La oración de un viejo santo
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper
sobre Ministerio
Una parte de la serie The Old and Young Shall Dream Together
Traducción por José Manuel Puerto Cabeza
Contenido |
La enseñanza de la Biblia sobre la "Brecha generacional”
La brecha generacional no sólo tiene cosas malas; algunas de las diferencias entre jóvenes y mayores son buenas. Por ejemplo, en el caso de las bujías, la separación tiene que ser exacta para que salte la chispa que acciona el pistón y ponga el motor en funcionamiento. De hecho, la Biblia no trata de eliminar la brecha generacional, sino que nos enseña cómo entender ese hueco y cómo cruzarlo con respeto.
Santos antiguos, santos jóvenes y los que están en medio
En Belén existen santos viejos y santos jóvenes, y algunos de nosotros en la franja de los cuarenta y cincuenta tenemos un pie en cada barco. Lo que creo que el Señor quiere que haga en estas tres próximas semanas es aplicar la Palabra de Dios a estos grupos y buscar la sabiduría y el poder del Espíritu de Dios para unirnos por el gran trabajo que tenemos que hacer como personas de Dios en esta ciudad y en todo el mundo.
El mensaje de hoy se llama “Oración dedicada a los Santos antiguos”. La semana que viene se llamará “No me digas, ‘Soy el único joven’”, de Jeremías 1. Y dentro de dos semanas, al entrar en el horario de Otoño de tres misas, el título será “Los mayores y los jóvenes soñarán juntos”, sacado del texto de la Acta 2“: “Tus hijos y tus hijas profetizarán: tus hombres jóvenes tendrán visiones y tus hombres mayores soñarán sueños”. Y en cada una de las celebraciones de la tarde continuaremos con lo que empezamos por la mañana, con más exposiciones, historias y aplicaciones prácticas. Posteriormente, la tarde del 10 de Septiembre nos reuniremos en nuestro santuario al aire libre, y soñaremos juntos con lo que Dios quiere hacer a través de nosotros, a medida que crecemos juntos.
Desmintiendo los estereotipos
Cuánto más pienso en este asunto, más convencido me siento de que Cristo nos está llamando para desmentir algunos estereotipos sobre las generaciones. ¿Cuál es la llamada de Dios para un Santo más viejo? ¿Es la misma llamada que ofrecen las compañías de seguros, planes de pensiones y comunidades de jubilados? ¿Es el mensaje de Dios el mismo que el de ellos? ¿En qué etapa de la vida Dios busca a un sacerdocio visionario y responsable de entre nuestra juventud? ¿Es idea de Dios el hecho de que hemos llegado a que nos parezca normal e inevitable el estilo de la conciencia excesiva, la falta de respeto, el egoísmo y la indiferencia que a menudo acompaña a la adolescencia? Con el paso de los años, ¿Nos hemos conformado poco a poco en la Iglesia Americana con el denominador común más bajo para las personas mayores, y con lo que se espera de los jóvenes? ¿Nos hemos adentrado en las Escrituras para conocer cuál es la voluntad de Dios para las personas mayores? ¿Hemos buscado en las Escrituras para conocer lo que Dios pretender hacer de un adolescente o de las nuevas generaciones? O, ¿simplemente adquirimos los modelos de los medios de comunicación?
Tal vez podamos hacer un buen progreso juntos en las próximas semanas, adentrándonos en las Escrituras. Creo que lo que Dios puede hacer y quiere hacer con los mayores y los jóvenes en esta congregación les parecerá emocionante y alentador.
Los hechos sorprendentes de hacerse mayor
Ahora, vamos a imaginarnos esta mañana que pertenecemos al extremo superior del espectro de edad. El mundo se está haciendo mayor. La semana próxima conoceremos algunas cifras impresionantes de la inmensa cantidad de gente joven en el mundo. Pero hoy nos centraremos en los hechos asombrosos del envejecimiento.
