Belén: Casa de Pan
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper
sobre La Biblia
Una parte de la serie Taste & See
Traducción por Javier Matus
Más de tres cuartas partes de nuestra Biblia cristiana está escrita en este idioma hebreo. El resto (el Nuevo Testamento) está escrito en griego. ¡Oh, lo agradecidos que deberíamos estar con los hombres y mujeres que se han dedicado a dominar estos idiomas para que las traducciones fiables y comentarios útiles puedan ser escritos para aquellos que hoy no pueden leer la Biblia en su original hebreo y griego! ¡Nunca debemos menospreciar la escolaridad y la erudición! ¡Si no fuera por los eruditos, no habría Biblia en español!
Tampoco debemos pensar que la tarea académica ha terminado, por dos razones:
1) Hay muchos lugares en la Biblia que son imposibles de entender precisamente porque el vocabulario o la gramática original siguen siendo desconocidos para los eruditos. A menudo, en la parte inferior de la página, verá una nota que dice “hebreo oscuro” o “hebreo incierto” (por ejemplo, en el libro de Job). Esto significa que los eruditos no tienen suficiente evidencia para decidir qué significa una palabra o frase en hebreo. Pero tal vez encontraremos esa evidencia. Y por eso deben seguir existiendo eruditos serios de la Biblia que se dediquen a este tipo de cosas.
2) La otra razón por la que la tarea erudita no ha terminado es porque nuestro idioma español sigue cambiando y se necesitan traducciones nuevas de vez en cuando. En tales momentos, dependemos de los que conocen griego y hebreo para orientar dichos proyectos de traducción (como la reciente Nueva Versión Internacional). Por estas y otras razones, la tarea de la erudición bíblica nunca termina. Así que si usted tiene un hijo o conoce a jóvenes que se inclinan a seguir una vocación erudita, no los desanime. Son servidores esenciales en el cuerpo de Cristo. ¡Que Dios no permita que alguna vez estemos entre aquellos que desacrediten la obra erudita como irrelevante! ¿Hay que golpear la mano que nos alimenta?
¡No en Belén, la “casa de pan”! En hebreo, Belén [Beth-lehem] son dos palabras y significan “casa” (Beth como en Bet-el, “casa de Dios”) y “pan” (lehem). El idioma hebreo se lee de derecha a izquierda, y entonces Belén [Beth-lehem] se escribe así:
:casa de pan
Los puntos pequeños son las vocales. Las letras grandes son las consonantes. Así que somos una “casa del pan”. ¡Oh, que la gente siempre se alimente de Cristo, el pan viviente, cuando vengan a Belén! ¡Que todos seamos nutridos, no sólo de pan natural, sino “de toda palabra que sale de la boca de Dios”! Pero sí, de pan natural también, como en la iglesia primitiva: “Y perseveraban en la doctrina y la comunión de los apóstoles, en el partimiento del pan y en las oraciones.”
¿Podemos ser un pueblo con el corazón lo suficientemente grande como para aceptar con gratitud tanto a la obra erudita como la simple alegría de partir el pan juntos? ¡Qué gran ejemplo seríamos!
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