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English: The Greatest Gift God Can Give

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Por John Piper sobre Hedonismo Cristiano

Traducción por E. G.


Transcripción del audio

Si usted tiene algo que sabe que generará en los demás un completo y duradero placer y en lugar de mostrarlo se dedica a elevarse y exaltarse a usted mismo, ¿sería una persona amorosa? No. Indudablemente no sería una persona amorosa. Y de esta manera es con Dios.

Si Dios tuviera algo y no nos lo mostrara, incluso si nos generara un placer pleno y eterno, Dios no sería amoroso hacia nosotros. Y por eso Él debe mostrarse a nosotros. No hay don que Dios le pueda ofrecer que le haga amoroso si Él se niega a sí mismo. Todos los dones que se le puedan ocurrir — perdón, justificación, redención, reconciliación — todos los dones del glorioso evangelio, si Dios dice, «puedes tener todo eso, pero no me puedes tener al otro lado» no está siendo amoroso conmigo. Por lo tanto, Dios es el único ser en el universo para el que la autoexaltación y la autopresentación es sinónimo de amor.

No puede imitarlo en este aspecto. Si recorre el mundo diciendo: «Voy a exaltar mi propia persona como hace Dios. Se supone que somos como Dios, así que exaltaré mi propia persona, y así seré amoroso». No será amoroso. Será una distracción. Será una distracción de lo que satisfará las almas de la gente porque lo que satisfará las almas de ellos es Dios.

Por lo tanto, si usted quiere imitar a Dios en su propia exaltación, entonces se convierte en alguien que exalta a Dios, no en alguien que se exalta a sí mismo, porque lo que va a satisfacer a las almas eternamente y para siempre es ver, conocer, amar a Dios y su comunión con Él. Por lo tanto, para que Dios pueda ser amoroso, debe darse a sí mismo. Debe exaltarse a sí mismo. Debe elogiarse a sí mismo. El debe llamar para la alabanza y el amor. Él es el único ser en el universo para el que tal comportamiento es amor. Es la esencia del amor.

No puede copiarlo en esto. Usted no es Dios. Para usted, ser amoroso es llamar la atención hacia Él. Para Dios ser amoroso es llamar la atención sobre Él y, por lo tanto, el caso de Dios es el del único ser en el universo para quien la autoexaltación es idéntica al amor.

Esta es la manera en la que definiría el amor hacia usted. Si me preguntara, «Ahora bien, en vista de esto, ¿qué significa para Dios amarme? ¿Qué significa para Dios amarme?». Esta sería mi respuesta: Dios le ama en tanto en cuanto Él hace todo lo necesario para que usted pueda permanecer atrapado para siempre en lo que va a traer felicidad plena y duradera; es decir, Él mismo.

Sí, es una definición larga, pero vale la pena repetirla. Para Dios, amarlo a usted es hacer todo lo que esté a su alcance — incluso la muerte de su hijo, incluso a costa de la vida de su hijo, Él lo hará todo — con el fin de que podamos sentirnos atrapados en lo que nos hará plenamente y eternamente felices; es decir, Él mismo. Dios debe inclinarse hacia la exaltación propia si nos ama.



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