Cuatro aspectos esenciales para terminar bien

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English: Four Essentials to Finishing Well

© Desiring God

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Por Jerry Bridges sobre Perseverancia de los Santos
Una parte de la serie 2007 National Conference

Traducción por Amaia Alejo

Las notas siguientes se tomaron durante el mensaje.

Cuatro aspectos esenciales para terminar bien

Pablo resistió hasta el final pero hasta lo que sabemos, Demas no lo hizo (2 Timoteo 4:7-10), incluso tras haber sido antes un colaborador (Filemón 1:24). Esta es una idea que nos da que pensar, ya que muchos de nosotros somos todavía jóvenes. Terminar bien no está garantizado para ninguno, más que por la gracia de Dios. Entonces, ¿cómo podemos, como Pablo, resistir con esta gracia?

1) Tiempo diario centrado en la comunión personal con Dios. Tiene que ser cada día, de lo contrario, nos desviaremos hacia la dirección incorrecta. Demas amaba este mundo. Nuestro tiempo con Dios debe crearnos un amor por Él que supere la tentación de amar este mundo. Tener un plan ayuda, pero el plan debe dirigirnos hacia Dios mismo.

2) Apropiación diaria del evangelio. El evangelio es para los pecadores. Antes de que tengamos tiempo de comunión con Dios, debemos acercarnos a Él con la actitud del recaudador de impuestos que oraba: “Ten piedad de mí, pecador.” Y confiar sólo en Dios para hacernos justos. Solo esto nos dará la seguridad para acercarnos a Dios y tener comunión con Él.

Si a diario no nos apropiamos del evangelio, basaremos nuestra espiritualidad en nuestra conducta, que al final, nos guiará hacia el orgullo o la desesperación. Pero al recordar diariamente que somos pecadores y que por la gracia de Dios hemos sido revestidos con la justicia de Cristo; obtendremos una motivación pura y auténtica para seguir a Jesús y renunciar al deseo de amar este mundo. Tenemos que trabajar duro, pero no para ganar la aprobación de Dios, sino porque ya la tenemos.

3) Consagración diaria a Dios como un sacrificio vivo. Romanos 12:1. El sacrificio del Antiguo Testamento al que Pablo alude se realizaba diariamente por los sacerdotes. Pablo trae este mismo sentido a los santos del nuevo pacto. Nuestros cuerpos son un préstamo de Dios y debemos reconsagrarnos cada día. Así como Pablo se lo pedía a Filemón (Filemón 1:8-10), aunque tenía derecho para ordenarle, también nos pide que nos entreguemos a Dios. La simple maravilla de la misericordia de Dios debería incitarnos a consagrarnos. Y podremos hacerlo si disfrutamos diariamente de su amor.

4) Una creencia firme de la soberanía y amor de Dios. Lamentaciones 3:37-38. La vida está llena de sufrimientos por medio de circunstancias naturales y del malvado deseo de otros. Pero Dios tiene la soberanía sobre todos estos males, y por fe, podemos dar gracias por ellos. Dios los utiliza para amoldarnos a la imagen de Cristo y nunca nos dejará o nos abandonará. El evangelio y las promesas de Dios nunca nos fallarán, ni se nos serán quitadas.


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