso de expresar o exibir el valor de lo que lo causa. Este es un concepto crucial para el entendimiento de como la gratitud motiva la conducta. Por naturaleza el gozo demuestra o expresa el valor de su causa. Cuando algo nos da gozo sentimos el impulso de demostrar su valor por medio de nuestras palabras y acciones.
La intensidad de este gozo y su impulso expresivo está determinado por tres factores: 1) la importancia que tiene para nosotros el regalo ofrecido (Estamos más agradecidos por un abrigo de invierno que por un cono de helado); 2) el sacrificio que le costó a alguien el dar el regalo (Estamos más agradecidos si la persona arrriesga su vida que si el regalo no le causó ningún inconveniente); 3) cuan inmerecidos nos consideremos para recibir el regalo (Estamos más agradecidos por un regalo gratuito que por el salario que nos hemos ganado).
La pregunta de cómo la gratitud puede motivar nuestra buena conducta equivale a la siguiente pregunta: ¿Cómo podemos demostrar o expresar el valor de la buena voluntad de Dios hacia nosotros? La gratitud es el gozo que surge como respuesta a la buena voluntad de Dios hacia nosotros expresada en todos sus dones. De este gozo sale un impulso de expresar el valor de esa buena voluntad. ¿Cómo logramos esto?
Respuesta: Nuestra gratitud debe mostrar el valor de la buena voluntad de Dios en una manera que honre la naturaleza y el objetivo de esa voluntad sin contradecirla. (Por ejemplo: Yo no debo tratar de mostrar mi agradecimiento hacia alguien que ha pagado mi tratamiento de alcohol organizando una fiesta con cervezas.)
Consideremos por ejemplo la buena voluntad de Dios expresada en enviar su Hijo a morir. Ese acto de amor es de una naturaleza incondicional, es inmerecido, es un regalo de pura gracia. El objetivo de este acto fue el de desatar un poder de perdón y renovación que transformaría las personas en reflectores de la gloria de Dios. Por lo tanto, la manera en que la gratitud por este acto de amor debe ser demostrada es diciendo y haciendo lo que honra su naturaleza gratuita y su objetivo de glorificar a Dios.
Consecuentemente cualquier intento de pagar a Dios por enviar a su Hijo está descartado pues sería una contradición a la naturaleza libre y gratuita de este acto. Cualquier intento de convertirnos en benefactores de Dios tiene que ser descartado como algo que deshonra la naturaleza y el objetivo de este acto divino. Ese fue mi punto el pasado domingo. Pero hay varias maneras apropiadas en que el impulso del gozo de nuestra gratitud se puede expresar: 1) la admisión de que no merecemos a Cristo honrará la naturaleza libre y gratuita de su ofrecimiento. 2) Palabras de amor, de alabanaza y de acción de gracias brotarán como frutos en la rama de la gratitud. 3) Confianza en el poder de perdón y renovación desatado en la cruz honrará su objetivo. 4) Actos de amor llenos de autonegación también mostrarán cuan libres somos hechos por la autosuficiencia del don de amor provisto en la cruz.
Esta es la manera como veo la gratitud motivando la obediencia a Cristo. Ella no nos motiva a que le devolvamos a Dios el favor recibido o a que suplamos sus necesidades. Como una expresion de gozo que es tiene en sí el impulso de mostrar el valor de la buena voluntad de Dios. Las cosas que muestran el valor de la buena voluntad de Dios en su verdadera naturaleza y objetivo son las palabras de alabanza, un corazón que confia, y una vida llena de amor.
Agradecido por ustedes,
Pastor John
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