“No importa lo que me pase”
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper
sobre Muerte & Morir
Una parte de la serie Taste & See
Traducción por Javier Matus
Esas son las palabras que siguen regresando a mi mente cuando intento expresar lo que Jesús quiso decir cuando dijo: “Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará” (Juan 12:24-25).
En primer lugar, está el llamado a morir. Si hemos de dar fruto para Dios debemos morir. Ahora, cuando yo esté muerto, no me importará lo que hagan con mi cuerpo. No me importará en lo absoluto. Estaré en casa con Jesús. Así también es ahora, si ya he muerto con Cristo. Lo cual todos los cristianos tienen: “Los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos”. Crucificado significa muerto. Así que en un sentido profundo estoy muerto en la Tierra. “Mi vida está escondida con Cristo en Dios” (Colosenses 3:3). Así que no importa lo que me pase aquí en la tierra.
Luego hay una cosa extraña llamada “aborrecer tu vida en este mundo”. “El que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará”. ¿Qué significa eso? Significa, por lo menos, que no tomas mucho en cuenta tu vida en este mundo. En otras palabras, no importa mucho lo que le suceda a tu vida en este mundo.
Si los hombres hablan bien de ti, no importa mucho. Si te odian, no importa mucho. Si tienes muchas cosas, no importa mucho. Si tienes poco, no importa mucho. Si eres perseguido o mienten sobre ti, no importa mucho. Si eres famoso o desconocido, no importa mucho. Si estás muerto, estas cosas simplemente no importan mucho.
Pero es aún más radical. Hay algunas decisiones que hacer aquí, no sólo experiencias pasivas. Jesús continúa diciendo: “Si alguno Me sirve, sígame”. ¿A dónde? Se está moviendo hacia Getsemaní y hacia la cruz. Jesús no sólo está diciendo: Si las cosas van mal, no te preocupes, ya que de todos modos estás muerto. Él está diciendo: elije morir conmigo. Elige aborrecer tu vida en este mundo de la manera que he elegido la cruz.
Esto es lo que Jesús quiso decir cuando dijo: “Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame” (Mateo 16:24). Nos llama a elegir la cruz. La gente sólo hacía una cosa en una cruz. Morían en ella. “Tomar tu cruz” significa: “Como un grano de trigo, cae al suelo y muere”. Aborrece tu vida en este mundo.
¿Cuál es el punto de todo esto? ¿Es sólo masoquismo sin objetivo? No. Es el camino del verdadero amor, la verdadera vida y la verdadera adoración. Nuestro objetivo en morir es el fruto: “Pero si muere, lleva mucho fruto”. Nuestro objetivo en morir es la vida: “El que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará”. Nuestro objetivo en morir es exaltar el valor de Cristo: “Estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo” (Filipenses 3:8).
Pablo es el gran ejemplo de lo que significa morir. Él dijo: “Llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos” (2 Corintios 4:10). “Sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo” (Gálatas 6:14).
¿Pero por qué? En aras de un compromiso radical con el ministerio: “Ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” (Hechos 20:24). Creo que escucho a Pablo diciendo: “No importa lo que me pase —si solo puedo vivir para la gloria de Su gracia”.
Deseando ser así,
El Pastor John
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