No puedes estar ansioso por nada
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Kim Cash Tate sobre Miedo y Ansiedad
Traducción por Geovanny Osorio
“No te preocupes por nada” Palabras conocidas de la carta de Pablo a los Filipenses presentándola como paradoja — nosotros los amamos adornados en marcos artísticos, por un lado, y los encontramos aparentemente imposible ponerlos en práctica, por el otro.
Si somos honestos, secretamente creemos que obtenemos un pase obedeciendo este particular mandamiento. Nos decimos a nosotros mismos que eso simplemente no puede significar nada. No cuando sufrimos de tribulaciones que todas juntas son devastadoras. Seguramente Dios conoce nuestro marco humano. El sabe que no podemos controlar esos pensamientos ansiosos que nos bombardean —ni la falta de aliento, ni el corazón acelerado, e incluso en las noches inquietas que pueden acompañar esos pensamientos.
Alternativamente, nos decimos “no estés preocupado por nada” es para un santo espiritualmente maduro, al cual aspirar. Y desde que aún no estamos allí, podemos descartar este mandamiento por un momento. Por otra parte, somos cautelosos de no cargar a otros con esto. Si un compañero creyente esta batallando con pensamientos ansiosos, creemos que en insensible traer este verso a la situación. Es mejor mostrar simpatía que sonar trillado.
Pero Dios no nos ha dado un imposible estándar ni uno para ser alcanzado por crecimiento espiritual. El nos esta diciendo que es posible por su Espíritu. El conoce los efectos paralizantes de la ansiedad, y también nos dice que nos necesitamos someternos a su tiranía. El nos está bendiciendo con dirección divina en cuanto a como recibir ayuda sobrenatural.
Llamado a la oración
La ansiedad consume. Ordena la amplitud de nuestros pensamientos, y nos llena de temor. Desplegando de los peores escenarios, extingue la esperanza y golpea nuestra fe. Una herramienta favorita del enemigo; es efectivo silenciando la voz de Dios y anunciando nuestros miedos.
Cuando somos golpeados por las preocupaciones del mundo, es difícil evitar esos ansiosos pensamientos. Nuestro Dios sabe “No estés preocupado por nada” no quiere decir nunca sentiremos ansiedad. El versículo nos dice que hacer con eso —Dáselo a Dios. Se lee en su totalidad:
No te preocupes por nada, pero en todo mediante la oración y suplica con acción de gracias deja que tus peticiones se den a conocer a Dios.
No podemos estar preocupados por nada, porque en todo — cada situación de prueba — estamos involucrando al Dios de todo el universo. En lugar de soportar la carga de nosotros mismos y permitir nos mutile, tomamos inmediatamente a Dios, “echa toda nuestra ansiedad sobre él, porque el se preocupa por nosotros” (1 Pedro 5:7)
La Oración que nos Redirige hacia Dios
La oración redirige nuestra atención de todo problema hacia nuestro Dios todopoderoso. Antes que nuestros pensamientos puedan repetir cada escenario sin esperanza que pueda ocupar el problema, nosotros intencionalmente preparamos nuestra mente en cosas mas arriba. Se nos recuerda que tenemos ayuda y esperanza. Se nos recuerda que incluso que los sufrimientos están sujetos a la soberanía de Dios, y que el permanece en control.
Y oramos en contra de la ansiedad con acción de gracia porque sabemos que Dios es bueno. Nuestra perspectiva se transforma cuando echamos nuestro actual dilema en la luz de quien es Dios y todo lo que él ha hecho. No podemos nunca agradecer suficientemente por haber mandado a su hijo, el regalo de vida eterna, y por bendiciéndonos con cada bendición espiritual.
Mientras oremos, persistente en presencia de Dios, todo lo demás tiene que inclinarse. Orar silencia nuestros ansiosos pensamientos, y nos posiciona a escuchar de Dios, incluyendo recordatorios de las preciosas promesas como estas: El es fiel.
Llamado a la Guerra
“No te preocupes por nada” es también llamado guerra espiritual. No está diciendo estar listos para rechazar cualquier levantamiento de tentación. Cuando una dificultad golpea nuestras mentes empiezan a girar fuera de control. Una batalla esta siendo librada. Gálatas 5:17 es instructivo:
Los deseos de la carne están en contra del Espíritu, y los deseos del Espíritu están en contra de la carne, por eso esta opuestos uno del otro, para evitar que hagas las cosas que quieras hacer.
Nuestra carne quiere estar en control. Este lleva la carga de las dificultades y trabaja para descifrar como manejarlo. Y cuando esto determina que la dificultad es mas allá de sus capacidades — Cuando no podemos ver una solución satisfactoria — la ansiedad se estable allí. Esta postura esta en desacuerdo con el espíritu que nos implora como creyentes confiar en Dios — para caminar por fe y no por la mirada.
Este fue el problema central cuando Moisés, a discreción de Dios, envió 12 hombres para reconocer la tierra que Dios había prometido. Diez de ellos no pudieron sacudirse su ansiedad por encima de los gigantes que residían en la tierra. Esto no importo que ellos ya habían visto la fidelidad de Dios en la lucha por ellos en contra del poderoso enemigo, Egipto. Esto no importo que ellos habían visto a Dios hacer milagros, el mas notablemente partiendo el Mar Rojo. En sus mentes, nunca pudieron derrotar este temible enemigo, por lo tanto, perdieron esperanza, diciendo, “Nosotros parecíamos saltamontes, y eso parecíamos para ellos” (Números 13:33).
Solo dos de las especies — Josué y Caleb — entendieron que la verdadera batalla estaba en sus almas. Ellos no necesitaban temer a los gigantes; ellos necesitaron recordar que “el Señor está con nosotros” (Números 14:9). Josué y Caleb imploraron a el pueblo a confiar en Dios e ir adelante, sabiendo que con el triunfarían. Estos dos hombres no estaban temerosos por nada porque creyeron en Dios y caminaron en fe.
Promesa de Protección.
Ese versículo en Filipenses 4:6 que nos dice: “No te preocupes por nada” pero en todo ora en acción de gracia, esta seguido por esto:
Y la paz de Dios, la cual sobrepasa todo el entendimiento, guardara sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús (Filipenses 4:7).
Esta es una promesa tan poderosa. Tanta gracia. Cuando miramos al señor en el medio de la ansiedad, su paz guardará nuestros corazones y mentes. En otras palabras, su paz se parará a las puertas para rechazar a los pensamientos ansioso de entrar.
Pero, tal vez digas, He orado, pero eso pensamientos continúan viniendo. Sigue orando. En Cristo. Nuestro estilo de vida es la oración (1 Tesalonicenses 5:17). Nos quedamos siempre pagados a nuestro salvador, consientes que separados de el no podemos hacer nada. No podemos pelear la batalla sin él. Pero con él, sin importar cuantos pensamientos ansiosos puedan venir, su paz en nuestra más poderosa protección. En Cristo estamos prometidos a un suministro interminable de armonía
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