Orad por Nosotros

De Libros y Sermones Bíblicos

“Orad por nosotros, pues confiamos en que tenemos una buena conciencia, deseando conducirnos honradamente en todo”. Y aún más, os exhorto a hacer esto, a fin de que yo os sea restituido muy pronto” (Hebreos 13:18-19).

Esta semana vamos a concluir nuestro estudio del libro de Hebreos al reanudar donde nos quedamos en el capítulo 13. Hemos llegado hasta el final del libro. De esta manera, en el pasaje de hoy, el autor comienza a ofrecer sus comentarios concluyentes a su auditorio.

En el versículo 18, el autor le solicita a su auditorio que recuerden de orar por él. Esta petición era de suma importancia, considerando la situación del auditorio original. Ustedes recordaran que el auditorio original estaba luchando en su vida cristiana debido a la persecución. De hecho, las múltiples advertencias en el libro (2:1–4; 3:7–4:13; 5:11–6:12; 10:26–31; 12:25–29) puedan hacernos pensar que la mayoría del auditorio ya había renunciado a su fe cuando el autor escribió.

El versículo 18 nos demuestra que esto no puede ser el caso. Porque solo las oraciones de los cristianos pueden beneficiar cualquier cosa, y no tendría sentido que el autor pidiera oraciones si sabía que nadie en su auditorio estaba salvado. El pide que todos oren porque no sabe con certeza exactamente quienes en su auditorio tienen verdadera fe. De igual manera, las advertencias también hechas en términos generales, no comprueban que se puede perder la salvación, así que este pedido para la oración también es hecha en términos generales, no comprueba que todos estaban salvados. Sin duda algunos en el auditorio habían ingresado a la iglesia sin fe verdadera. Son éstos los únicos que finalmente se dieron de baja porque su fe no era autentica. Los otros con fe verdadera perseveraron, y el pedido para las oraciones demuestra que el autor esperaba que los verdaderos creyentes aun permanecían en su auditorio.

En el versículo 19, el autor solicita oraciones de su auditorio con urgencia precisamente porque él quiere ser restituido a ellos más temprano que tarde. Interesantemente, parece dar a entender que si acudimos al Señor en oración, El puede actuar antes que después. Parece que si peticionamos por algo ahora, Dios quizás actúe ahora en vez de hacernos esperar.

Esto no quiere decir que Dios nunca sabía cuando El nos iba a conceder nuestra petición o que nuestras oraciones eran imprevistas. Más bien, refleja el hecho de que no conocemos la voluntad de Dios, y de tal manera cuando oramos y las cosas suceden desde nuestro punto de vista, Dios a veces ha actuado más rápidamente en comparación con lo que nosotros habíamos pensado que El lo haría. Sin embargo, Dios siempre sabe cuando El actuará y cuando nosotros vamos a orar.

Coram Deo

Todo lo que sucede ha sido decretado por Dios antes de la fundación del mundo. Pero, nosotros no sabemos los decretos de Dios, y Sus conocimientos son insondables. (Romanos 11:33). Por consiguiente, tenemos que vivir de acuerdo con su voluntad revelada en las Escrituras, y de esa manera cuando oramos, podemos tener confianza que Dios llevará a cabo Sus propósitos.

Pasajes para Estudio Adicional

Génesis 18:22–33
2 Reyes 20:1–11
Mateo 21:22
Santiago 4:2