"Estad quietos y conoced que yo soy Dios"
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper
sobre Ministerio Pastoral
Una parte de la serie Taste & See
Traducción por Javier Matus
Vuelvo de vacaciones temblando. Primero, porque temo que podría haber olvidado cómo hacerlo. Segundo, debido a que más depende de este ministerio que de la cirugía cerebral.
¿No se acuerda regresar a la escuela después de un largo verano de diversión? Y, de repente, en algún momento de agosto, se da cuenta: “No he escrito nada durante todo el verano. Puede que no recuerde cómo escribir. Mi mano puede llegar a confundirse. Puede que no sea capaz de deletrear. Podría haber olvidado todas mis tablas de multiplicar. Y encima de eso, ¿cómo voy a recordar el nombre de todos?” Entonces tiene esta sensación de torsión en su abdomen, y desea huir.
Bueno, no se ría, pero hay mucho de eso en mi abdomen esta semana. ¿Qué hace un pastor de todos modos? ¿Por dónde empiezo el lunes 19 de julio? Veamos, hay al menos tres personas en el hospital que tengo de ver; hay una gran cantidad de correspondencia; hay una reunión de personal y una reunión de pasantes; hay una boda el sábado y un ensayo el viernes; hay una pareja recién comprometida para ver el lunes; está la situación de los maestros de niños para ponerse al día; hay algunos avisos para enviar sobre la ordenación de Tom Steller. Oh sí, y estoy enseñando un curso de tres semanas en el programa de Doctorado en Ministerio y el Seminario Betel a partir del lunes, todas las mañanas, durante 2 1/2 horas; Tengo que estar listo para eso. Y los sermones para preparar. Me pone nervioso sólo pensar en ello.
Pero yo no huyo. Corro hacia el sótano y cierro la puerta. Y leo el Salmo 46, “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios.” Quietud. Puedo oír a algunos pasos arriba y el deshumidificador zumbando en la habitación contigua. Pero esto bastará. ¡Estate quieta, alma! Deja de ensayar. Relájate. Respira profundo. Quieta. Ahora, conoce esto: Dios es Dios. Dios es Dios. Solo estate quieta y deja que eso te invada. Déjalo crecer. Deja que llene la habitación y el sótano, la casa, Elliot Park, Minnesota, los EEUU, la Tierra, el sistema solar, la Vía Láctea, el universo y más allá. ¡Dios es Dios! Oh, el conocer esto en el fondo de mi alma. Oh, el llevar esta quietud conmigo a través de estos días agitados. ¡Dios es Dios! Oh, el vivir estos días para que alguien diga en mi funeral: él fue un individuo totalmente aturdido por Dios.
Pero cuanto más de Dios lleve en su alma, tanto más siente que la cirugía cerebral es un juego de niños comparada con el ministerio pastoral. Ellos obran en el tiempo, nosotros obramos en la eternidad. Si ellos son derrotados, es por la muerte. Si nosotros somos derrotados, es por el infierno. Este trabajo no es trivial. Si mis vacaciones, con su ocio, su libertad total para la mente, sus paisajes de mar y estrelladas noches —si mis vacaciones han hecho algo por mí, es el poner sobre mí el peso de mi llamamiento. Si lo hago bien me salvaré a mí mismo y a los santos (1 Timoteo 4:16). Si fracaso…
“Estad quietos, y conoced que yo soy Dios…Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob.”
Temblando en el yugo,
El Pastor John
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