Cuanto más desarrollado está un país, más tiempo viven sus habitantes. El país con la esperanza media de vida masculina más baja hoy en día es Afganistán, a los 37 años. La más alta está en Japón a los 75 años. En Guinea se sitúa en los 39 años; En Etiopía 40; Camerún 49; India 56; Polonia y China 67; y EE.UU. 72.
En EE.UU., 210 norteamericanos llegan a cumplir la edad de 100 años cada semana. 56.000 personas en EE.UU. con más de 65 años se casan cada año, y 10.000 se divorcian. Se espera que la población de personas mayores de 60 años se triplique en los próximos 40 años.
La bondad de la brecha generacional
Y esa brecha entre los ancianos y los jóvenes no es del todo mala. La Biblia no intenta eliminar esa diferencia. Por ejemplo, Pablo le escribió al joven Timoteo, “No reprendas al anciano, intenta exhortarlo como harías con un padre, trata a los hombres jóvenes como hermanos, a las mujeres ancianas como madres, y a las jóvenes como hermanas, todo en la pureza” (1 Timoteo 5:1–2).
Si Pablo hubiese querido destruir la brecha generacional, le hubiese dicho a Timoteo, “No establezcas diferencias en la manera que tratas al anciano y al joven. Trátalos a todos por igual”. Pero eso no fue lo que dijo. Dijo: Reconoce la diferencia entre un anciano y un joven; toma conciencia de la brecha, y trata al anciano de una manera, como a un padre; y al joven de otra, como a un hermano.
Si quisiéramos acabar con la brecha generacional, anularíamos algunas Escrituras muy importantes. Algunas de estas Escrituras solo pueden cumplirse mediante el reconocimiento de esta brecha entre generaciones y de las cosas buenas que representa.
Tres comentarios sobre las personas mayores
Me gustaría aclarar mi discurso con un texto de Levíticos 19, pero antes, permítanme que les introduzca un esquema del resto de mi mensaje. Quiero decirles tres cosas sobre las personas mayores, y para ello he elegido palabras que riman, con la esperanza de que las puedan recordar fácilmente y rezarlas en Belén.
- Las personas mayores han de ser VALORADAS
- Las personas mayores han de ser MOVILIZADAS
- Las personas mayores han de ser EVANGELIZADAS (esta parte no la comentaremos hasta esta noche)
=Las personas mayores han de ser VALORADAS
En esta parte es donde quería citar el Levítico 19, específicamente el verso 32: “Delante de las canas te pondrás de pie; honrarás al anciano, y a tu dios temerás; yo soy el Señor.”
Sólo por el hecho de ser mayor, las personas mayores reciben muestras de respeto y honor. Dios les ha otorgado el regalo de vivir muchos años; temeréis a Dios honrando a los hombres y mujeres que llevaron su imagen hasta la vejez.
Respetando a la gente mayor y temiendo a Dios
He aquí la razón por la cual es tan importante no destruir la brecha generacional. Este texto ordena a los jóvenes de entre nosotros que no den zancadas presuntuosamente y sin cuidado en la presencia de una persona mayor, como si no hubiera ninguna diferencia o como si fueran colegas que no muestran respeto ni honradez. “Delante de las canas te pondrás de pie; honrarás al anciano”
¿De qué manera? Actitudes respetuosas, formas respetuosas de dirigirse a ellos, respeto al sentarse y ponerse en pie. Todo esto no se refiere solo a costumbres y modales antiguos y arbitrarios. El texto dice: “honrarás al anciano, y a tu dios temerás”. Las costumbres de respeto hacia los ancianos tienen su fundamento en Dios y en el miedo a Dios. Y la pérdida de estos modales de respeto de las nuevas generaciones y adolescentes está estrechamente relacionada con su pequeña percepción de Dios y de la extranjería contemporánea de la idea del miedo hacia Dios. Si Dios se ha convertido en un amigo para ellos, difícilmente se puede esperar que la gente se levante del sitio cuando un anciano entre en la habitación.
