Ordenanzas de Culto

De Libros y Sermones Bíblicos

“Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal” (Heb. 9:1).

- Hebreos 9:1-5

El apóstol Pablo nos dice que todas las promesas de Dios son sí y Amén en Cristo (2 Cor. 1:20). Nuestro estudio de los pactos bíblicos concluyó la semana pasada señalando brevemente cómo Cristo es el cumplimiento de todo lo que vino antes de Su encarnación. En Cristo, el nuevo pacto cumple y reemplaza los pactos que Dios hizo previamente con Adán, Noé, Abraham, Moisés y David.

El nuevo pacto en Cristo es superior al antiguo pacto, porque en el nuevo pacto, la redención ha sido lograda, no sólo prometida. El Hijo de Dios se ha encarnado y ha hecho todo lo necesario para asegurar nuestra salvación. El autor de Hebreos nos dice que son la naturaleza divina y la voluntad de Cristo para sufrir lo que Lo hace superior a los ángeles y a Moisés, ambos figuras clave del antiguo pacto (Heb. 1-3:6).

Es Jesucristo quien nos llevará a nuestro descanso del Día de Reposo final (3:7-4:13), porque Su sacerdocio según la orden de Melquisedec Le permite salvarnos hasta lo sumo (4:14-7:28). Es el mediador de un mejor pacto, cuyos beneficios, después de haber sido revelados y garantizados por Cristo Jesús (Heb. 8), ahora se están aplicando a Sus elegidos, a la espera de la renovación de todas las cosas.

En nuestros estudios este mes, nos concentraremos en Hebreos capítulo 9. En el capítulo 8, hemos visto cómo el autor de Hebreos enfatiza el hecho de que las fallas del antiguo pacto hicieron necesaria la realización de un nuevo pacto. Ahora veremos en los capítulos 9 y 10 cómo explica una de estas “fallas” en mayor detalle mediante la descripción de las debilidades de los sacrificios del antiguo pacto.

En su inicio, el autor comienza el capítulo 9 dando una descripción del tabernáculo donde se hicieron los sacrificios menores del antiguo pacto. En el pasaje de hoy, él da una breve descripción de algunos artefactos encontrados en templo del antiguo pacto incluyendo el candelero, el pan de la proposición, el altar del incienso y el arca del pacto.

Al final del versículo 5, el autor detiene abruptamente su enseñanza diciendo, “de las cuales cosas no se puede ahora hablar en detalle.” Parece que detiene su discurso sobre el tabernáculo terrenal porque él está preocupado por enfatizar la superioridad de Jesucristo quien ha reemplazado el tabernáculo al “tabernacular” entre nosotros (Juan 1:14)

Coram Deo

Aunque no se enfatiza aquí, la Biblia deja claro que Jesús es el verdadero Templo de Dios. Así como Dios habitó con Su pueblo en el templo bajo el antiguo pacto, Él ha habitado entre nosotros en la persona del Hijo de Dios encarnado. Somos el cuerpo de Cristo, y podemos regocijarnos de que Dios el Espíritu Santo habita entre nosotros hoy en día.

Pasajes para Estudio Adicional

2 Cron. 36:17-21
Juan 2:13-22
Col. 1:19-20
Ap. 21:22