Cómo ministran los santos al cuerpo
De Libros y Sermones BÃblicos
Revisión a fecha de 12:15 2 may 2022; Pcain (Discusión | contribuciones)
Por John Piper
sobre La Naturaleza de la Iglesia
Una parte de la serie The Church: Living Together When Christ is All in All
Traducción por Silvia Griselda Buongiorne
Efesios 4:7-16
Pero a cada uno de nosotros se nos ha concedido la gracia conforme a la medida del don de Cristo. “Por tanto, dice: cuando ascendió a lo alto, llevo cautiva una hueste de cautivos, y dio dones a los hombres. (Esta expresión: “Ascendió¨, ¿qué significa, sino que Él también había descendido a las profundidades de la tierra? El que descendió es también el mismo que ascendió mucho más arriba de todos los cielos, para poder llenarlo todo). Y El dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error; sino que hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo, de quien todo el cuerpo (estando bien ajustado y unido por la cohesión que las coyunturas proveen), conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del cuerpo para su propia edificación en amor”.
La semana pasada usamos este texto para responder a la pregunta: ¿Por qué los santos ministran al cuerpo de Cristo? Es decir, ¿con qué fin o con qué objetivo ejercemos nuestro ministerio en la iglesia? La respuesta tiene tres partes.
Vota esta traducción
Puntúa utilizando las estrellas