Por tanto, debemos aprender a temer al Señor en la humildad y responsabilidad, y que después esa responsabilidad y esa humildad y ese miedo se muestren en respeto y honor por las personas que el Señor ha creado para llevar su imagen durante mucho tiempo en la tierra. Esto es lo que quiero decir cuando digo que las personas mayores han de ser VALORADAS. Cualquier cosa que muestre despreocupación o pérdida de fuerza significa pérdida de honor.
Una prueba de fe
La manera en la que tratamos a nuestros ancianos es un examen sobre la fe. Tiene que ver con la reverencia a Dios. Pablo dijo en el Timoteo (1, 5:4 8): “pero si alguna viuda tiene hijos o nietos, que aprendan éstos primero a mostrar piedad para con su propia familia y a recompensar a sus padres, porque esto es agradable delante de Dios... Pero si alguno no provee para los suyos, y especialmente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo.”
Dicho con otras palabras, valoraremos a la gente mayor de la forma que deberíamos cuando valoremos a Dios de la forma que debemos. Cuando estamos de pie frente a una persona mayor, la cuestión es: ¿Se sentirá Dios reverenciado por la manera en la que trato a esta persona? Ahora bien, esto también tiene implicaciones para la persona mayor. Esto significa que ella existe para Dios. Y esto nos lleva al segundo punto que vamos a tratar esta mañana.
2. La gente mayor ha de ser MOVILIZADAS
Pasemos ahora al Salmo 71. Mientras lo buscan, escuchen estos hechos: Tras el cambio de siglo, el hombre medio en América pasó 3% de su vida en la jubilación; en esta década este hombre pasará el 20% de su vida como jubilado. Casi 2/3 de todos los trabajadores se jubilan antes de los 65. Más de la mitad de la gente con más de 85 años afirma no tener ninguna enfermedad física.
La implicación bíblica de todo esto no se reduce meramente a que cada día hay más personas mayores para ser valoradas, sino que cada día hay más y más ancianos para ser movilizados.
Por tanto, esto implica dos cosas. Primero, que tenemos MOBILIZADORES, EQUIPADORES, líderes que esperan que la gente mayor sirva activamente a Cristo mientras que vivan, del modo que su salud les permita. Y segundo, implica que hay gente mayor que espera servir activamente a Cristo mientras que viva, del modo en que su salud les permita hacerlo.
Seguir a la Iglesia mientras vivamos
Quiero promover estas dos suposiciones. Y creo que la mejor manera para hacerlo es dirigir vuestra atención al verso 18 del Salmo 71. El anciano rezaba de la siguiente manera:
- “Y aun en la vejez y las canas, no me desampares, oh Dios, hasta que anuncia tu poder a esta generación, tu poderío a todos los que han de venir”.
Mi padre cumplió 70 años el sábado pasado. El viernes pasado estaba previsto que se sometiera a su segunda operación de cadera. La mañana del viernes llamé a su casa para comprobar cómo estaba. Mi madrastra contestó al teléfono y respondió que no iba a poder operarse debido a una infección grave de próstata. También dijo que la infección y la cadera le producían un dolor insoportable. Yo le pregunté: “¿Dónde está papá?” Ella dijo: “Oh, está abajo grabando mensajes del evangelio para una radio en Filipinas. Dice que le duele más cuando está tumbado y que es también capaz de trabajar”. Hace mucho tiempo, mi padre me dijo que nunca intentaría dejar de predicar, y que su oración moriría en el púlpito.
Creo que este es el espíritu del verso 18. Aquí tenemos a un anciano con pelo canoso rogando a Dios que lo respalde en su avanzada edad para que pueda continuar con su iglesia. Esto es lo que Dios quiere en Belén: Gente mayor que diga: “Bueno, si mi sociedad dice que mi profesión se termina a la edad de 65 pero mi Dios me dice que mi iglesia se terminará cuando yo muera, entonces entre los 65 y los 95 estaré disponible para Dios a jornada completa”
¿Cómo terminarás el verso?
