¿Por Qué los Grupos Pequeños?/Toma a este grupo y aduéñate de él!
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Greg Somerville
sobre Grupos Pequeños
Capítulo 5 del Libro ¿Por Qué los Grupos Pequeños?
Traducción por Antonio Canchola Castro
Comencemos con una historia de dos autos: un viejo Plymouth Voyager y un nuevo y reluciente Lincoln Continental. Tuve la oportunidad de manejar ambos el año pasado pero los traté bastante diferente.
La minivan Plymouth se veía como si hubiera sido propiedad y usada por una guardería de segunda clase. Había huellas de pie en el vinilo y huellas de nariz en las ventanas. Las migajas de galleta ensuciaban el piso. Nueces, rocas, envoltura de goma de mascar y otros objetos propios de un coleccionista llenaban los espacios para poner los vasos. En las grietas entre los asientos encontré una amplia variedad de restos arqueológicos. Y a juzgar por el olor, las ventanas se habían quedado abiertas durante una serie de fuertes tormentas eléctricas.
Era un vehículo bastante usado.
El Lincoln, por otro lado, parecía haber salido de la línea de montaje unos momentos antes de que yo me sentara al volante. Los tapetes no estaban pegajosos con refresco derramado. El espejo retrovisor no había sido despegado y colocado tres veces. La alfombra no estaba encharcada con algún fluido del motor no identificado. El odómetro no había llegado siquiera a mil, mucho menos cien mil. Y el olor, ¿sólo son los hombres quienes lo notan?, el olor de un interior de piel nuevo, sin manchas de plátanos podridos ni vómito y todas las otras fragancias de una camioneta familiar.
Era un auto hermoso…pero era rentado y lo traté de esa manera. Lo llené con gasolina barata. Arranqué rápido y frené bruscamente. No lo lavé ni lo aspiré ni cambié el aceite. Y para el tiempo en que lo regresé al lote de renta, los limpios tapetes estaban llenos de mugre y arena.
Mi Plymouth Voyager no tiene mayor atractivo pero es mía. (¡Y ya está pagada!) La lavo, le cambio el aceite, le reviso la presión de aire de las llantas, la aspiro cuando las migajas de las galletas suben de nivel. Esta mañana la dejé en un taller confiando en que su diestro personal en Paintmasters pueda enderezar una salpicadura que recién recibió un golpe. Mi vehículo se ve peor que nunca pero es mío. El auto rentado no lo era. Y eso explica porqué trato mejor a un vieja minivan que como lo hice con el nuevo Lincoln Continental.
El asunto es la propiedad. No solo la propiedad afecta la forma en que cuidamos de nuestros autos, casas y jardines sino que determina cuanto o cuan poco invertimos en nuestros grupos pequeños o grupos de casa.
¿Piensa usted en su grupo como su grupo?
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