La fuerza de una mujer de Dios
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper sobre Masculinidad y Feminidad
Traducción por Keilah Foote
Su Esperanza Está en Su Dios
“Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos” (1 Pedro 3:5). La raíz más profunda de ser mujer es la esperanza en Dios. La raíz más profunda de la condición de mujer cristiana. Es allí donde empezamos a definir qué es ser una mujer cristiana. La esperanza en Dios. “Santas mujeres que esperan en Dios solían ataviarse de cierta manera.” Una mujer cristiana no pone su esperanza en su esposo (ni en conseguir uno). Una mujer cristiana no pone su esperanza en su apariencia.
¿Te acuerdas de mi versículo favorito de la mujer de Proverbios 31? Proverbios 31:25:
Fuerza y honor son su vestidura;
Y se ríe de lo por venir.
Me encanta ese versículo. “Me estoy riendo de todo lo que falta por venir.” Eso sí que es una mujer. No se repliega. No huye. No tiene ilusiones acerca de lo que viene. Ella sabe lo que viene y se ríe porque las mujeres santas de aquellos tiempos esperaban en un Dios soberano que promete ayudar a la mujer en cualquier momento que ella lo necesite.
“La raíz más profunda de una mujer cristiana es la esperanza en Dios, y esto produce un árbol fuerte que enfrenta el sufrimiento sin temor.” Una mujer en Cristo conoce su Biblia, conoce su teología de un Dios soberano que ha prometido, y ella sabe que cumplirá sus promesas de permanecer con ella, pase lo que pase. Ella toma fuerzas de esto y de esta raíz de esperanza en Dios, tan profunda y enorme, crece un tipo de árbol especial.
Esta esperanza en Dios produce una mujer sin temor. “Como Sara...de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza” (1 Pedro 3:6). Esto viene de la esperanza en Dios. Hay muchas situaciones temibles en el mundo. Situaciones temibles en nuestras relaciones. Situaciones temibles con los hijos. Situaciones temibles en la salud. Situaciones temibles en el futuro. Y Pedro dice, serás hija de Sara si no temes ninguna amenaza porque eres una mujer santa que espera en Dios, y él es soberano en todas estas situaciones temibles, y tú lo sabes, y descansas en él, y eso quita todo tu temor.
Las mujeres cristianas maduras no tienen ilusiones acerca de lo que enfrentarán. “Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis” (1 Pedro 3:14). Ella sabe que viene el sufrimiento. “De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien” (1 Peter 4:19).
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