Mirad de Nuevo el verso 18 conmigo: “Y aun en la vejez y las canas, no me desampares, oh Dios...” Ahora en esa frase quiero que completéis vuestra clerecía. Todos los cristianos tienen dones y son llamados para el ministerio. (Efesios 4:11, 1 Pedro 4:10; 1 Corintios 12:7), y no hay limitación de edad. Tu ministerio cambiará los diferentes capítulos de tu vida. En la cima de sus poderes físicos mi padre predicó más de 200 veces al año. Ahora los dolores le incapacitan viajar, por eso graba mensajes y escribe lecciones del estudio de la Biblia y se relaciona con los jóvenes cristianos de todo el mundo desde su estudio en Easley, Carolina del sur.
En Camerún, Noël y yo conocimos a una misionaria americana Wycliffe que se llamaba Olive Shell. Era una especialista en lingüística y tenía 76 años. Había estado allí 7 años, después de que estuviera en servicio en Perú durante 35 años. Entonces su plan era marcharse y apuntarse a un cursillo de repaso en Norma, Oklahoma, para posteriormente comenzar otra nueva tarea. Ellos querían darle a ella una placa o algo, pero alguien les recordó que ella solo puede viajar con el equipaje que pueda llevar en las dos manos; por eso decidieron no cargarla con mucho peso.
No toda la gente mayor son llamados para ser misionarios o evangelistas como Olive Shell o mi padre. Pero todos somos llamados al ministerio, y cuanto más tiempo libre tengamos, más nos exige el ministerio que hagamos. Por tanto, ¿Cómo terminarías el verso: “Y aun en la vejez y las canas, no me desampares, oh Dios...”?
- Hasta que cada viuda en la residencia cerca de mi casa tenga algún compañero con quién rezar;
- Hasta que por lo menos una persona mayor participe en el coro nocturno de los niños, la clase, y el club de los Viernes.
- Hasta que este viejo santuario en ruinas se pinte y las ventanas se reparen para que sigamos honrando a nuestro barrio durante los cinco o seis años que se mantenga de pie.
- Hasta que le haya escrito a todos los misionarios a los que apoyamos cada mes durante 5 años
- Hasta que vea a la iglesia bautista de Emmanuel en pie y fuerte como una iglesia hermana de Belén.
- Hasta que haya grupos de estudio bíblico afianzados en las torres gemelas de Eliot y compañeros de Belén para cada ciudadano que necesite uno.
- Hasta que acabemos con el aborto en nuestra ciudad
- Hasta que se pague completamente el santuario y se llene de oración y plegaria
- Hasta que haya un gran despertar en la tierra y una gran cosecha de almas venga en la gloria de Cristo
Si estáis dispuestos, Dios os enseñará cómo tenéis que terminar la frase en el verso 18 de manera que se adecue a vuestra fuerza y vuestros dones.
Tengo mucho más que decir, por tanto nos veremos aquí esta noche. Hay más historias que contar, hay mucho más que ver en este Salmo, y hay una tercera cuestión tremendamente importante. No solo hay que valorar y movilizar a las personas mayores, también tenemos que evangelizarlas.
Dos preguntas para terminar
Para concluir, os animo a que busquéis en vuestro corazón las siguientes preguntas:
- ¿Hay alguna persona mayor que no haya valorado de la manera que debería hacerlo? ¿He mantenido el respeto a las personas mayores?
- ¿He caído en una forma no cristiana de pensar en mi jubilación, abandonando el sueño de dios para mí en estos años tan importantes? ¿Qué ministerio y qué servicio espera Dios de mí este otoño?
Oh Dios, nuestra ayuda en épocas pasadas
Nuestra esperanza siempre llegará,
Sé tú nuestro guía mientras la vida dure,
Y nuestro hogar eterno.
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