No Tenemos Porque No Pedimos
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper
sobre Oración
Una parte de la serie Taste & See
Traducción por Javier Matus
Una de las señales que Dios va a hacer una gran obra es que Él comienza a avivar su pueblo para que ore por ella. Él pone una carga sobre una persona aquí y una persona allá. Él se los recuerda en sus mentes una y otra vez. La carga los acecha. Los lleva a ponerse de rodillas. O los agarra mientras están de rodillas.
Cuando Dios se propone hacer una gran obra, lo primero que moviliza es el poder de la oración. Él comienza plantando la chispa del deseo en algunos corazones. Luego, a través de la oración, Él la convierte en una llama. Luego, la llama del deseo y la fe se extiende a otros. Pronto, un gran número están de rodillas implorando la gran obra. Entonces Dios actúa. Luego derrama Su bendición. A Dios le gusta hacer grandes obras de redención. Pero le gusta aún más hacerlo en respuesta a la oración.
Por favor, venga a adorar el próximo domingo y escuche acerca de la chispa del deseo que Dios ha sembrado en mi corazón. Incluso mientras escribo esto mis ojos se humedecen con anhelo. Deseo tanto ser consumido con Cristo. Deseo tanto comer y beber y dormir y predicar a Cristo. Quiero amarlo tanto en 1982 que llevo el aroma de Su vida en todas partes. “¡Para mí el vivir es Cristo!”, Pero muy específicamente, eso debe significar: “Para mí la vida es la misión de Cristo”. “Como me envió el Padre,” Jesús dijo, “así también yo os envío.” En 1982 mi vida debe ser Cristo, y eso significa, “Cristo para los demás.” Si no soy Cristo para los demás, yo no soy Cristo en absoluto. Si realmente puedo decir, “Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí,” entonces debo vivir para los demás. Sólo hay un tipo de Cristo que vive, y ese es el Cristo para los demás. Si Él está vivo en mí, estará vivo para los demás. Estoy hambriento. Tengo sed de soltar a este Cristo entre nosotros. Cristo el Tigre. Cristo, el que ora toda la noche. Cristo el pastor que busca. Cristo el que toca a los leprosos. Cristo el testimonio incontestable.
¿Alguno de ustedes siente conmigo la misma chispa en su corazón? ¿De vez en cuando sienten como si el tiempo del avivamiento y la cosecha podría estar acercándose? ¿Su corazón late un poco más rápido, tal como el mío, incluso mientras escribo estas líneas? ¿Recientemente ha sentido que Dios podría estar preparándose para hacer una obra revolucionaria en su vida de manera que serán quitados todos los obstáculos antiguos que detenían un testimonio fructífero? ¿Siente un anhelo de estar en oración por su propia alma y por otra persona? ¿De vez en cuando piensa que uno de estos años, el Espíritu Santo va a caer —quiero decir realmente caer— sobre la Iglesia Bautista Bethlehem? ¿Alguien piensa que puede ser en 1982? ¿Se unirá a mí en una semana de oración intensa a partir del próximo domingo? ¡Si tan sólo pudiéramos empezar a pedir con fervor! Por favor, venga el domingo y escuche mi carga.
En mucha oración por todos ustedes,
El Pastor John
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