El Fruto de la Disciplina

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English: The Fruit of Discipline

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Traducción por Javier Matus


“Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados” (Heb. 12:11).

- Hebreos 12:11

En nuestra condición pecaminosa, odiamos ser disciplinados. No nos gusta ser castigados o someternos a las reglas que son diseñadas para nuestro propio bien. No nos gusta soportar las dificultades hoy a pesar de que sabemos que pueden traer el bien más adelante.

Tanto odiamos la disciplina que a menudo malentendemos los efectos de los conflictos y las dificultades en nuestras vidas. A veces comenzamos a pensar que Dios no debe amarnos realmente si estamos sufriendo. A veces, incluso podríamos dudar de que verdaderamente somos Sus hijos.

Estas respuestas al sufrimiento se estaban manifestando evidentemente en la vida del público original de la epístola a los Hebreos. Algunos incluso estaban considerando abandonar a Cristo porque pensaban que su sufrimiento comprobaba que “no eran Sus hijos.”

Sin embargo, el sufrimiento del público original de Hebreos de hecho comprobó que eran hijos de Dios, porque el Señor disciplina solamente aquellos quienes ama (12:5-6). Por lo tanto, el autor los llama (y a nosotros) a soportar la disciplina de Dios (v. 7). Esta disciplina es para nuestro bien, para que podamos participar de Su santidad (v. 10).

En el pasaje de hoy, el autor aborda las dificultades de la disciplina del Señor de una manera muy pastoral. Él dice en el versículo 11 que sí, la disciplina parece dolorosa en el momento. Él sabe lo difícil que es soportar el castigo de Dios. Sin embargo, el dolor de la disciplina no es una excusa para que la evitemos. También nos recuerda que aunque las cosas pueden parecer dolorosas en este momento, el bien que la disciplina produce será mayor que nuestro dolor temporal, porque resultará en el “fruto apacible de justicia.” Este fruto durará para siempre.

Cuando éramos niños, odiábamos la disciplina. Odiábamos ser castigados cuando violábamos la hora tope. Odiábamos ser regañados cuando decíamos pequeñas “mentiras blancas”. Pero en la edad adulta, vemos el bien producido en nosotros como resultado de la disciplina de nuestros padres terrenales. Sin ella, probablemente no nos hubiéramos convertido en buenos ciudadanos. Sin ella, algunos de nosotros nunca podríamos haber llegado a conocer a Cristo en lo absoluto.

Si la disciplina terrenal nos ha beneficiado, entonces la disciplina de nuestro Padre Celestial nos beneficiará aún más. Producirá justicia en nuestra vida (v. 11). Esto causará que llevemos fruto que agrada a Dios mientras somos hechos conforme a la imagen de Cristo.

Coram Deo

Una de las razones por la que la disciplina es tan difícil de soportar a veces es que no podemos ver el futuro. No podemos ver el bien que Dios producirá en nosotros como resultado de la disciplina de hoy. Sin embargo, somos prometidos hoy que resultará en el fruto apacible de justicia. Pídale a Dios que le ayude a atesorar este fruto futuro para que pueda estar firme.

Pasajes para Estudio Adicional

Prov. 12:1; 29:17
Gál. 5:22-23
Santiago 3:17-18
1 Pe. 1:6-7


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