Las madres también necesitan teología
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Christina Fox sobre Crianza de los Hijos
Traducción por Laura Coloma
¿Qué es lo primero que piensas cuando escuchas la palabra teología?
¿Piensas en palabras impronunciables, o en libros antiguos llenos de polvo, o tal vez en sermones largos? Si tuvieses que escoger entre estudiar teología y leer un libro de consejos para tu vida diaria, ¿qué escogerías?
Para muchas madres como nosotras, la idea de estudiar teología parece algo más allá de lo que nuestra vida diaria puede manejar. Podemos pensar, en esta etapa de mi vida, no puedo aprender teología. Mi vida está llena y abrumada con las tareas diarias de la maternidad. Tal vez pensamos que podemos utilizar mejor el tiempo leyendo sobre formas de ayudar a nuestro hijo a dormir, o sobre las mejores opciones nutricionales para nuestro hijo en crecimiento, o sobre cómo evitar que nuestro hijo en edad prescolar tenga una rabieta en medio de la fila de la caja.
Pero lo cierto es que necesitamos teología desesperadamente para todas nuestras tareas diarias relacionadas con la maternidad. Necesitamos teología en las batallas a la hora de dormir, en las preocupaciones sobre alimentación, en el supermercado, y en todo lo demás.
¿Qué es teología?
La palabra teología proviene de las palabras griegas theos (Dios) y logos (palabra o cúmulo de conocimientos). Teología es el cúmulo de conocimientos acerca de Dios, o dicho simplemente, el estudio de Dios. Como cristianos, debemos querer saber todo lo que podamos acerca de Dios. Después de todo, él es nuestro Hacedor, Creador, Sustento y Salvador.
Pero aprender teología es el primer paso. También tenemos que ponerla en práctica. Y cuando la teología se cruza en nuestra vida diaria nos damos cuenta que no es solamente para profesores de seminario, sino para todos nosotros.
Lo que creemos de Dios, quién es, qué ha hecho y quiénes somos a raíz de todo esto, no es solo por puro estudio y debate. Palabras como imputación, justificación, redención y elección, afectan el curso de nuestras vidas día tras día. Nos convierten en quienes somos.
- Cuando tu hijo está enfermo y los doctores no saben por qué y piden más y más exámenes, es la teología la que te dice que Dios tiene el control absoluto de todas las cosas. Te indica que Dios no está dormido – que no te ha olvidado. Todo está bajo su control y no está sorprendido de ninguna de tus circunstancias. Tu teología te recuerda en ese momento que sus intenciones hacia ti son buenas y que está arreglando todo para tu bien y su gloria (Romanos 8:28).
- Cuando hablas a tu hijo con dureza por enfado, es tu teología la que te recuerda que Jesús vino a morir por esos mismos pecados. Te dice que Jesús vivió una vida perfecta, que nunca fue cruel, siempre amoroso y que su justicia ha sido atribuida a ti al estar unida a él a través de la fe. Te dice que está trabajando en ti aun ahora, llevándote al arrepentimiento y perfeccionando el trabajo que empezó en ti.
- Cuando tu significado se une con tu rol de madre, es tu teología la que te recuerda que tu identidad se encuentra en Cristo. No en lo exitosa que seas como madre, o en lo bien que se porta tu hijo, o en lo arreglada y limpia que mantengas tu casa. Tu significado, propósito, importancia e identidad están basados en quién eres como hija redimida y adoptada de Dios.
- Cuando estás muerta de cansancio y tu hijo está enfermo y tu esposo está en un viaje de negocios y no crees que puedas lograrlo hasta que él regrese, es tu teología la que te dice que Dios te dará la gracia que necesitas en el momento. Es tu teología la que te recuerda que no puedes hacer la vida por ti misma y que sin Jesús no puedes hacer nada. Te dice que tu descanso y esperanza se encuentran en Dios solo y que puedes confiar en él para que te sostenga.
Esperanza verdadera, sabiduría verdadera, paz verdadera
Como madres, es tentador pensar que lo que necesitamos para mejorar nuestras vidas es una solución rápida – algo tangible que podamos poner en práctica mañana para hacer que las cosas funcionen fácil y cómodamente. Cuando los retos diarios de llevar un hogar y criar hijos nos agobian, pensamos que lo que necesitamos es una idea fresca o una técnica nueva y todo estará bien. Entonces, en esos pocos momentos cuando tenemos tiempo de pensar y leer, buscamos esos libros y artículos prácticos, con la esperanza que algún nuevo consejo cambie las cosas.
Aun cuando los libros con consejos prácticos son útiles en algunas situaciones, la esperanza que brindan puede ser de corta duración. En realidad, es la teología, nuestro estudio de quién es Dios y lo que ha hecho, lo que nos brinda la esperanza verdadera, la sabiduría verdadera y la paz verdadera que necesitamos en nuestras vidas – lo que dura para siempre. Es la teología – el conocer a Dios – lo que nos ancla al caos de la maternidad.
Así que, madres, la teología no es solamente para pastores, maestros o profesores; es para ustedes también. Y no es para otra etapa de la vida. Es vital para ustedes, aquí y ahora, en las trincheras de la vida diaria como madre.
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