Nuestro Pariente Redentor

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English: Our Kinsman Redeemer

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Por Ligonier Ministries Staff sobre Expiación
Una parte de la serie Tabletalk

Traducción por Javier Matus


“Cuando tu hermano empobreciere, y vendiere algo de su posesión, entonces su pariente más próximo vendrá y rescatará lo que su hermano hubiere vendido” (Lev. 25:25).

- Levítico 25:23-28

La Expiación de Jesús tiene muchos significados complementarios. La Expiación satisfizo la justicia de Dios al permitir a Dios castigar el pecado en la persona de nuestro sustituto, Jesucristo. Jesús también logró una victoria cósmica sobre el poder de Satanás a través de Su muerte en la cruz.

Ayer miramos brevemente la idea de que la Expiación también fue un rescate para liberar a los cautivos. Notamos que este rescate fue pagado a Dios y no a Satanás. Hoy veremos dos pasajes del Antiguo Testamento que nos ayudarán a entender esta idea del rescate.

En Éxodo 21:1-6, tenemos una descripción de cómo los esclavos debían de ser tratados en el antiguo Israel. Normalmente, los israelitas no podían esclavizar a otros israelitas. Pero si uno incurrió en una deuda que no podía pagar, podía convertirse en un esclavo de su deudor y pagar la deuda trabajando para él. Esta esclavitud era una forma de servidumbre por contrato, temporal, y no debe ser equiparada con la esclavitud terrible que los israelitas sufrieron bajo Egipto.

En Éxodo 21:4, se nos dice que si un esclavo entra en esclavitud como un hombre soltero y su amo le da una esposa, esa mujer no puede quedar libre junto con él al liberarse el esclavo. Esto nos parecerá cruel hasta que consideramos que una parte importante de las leyes del matrimonio en el antiguo Israel requerían el pago de una dote al padre de la esposa. En este caso, el esclavo no puede llevarse a su esposa porque, a pesar de que ha pagado su deuda trabajando, no ha pagado el precio de la novia. Entonces, para poder quedarse con su esposa, tiene dos opciones. O puede salir y ganar suficiente dinero para pagar el precio de la novia, o puede permanecer en esclavitud hasta que el precio se paga en su totalidad (v.v. 5-6).

Una costumbre muy relacionada es la del pariente redentor. En Levítico 25:23-28 vemos una ley promulgada para proteger a las familias de Israel. Las propiedades debían permanecer en la familia y no ser dadas a otros. Si una persona se hacía pobre y tenía que vender su herencia, su pariente debía venir y comprarla para que se quedara en la familia y para que el pariente pobre no quedase en la indigencia (v. 25).

En la cruz, Jesús pagó el precio de la novia. Él es nuestro Pariente Redentor quien pagó nuestra deuda para que no perdiéramos nuestra herencia. Pero recuerde que la deuda que tenemos es una deuda moral, no una deuda financiera. El Padre no estaba obligado a aceptar el pago de otra persona para cubrir nuestro quebrantamiento de la Ley. Pero, en Su gracia, Él envió a Cristo para asegurar nuestra herencia mediante el pago de la deuda moral que le debíamos como quebrantadores del pacto.

Coram Deo

Jesús ha pagado la deuda moral que le debíamos al Padre por violar la ley de Dios. Él no estaba obligado a pagar esta deuda, y el Padre no estaba obligado a aceptar este pago. Pero en Su gran amor y misericordia, acordaron redimirnos, a fin de que recibiésemos una herencia. Regocíjese en el amor y la misericordia que motivó la expiación de Cristo.

Pasajes para Estudio Adicional

Lev. 25:8-17
Rut 1-4
Lucas 4:16-21
Ef. 4:7-8


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