Un Sacerdote Sin Mancha
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Ligonier Ministries Staff
sobre Los Pactos
Una parte de la serie Tabletalk
Traducción por Javier Matus
“Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos” (Heb. 7:26).
- Hebreos 7:26
El sacerdocio levítico era sólo una solución temporal al problema del pecado. Aunque Dios aceptó los sacrificios como una manera para cubrir el pecado, el sacerdocio del antiguo pacto no podía perfeccionar a nadie (Hebreos 7:1). Los sacrificios fueron instituidos durante un tiempo con el fin de demostrar a la gente su necesidad de un sacerdote perfecto, del orden de Melquisedec (Sal. 110).
Jesús, nuestro Sumo Sacerdote del orden de Melquisedec, es capaz de salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios, siempre viviendo para interceder por ellos (Heb. 7:25). Pero esta obra de intercesión no es la única cosa que hace capaz a Cristo para salvarnos. La naturaleza de Cristo como un sacerdote “santo, inocente y sin mancha” también le hace capaz de perfeccionarnos porque el antiguo pacto no pudo (v. 26).
El pasaje de hoy abre con la idea de que “convenía” a Cristo ser un cierto tipo de Sumo Sacerdote para nosotros. La palabra “convenía”, mientras que es una traducción aceptable en español, no transmite todo lo que el autor quiso decir en este versículo. La idea aquí es que Jesús, al ser santo, inocente y sin mancha, responde exactamente al predicamento en que se encuentra la humanidad. Dios requiere que seamos santos, pero nosotros, a causa de nuestro pecado, estamos lejos de ese estado. Cristo, sin embargo, es santo, y si estamos en Cristo, también somos contados como santos, inocentes y sin mancha.
John Owen hace muchas observaciones útiles acerca de este versículo. Él dice que ser santo significa que Cristo “no tiene ningún pecado actual en Él como nosotros lo tenemos, ni está enredado en el pecado.” Owen también dice que ser inocente significa que Cristo “no hace ningún mal” y que ser sin mancha significa que Cristo, en todos los sentidos, está “sin contaminar” y “sin impurezas”. A diferencia de nuestros pensamientos y acciones, que son en todos los sentidos contaminados por el mal, Cristo está completamente libre de la mancha del pecado.
Los beneficios salvíficos del pacto se dan sólo a los que son perfectamente justos y santos. Cristo tuvo que ser estas cosas para que el Padre, contando la justicia de Cristo como la nuestra, pudiera bendecirnos con la salvación. Entonces, el versículo 26 nos dice que Cristo está “apartado de los pecadores”. Esto no quiere decir que Jesús no era verdaderamente humano. Porque en nuestra humanidad, según el diseño original, Cristo es como nosotros. Pero a diferencia de nosotros, Su naturaleza humana nunca se corrompió. Él nunca pecó, y, por lo tanto, pudo cumplir con los requisitos de la salvación. Tenía que ser separado de nosotros en perfecta santidad para que pudiéramos recibir Su justicia perfecta.
Coram Deo
Si tuviéramos que cumplir con los requerimientos de Dios nosotros mismos, nunca lo lograríamos. Sólo porque podemos ser contados justos a través de la fe en Cristo tenemos alguna esperanza de evitar el castigo por nuestro pecado. ¿Está seguro que está contado como santo sólo por Cristo o cree que hay algo que usted pueda hacer para ganar su salvación?
Pasajes para Estudio Adicional
Gén. 6:5
Isa. 53:9
Juan 19:6
Rom. 1:17
1 Pedro 2:22
Vota esta traducción
Puntúa utilizando las estrellas