Martín Lutero, Parte I
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Ligonier Ministries Staff
sobre Biografía Cristiana
Una parte de la serie Tabletalk
Traducción por Susana Jerónimo
“Porque por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de El; pues por medio de la ley viene el conocimiento del pecado”.
- Romanos 3:20
Sería imposible entender los últimos quinientos años de la historia de la iglesia, sobre todo la historia occidental, sin dedicarle el tiempo necesario a la consideración de los aportes de Martín Lutero. Este monje alemán fue la voz que se alzó con mayor fuerza reclamando la atención por la pérdida del Evangelio en la iglesia medieval y encendió la chispa del movimiento de renovación conocido como la Reforma Protestante. Además de lograr el retorno de la iglesia a las enseñanzas de la Biblia, el pensamiento de Martín Lutero ha influenciado la institución del matrimonio, el concepto de responsabilidad individual, las relaciones de la iglesia con el estado, como así también lo ha hecho en otras áreas.
Lutero nació en 1483 siendo su padre un minero alemán dueño de varias minas, quién pudo pagar la educación del joven Martín. Su padre deseaba que se convirtiera en abogado y así Lutero se inscribió en la escuela de leyes de la Universidad de Erfurt en 1505.
Sin embargo, la providencia de Dios tenía otros planes para Martín. En un viaje de retorno a su hogar en el mismo año que había ingresado a la escuela de leyes, Lutero se encontró en medio de una gran tormenta. Cuando un rayo hizo que fuera arrojado del caballo, Lutero le prometió a Santa Ana convertirse en monje si ella preservaba su vida.
Lutero mantuvo su promesa y se inscribió en un monasterio Agustino, para disgusto de su padre. El fervor de Martín en obedecer el orden monástico fue incomparable. Él pasaba horas confesando sus pecados a su confesor y más tarde buscaba a otros hermanos a quienes les confesaba hasta el más mínimo pecado. Su confesor finalmente le dijo que no debía confesarse a menos que el pecado fuera realmente grave.
La intensa culpa que sentía Lutero por sus pecados se originaba en su notable comprensión del carácter de Dios. Él comprendió que la justicia de Dios era absoluta, exigiendo castigo incluso para la más pequeña falta. El hecho que la iglesia de su tiempo ofrecía la posibilidad del perdón a aquellos que ponían su fe en Dios y también realizaban obras para merecer la gracia de Dios no le brindaba ningún consuelo.
El motivo era que Lutero sabía que él nunca podría realizar las suficientes obras para merecer el perdón de Dios. La Biblia le decía que ningún ser humano será justificado por su propia conformidad a las leyes de Dios (Romanos 3:20). La iglesia había perdido el entendimiento bíblico de la salvación y en nuestro próximo estudio nosotros discutiremos la respuesta de Lutero a este hecho.
Coram Deo
Apartados de Cristo, la ley de Dios nos aplasta. Esto demuestra nuestra incapacidad para cumplir las demandas de Dios. Esto nos muestra que nosotros nunca podemos hacer lo suficiente para recobrar la vida que Adán disfrutó antes de caer en pecado. El único que puede hacer esto es Cristo. Agradezcámosle a Él por lograr nuestra salvación, y continuemos confesando nuestra necesidad de Su obra.
Pasajes para seguir estudiando
Levítico 20:26
Deuteronomio 25:1–2
Gálatas. 3:1–9
Tito 3:4–7
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