Cuán grande es Dios
De Libros y Sermones BÃblicos
Por David Mathis sobre Alabanza
Traducción por Keilah Foote
Pero que todos los que te buscan se alegren y se gocen en ti; que los que aman tu salvación griten una y otra vez: “¡El Señor es grande!”. (Salmo 40:16)
La palabra grande es una palabra importante. La usamos para hablar acerca de algo de un tamaño fuera de lo común: Un gran temblor cimbró la ciudad. O una cantidad mayor: Una gran multitud llenó el estadio. O para indicar un poder o una intensidad inusual: Ella ha sentido un dolor grande. O algo especialmente bueno o maravilloso: Él es un gran jugador. O algo de un grado extremo: Durante mucho tiempo hemos sido grandes amigos.
La palaba grande no solo es flexible (se usó en cinco maneras distintas en el párrafo anterior, para hablar de tamaño, número, intensidad, calidad, y grado) sino que también es una palabra poderosa. O lo solía ser. Ahora se ha convertido en una palabra usada en exceso. Cuando cada día tras día es grande, y comida tras comida es grande, y partido tras partido es grande, empezamos a perder el énfasis de la palabra al hablar acerca de nuestra boda, o una comida sobremanera extravagante, o el juego de campeonato que se fue a tiempos extras.
Retomar la Palabra Grande
¿Entonces qué de Dios? La Biblia nos dice vez tras vez, especialmente en los Salmos, que nuestro Dios es grande. Si usamos la palabra grande para lo común y corriente, ¿qué lenguaje nos quedará cuando necesitemos describir un día o una comida o un partido que realmente sobresale entre lo típico...o aún más importante, para describir al Dios que realmente es infinito sobre todo lo demás?
Una cosa maravillosa de ésta canción es que nos ayuda a retomar la palabra grande. Con un lenguaje sencillo, pero profundo, “Cuán Grande Es Nuestro Dios” dirige nuestra atención hacia la grandeza de Dios. La canción pone a Dios delante de nosotros como nuestro estándar de la grandeza verdadera. Tal vez conforme cambie nuestro estándar de lo que es grande para basarse mejor en Dios y no en otras cosas, entonces tenderemos a cuidar más las ocasiones en que usamos ésta palabra para hablar de días y comidas y partidos.
Y así como la palabra grande es flexible y puede referirse al tamaño, número, intensidad, calidad, y grado, así también esta canción nos ofrece varios vistazos hacia la grandeza de Dios.
Cuatro Vistazos a Su Grandeza
El primero es la grandeza de su majestad y realeza gloriosa. Él es el esplendor de un rey: no sólo el rey de una nación o una tribu, sino el rey de toda la tierra. La tierra se alegrará. Él es soberano sobre todas las naciones, vestido de una gloria real sinigual. Él es grande en gloriosa majestad.
El segundo es la grandeza de su santidad. Como dice 1 Juan 1:5: “Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.” No sólo es grande en su majestad, sino también en su santidad. No sólo tiene el control y es exaltado, sino que tiene la integridad perfecta: él es el estándar de la verdad, y del carácter y la rectitud moral. Las tinieblas huyen cuando él habla. Él es grande en su santidad.
El tercero es la grandeza de su naturaleza eterna. Él nunca tuvo un comienzo, y nunca tendrá un fin. Él es el Alfa y el Omega, él es el principio y el fin: nada vino antes que él y nada vendrá después de él. Porque no sólo se mantiene inmovible de era a era, sino que “el tiempo está en él”. No sólo existe antes y después del tiempo, sino que controla el tiempo, cada siglo y año y hora y minuto y segundo: de él, y por él, y para él (Romanos 11:36). Él es grande en relación al tiempo.
Y el último es la grandeza de su misericordia. Él no sólo es Uno, sino Tres. No sólo Padre, sino Hijo y Espíritu. Y estas tres personas de la Trinidad obran siempre en unión feliz, no simplemente con la grandeza de un León, sino con la grandeza de un Cordero. Y en su grandeza, tanto como León como Cordero, encontramos lo que realmente lo hace grande.
Y así como él es grande en su majestad y santidad y naturaleza eterna, es la grandeza de su misericordia que nos deja completamente maravillados, porque es su misericordia a través de su Hijo que nos lleva a nosotros, los pecadores, al gozo eterno de una relación con él. ¡Cuán grande es nuestro Dios!
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