Nueve consejos prácticos para los esforzados
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Jon Bloom sobre Trabajo y Vocación
Traducción por Norma Rodríguez
- “Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” (Filipenses 3:14)
Hoy va a ser un desafio.
Usted no hará planes perfectos. Ni los trabajara perfectamente. Encontrará un pantano de ambigüedad que tendrá que atravesar cuidadosamente. Habrá desvíos y retrasos, fallas en sus destrezas. Perderá el tiempo haciendo cosas sin llegar a nada. Habrá llamadas inesperadas y correos electrónicos no deseados. Las redes sociales se mantendrán empujándote para que le atiendas. El pecado que mora en ti y en otros te tirará bolas curvas. Serán algunos tiros fallidos y errores. Tu creatividad no fluirá como y cuando tú quieras. Y cuando en realidad te pongas a trabajar en el proyecto que has programado, para el tiempo que lo has programado no sentirás que quieres hacerlo.
Entonces, ¿Qué harás cuando te enfrentes a esos desafíos? Esforzarte.
Proponte ser esforzado. Una persona esforzada se mantiene en movimiento, persevera, presiona. Conoce la decepción de los ideales no realizados, siente el miedo al fracaso y a las deficiencias expuestas, la ambigüedad de demasiadas demandas, opciones y tareas. Pero no se paraliza por ello. Él o ella persisten en la fe de que Dios proveerá la fuerza necesaria (I Pedro 4:11), la sabiduría (Santiago1:5), y la dirección (Proverbios 3:6).
Así pues con eso en mente, aquí hay algunos consejos prácticos para avanzar perseverantemente:
1. Establece una rutina.
¿En que es que deseas avanzar? ¿Leyendo la Biblia? ¿Leyendo un libro? ¿Manteniendo tu presupuesto? ¿Componiendo música? ¿Practicando la hospitalidad? ¿Manteniendo el lavado al día? ¿Escribiendo un libro o en un blog? La clave del progreso es una pequeña porción cada día, no hacerlo compulsivamente. Elige una sola cosa para avanzar en ello, y establece una rutina razonablemente sostenible.
2. No confíes en resolverlo eufóricamente.
Resolver con euforia, es lo que sientes cuando tú estás decidido a hacer algo. Ya sabes, ¡“va a ser diferente esta vez”! Bueno, esa euforia va a desaparecer rápidamente al igual que todas las otras veces. Por tanto, emplea toda esa energía optimista para ponerte en movimiento, pero no confíes en metas irreales que sientas establecer. Déjala empujarte en la perseverancia, poco a poco.
3. No le creas a tu Igor interior
¿Recuerda a Igor de, el burro eternamente pesimista de Winnie de Pooh? Bien, tú tienes uno dentro de ti, que te dice: Esta vez no va ser diferente. No va a funcionar, Nunca funciona. ¿Por qué molestarse? Los que se esfuerzan aprenden a ignorar su Igor.
4. Un consejo para impulsarte a la acción
Una manera de ir más allá de tu Igor interior y realmente empujarte a la acción es escogiendo hacer algo que tú no quieres hacer. Es lo contrario a la intuición, pero lograr algo que tú has evitado, tiene notable poder para animarte a hacer otras cosas. Lo que te recuerda que no eres un esclavo de tus preferencias o estados de ánimo.
5. Cultivar la tenacidad
No pienses de la tenacidad tanto como la intensidad determinación. Tenacidad es la determinación incesante. La gente tenaz se cansa, desanima, se pregunta si vale la pena, y no se siente satisfecho de sus soluciones. Lo que los hace tenaz es que ellos no se rinden. Estar firmes e inamovibles en el trabajo al que Dios te ha llamado (I Corintios 15:58). Persistentemente mantente en movimiento.
6. Aprender algo
La Biblia es clara en que debemos seguir adelante (Filipenses 3:14) y hacerlo en la mayor parte de nuestro tiempo. Pero no nos da detalles acerca de cómo hacer esto. Dios pretende que nosotros “entendamos cuál es su voluntad “a través del aprendizaje. (Efesios 5:17). Esto generalmente significa prueba y error. Inténtalo. No tengas miedo de que una rutina o sistema que intentas vaya a fallar. Así es como tú aprendes. Aprende de tus errores, y los fracasos y éxitos de los demás por medio de la lectura. Matt Permant, viejo amigo y compañero de Deseando a Dios acaba de escribir un libro muy útil “What’s Best Next”, como aplicar el evangelio para conseguir hacer las cosas. No conozco a nadie quien haya pensado sobre estas cosas. Aprende de él.
7.- Menos que ideal es permanecer progresando.
Todos nosotros tenemos ideales en nuestras cabezas sobre lo que un logro puede parecer. Pero no dejes que la perfección sea enemiga de lo bueno. Recuerda, solamente memorizando cinco versículos este mes más que diez, o solamente leyendo 15 minutos hoy más que 30 minutos sigue siendo una ganancia, no una perdida. Es todavía avance. Haciendo un progreso de manera persistente y gradual buscas incrementar tu capacidad.
8. Hacer menos.
Tienes el tiempo limitado. Como un esforzado, tienes que ser selectivo sobre qué vas a hacer. Dios te ha llamado a unas pocas cosas (Efesios 2:10), y demanda como ellas pueden ser. Decir no a algunos entretenimientos o exigencias de cosas superfluas y hacer espacio para avanzar en las cosas importantes.
9. Simplemente comienza.
Bien, hemos hablado demasiado. Solo por en marcha algo. No seas paralizado por la incertidumbre. Deja que el progreso te enseñe.
Hoy va a ser un desafio. Tú puedes únicamente ser capaz de dar algunos pequeños pasos. Pero recuerdas, una gran porción de suelo se cubre a través del tiempo por la acumulación de pequeñas pisadas. Proponte ser un esforzado y prosigue a la meta al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:14)
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