Desafía lo imposible frente a ti
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Marshall Segal sobre Fe
Traducción por Carlos Diaz
Tenemos a mucho más que a un amigo en Jesús.
El peligro en toda nuestra conversación sobre tener una relación real, auténtica y con los pies sobre la tierra con Dios proviene cuando negociamos al todopoderoso, soberano e interventor Creador del universo por una compañía para charlar sobre las alegrías y desafíos de la vida. En realidad no esperamos que él se muestre y cambie todo; simplemente esperamos que nos ayude a acompañarlos a lo largo del camino.
Ya que estamos tentados a caer en las visiones pequeñas y domesticadas de Dios y en oraciones pequeñas sin pensamiento, Dios escribió un Libro. Nos otorgó palabras para inyectarnos de nuevo la mística en medio de lo mundano, y al enfrentar los desafíos únicos en cada una de nuestras vidas.
Estas [cosas] son escritas para que ustedes pudieran creer que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y que al creer ustedes pudieran tener vida en su nombre. (Juan 20:31)
Dios ha hablado, en el Evangelio de Juan y en todas partes en la Escritura, para que nosotros creyéramos, y para que así estuviésemos preparados para enfrentar cualquier cosa en esta vida con fe que él hará lo que fuese necesario para brindarnos vida plena y real, y revelar y esparcir su propia gloria (Isaías 48:11). Dios, con toda su fortaleza, sabiduría, autoridad, y amor, está totalmente comprometido a aquellas dos cosas en su vida, contra toda oposición y contra viento y marea.
Leer la Biblia es sobre redefinir lo imposible.
Sentir lo Imposible con Temor
Cuando Dios llamó a Abraham fuera de Ur de los Chaldeanos, él le hizo una promesa sensacional: “Vaya desde su país y su familia y la casa de su padre a la tierra que te mostraré. Haré de ustedes una nación estupenda” (Génesis 12:1–2). Abraham tenía sesenta y cinco ese día. Pero él creyó en Dios, y así partió para Canaán con su esposa Sara, confiando que Dios le concedería los hijos, y los nietos, y los tátara-tátara nietos.
Diez años pasaron sin tener hijos (Génesis 16:3). Piensen sobre sus últimos diez años, todo lo que sucedió (o no sucedió) en aquellos meses de su vida. Abraham y Sara comenzaron a dudar. Sabían bien de la promesa, se habían quedado y descansado en aquellas palabras por años, pero ahora no estaban tan seguros.
Pero Dios, ha sido mucho tiempo. (Génesis 15:2) Pero Dios, todavía no tengo un hijo mío. (Génesis 15:2)
Pero Dios, tú prometiste. (Génesis 15:3)
- Y [el SEÑOR] lo llevó afuera y dijo, “Mira hacia el cielo, y cuenta las estrellas, si eres capaz de contarlas”. Luego él le dijo, “Así será tu descendencia”. Y él creyó en el SEÑOR, y lo contó a él como el correcto. (Génesis 15:5–6)
Abraham creyó, de nuevo.
Luego pasaron catorce años más (Génesis 17:1). ¿En dónde estaban ustedes hace veinticuatro años? Justo había aprendido a contar hasta diez y levantarme y bajar las escaleras sin ayuda.
Pero Dios, tengo cien años de edad. (Génesis 17:17) Pero Dios, mi esposa y su útero tienen noventa y nueve años. (Génesis 17:17) Dios, no debiste haber estado en lo correcto. (Génesis 17:18)
Un año después, “El SEÑOR visitó a Sara como había dicho, y el SEÑOR hizo con Sara lo que había prometido” (Genesis 21:1). Dios desafió lo imposible, esperando y esperando más allá incluso de la realidad más desvaneciente de posibilidad. Redefinió lo “imposible” en términos de su infinito poder y sabiduría. Esperó hasta que Abraham y Sara tuvieran cien años de edad, en parte, para que definieran lo imposible en nuestras vidas de forma diferente.
Desafiar lo Imposible con Fe
¿Qué imposibilidad están ustedes confrontando justo ahora?
- ¿Han caído en una encrucijada espiritual y han agotado las salidas?
- ¿Sus hijos están rechazando a Jesús y están menos abiertos a hablar al respecto?
- ¿Las tensiones se están empeorando sin esperanza de cambiar?
- ¿Están enfrentando otro año de dolor crónico o enfermedad intratable?
- ¿Existe algún conflicto sin resolver en su familia?
¿Es éste el año dos, o diez, o veinticuatro? ¿Ha sido lo suficiente para que estén comenzando a preguntarse si Dios vendrá, si él será fiel a sus promesas?
- No teman, porque estoy con ustedes; no desmayen, porque Yo soy su Dios; les fortaleceré, los ayudaré, los sostendré con mi mano derecha que es justa. (Isaías 41:10)
- Sabemos que para aquellos que aman a Dios todas las cosas funcionan para bien, para aquellos que son llamados de acuerdo a su propósito. (Romanos 8:28)
- Ya sea que soliciten en mi nombre, esto es lo que haré, que el Padre pueda estar glorificado en el Hijo. . . . Si ustedes permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes, soliciten lo que sea que deseen, y les será concedido. (Juan 14:13; 15:7)
Cual sea la carga o el obstáculo o temor en frente de ustedes, hoy es otra oportunidad para pedir, “¿Algo es demasiado difícil para Dios?” (Génesis 18:14). Otra oportunidad para redefinir lo que pudiera pasar si él se moviliza. Otra oportunidad para desafiar lo imposible con fe.
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